23

731 91 5
                                    

Mayo 2, 2008

—Ya estás lista?— Alfredo pregunto.

Marbella soltó un suspiró y asintió. Iban a la fiesta de cumpleaños de Mayito flaco. Marbella no quería ir, no tenía ánimos pero Alfredo prácticamente la estaba obligando.

—Te vez hermosa.— se acercó a ella, dejando un pequeño beso en su mejilla y acarició su pequeña pancita.

—Gracias.— contestó seriamente.

Alfredo soltó un suspiró. —Te prometo que no nos quedaremos mucho. El flaco me invitó personalmente y no quiero ser grosero.

—Entiendo pero tengo que ir yo?

—Si porque nos invitó a los dos.

—Conmigo nunca hablo.

—Marbella, por favor.

—Está bien.— asintió. —Pero no me siento cómoda conviviendo con ellos.

—Ah no? Te sentirías más cómoda conviviendo con los zetas?

Marbella frunció el ceño. —Claro que no pero como quieres que me sienta estando en el mismo lugar con los dos hombres que hicieron sufrir mi familia?

—Como si tu familia fuera santa.— susurró.

—Que?

—Nada.

—Dilo.

—Nada, chula, nada. Ya vámonos.

Marbella rodó los ojos y salió de la habitación mientras Alfredo iba detrás de ella.

—Ya nos vamos ama!— Alfredo gritó, abriendo la puerta.

—Si mijo.— doña Alejandrina salió. —Diviértanse y no bebas tanto.

—Si ama, no se preocupe.

Ambos salieron y se subieron a la camioneta. Agarraron rumbo al rancho de don Mayo mientras detrás iban más camionetas, cuidando de Alfredo y Marbella.

Marbella se la paso pellizcando su muñeca por los nervios. Le rogaba a dios que Manuel Torres no estuviera ahí. No sabía de lo que era capaz al verlo.

Al llegar al rancho de don Mayo, Alfredo se estacionó y se bajó junto a Marbella.

—Relájate.— dijo al sentir lo tensa que estaba.

Marbella asintió levemente y Alfredo conectó sus manos juntas. Caminó hacia donde se encontraban todos disfrutando de la música.

—Alf!— Mayito gordo se acercó. —Que bueno que pudiste venir cabron! Ya andas bien perdido.

—Tengo deberes.— Alfredo sonrió.

Mayito gordo giró a ver a Marbella y la saludó con una pequeña sonrisa.

—Pero vengan, vengan a sentarse en la mesa vip.— Mayito gordo bromeó y apuntó con su dedo.

Ahí se encontraban todos los juniors de Culiacán acompañados de las Torres y unas otras "amigas."

—Vamos.— Alfredo intentó caminar pero Marbella lo detuvo.

El giró a verla confundido y Marbella negó. Al ver la tristeza presente en su rostro, Alfredo asintió y rodeó su cintura.

—No wey, mejor por aquí me quedo.— dijo y Mayito gordo frunció el ceño.

—Ta' bueno pues, pero cuando quieran, allá estamos.

Alfredo asintió y caminó a una mesa disponible. Se sentó junto a Marbella y miro a su alrededor. Se dio cuenta que todos los invitados los miraban lo cual hizo que el se sintiera un poco incómodo pero sobre todo molesto.

Inviable - jagsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora