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Abrió los ojos lentamente, mirando a su alrededor y buscando a su pequeña hija. Quería verla pero se dio cuenta que estaba completamente sola en esa fría habitación.

Se movió ligeramente, pero se arrepintió cuando sintió un poco de dolor en la parte inferior del abdomen.

Se volvió a recostar cuando escuchó que la puerta abrir lentamente. Alfredo apareció con una cara de triste pero una sonrisa se formó en su rostro al verla despierta.

—Chula, ya despertaste.— se acercó. —Como te sientes?

—Me duele un poco.— soltó un pequeño suspiro de incomodidad. —Y mi niña? Adonde está?

—En la incubadora, apenas vine de allá.

—Ya la viste?— sus ojos se iluminaron.

—Ya.— sonrió. —Es tan pequeña.. la hubieras visto, es la niña más hermosa del mundo.. y como no, si se parece a ti.

Marbella sonrió. —La quiero ver.

Alfredo trago en seco. —Ahorita no se puede pero no te preocupes, sus abuelitas están con ella.

—Y el cumpleaños de Iván? Tu mamá y tu abuela no fueron?

—Mi abuela si, pero mi ama no. Ella está aquí.

—Entonces?— lo miró confundida pero después sonrió. —Mi mamá está aquí?

—Ale le hablo para avisarle que ya venía mi princesa. Vinieron también tus hermanas y tu abuela.

—Mi abue?— sonrió.

—Si pero antes de que las llame, quiero hablar contigo. Quiero pedirte pe..

—No creo que este sea el momento.

—Pero..

—No, Alfredo.— dijo y el agachó la cabeza.

—Ta' bueno pues.— asintió. —Voy por ellas.

Sin decir nada mas, Alfredo salió de la habitación y se dirigió hacia donde estaba doña Larissa. Al llegar ahí, solo la encontró a ella, a sus hijas y su suegra.

—Y mi ama y mi hermana?— Alfredo pregunto.

—Dijo tu mamá que ahorita vuelven.— Larissa contestó.

Alfredo asintió. —Ya despertó, Marbella.

—Ya?— doña Larissa preguntó con una sonrisa.

—Como esta?— doña Lola pregunto por su nieta.

—Bien, dice que las quiere ver.

—Vamos, vamos pues.— doña Larissa dijo pero Alfredo la detuvo.

—No le he dicho lo de la niña. Quisiera que lo mantengamos en secreto, por ahora.

—Como que en secreto?— Aislinn pregunto, molesta.

—Me gustaría que ella piense que nuestra hija está bien, no la quiero angustiar por algo pequeño.

—Algo pequeño? La niña nació con un paro cardíaco y ahorita no puede respirar, eso no es algo pequeño.

—Ella estará bien, yo lo sé.— dijo pero lo dijo más para sí mismo, queriendo creerlo. —No quiero que se lo mencionen, por favor.

—N..

—Está bien.— doña Lola contesto. —No diremos nada.

—Pe..

—Aislinn.— doña Larissa interrumpió a su hija. —Es por el bienestar de tu hermana.

Inviable - jagsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora