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—Y luego qué pasó?— Salma preguntó con una sonrisa.

—No pues nada. El plebe se fue bien chamagoso.

—Que es eso?— río.

—Que? Plebe?

—No, cha-chamagoso. Plebe es niño?— pregunto y el asintió. —Rubén y tú hablan muy raro.

—Cree?— río.

—Si. Su español es muy diferente al que yo aprendí.

—Pos' de donde aprendió oiga? Esto es español básico.

—No, ustedes hablan un español muy diferente, Alfredo.— río.

—Vaya acostumbrándose, ya es de la familia.

Salma río de nuevo mientras Alfredo tomó un gran trago de su cerveza. Hubo un pequeño silencio entre ambos. No fue un silencio incómodo, fue más bien un silencio normal?

Alfredo no entendía porque pero se sentía muy cómodo con Salma, era extraño. Él no era del tipo de ser amigable.

—Estas nervioso por mañana?— Salma pregunto.

—No, usted?

—Si, pero me siento más triste.

—Y eso?

—Mi hermana se casa.— río nerviosamente. —No creo que la volveré a ver si se viene a vivir aquí con Rubén.

—Pero usted puede ir y venir. Aquí siempre tendrá casa.

—Si?— Salma alzó la ceja y Alfredo asintió. —Y donde tengo casa?

—Pos' con Rubén y Layla.. con mi tío Oscar y mi tía Bernarda, o con mi abuelita también.. y si no es suficiente, le ofrezco mi casa.

Salma río. —Tienes casa?

—Apartamento, pero no lo uso. Ahí está cuando lo ocupe.

—No vives ahí?

—No.. bueno aveces me quedo ahí, si no me jalo pa' la casa de mi apá.

Hace un año en el cumpleaños de Alfredo, el señor Joaquín le había regalado un apartamento pero Alfredo casi nunca estaba ahí. Siempre se quedaba a dormir en una casa de su papá o cuando venia su mamá de Jalisco, se quedaba con ella.

El apartamento solo lo usaba cuando estaba con Marbella. Era su nido de amor, solo los dos entraban y salían, nadie más.

—Lo tomaré en cuenta.

Los dos se miraron muy sonrientes. Las mejillas de Salma ya le dolían de lo mucho que ha estado sonriendo pero no lo podía evitar. Alfredo le caía muy bien, tanto que le empezaba a interesar de otra manera.

Salma se acercó un poco a el con la intención de robarle un beso pero el celular de Alfredo sonó. El bajo la mirada para mirar quién era y al ver de quién se trataba, su sonrisa se hizo más grande.

—Eh..— miro a Salma.

—Contesta. Yo me tengo que ir a cambiar para la cena.

Alfredo asintió y Salma se puso de pie. Se despidió de Alfredo con una seña de mano y se alejó para que el hablara tranquilo.

—Amor.— contesto.

—Hola.

—Que paso?

—Nada, solo quería escuchar tu voz.— Alfredo sonrió. —Estas ocupado?— pregunto.

—Para ti nunca mi chula.

—Estas tomado?

—Me tome una pero ando al cien.

—Hm.. me dijeron que andabas por Culiacán.

—Te dijeron?

—Si. Que andabas por aquí, en el forum.

—Eh, si. Allá andaba.

—Me hubieras dicho que vendrías. Vine ayudar a mi hermana.

—Estas ahí todavía?

—Estaba, Irene cerró temprano. Tu tío Arturo mando a Ulises a Sonora y ella quería ir a despedirse.

—Tu me viste?

—No.. con quién estabas?

—Con Rubén.

—Hm, solo con Rubén?

—Eh.. no. Con Joaquín, la prometida de Ruben y sus hermanas de ella.

—Ah, fueron en grupo?

—S.. no. No fue así.

—No?

—No. Joaquín y yo solo acompañamos a Rubén porque el quería estar solo con Layla sin que sus hermanas estuvieran detrás de ella.

—Y te gustaron?

—Eh?

—Digo que si te cayeron bien?

—Ah pos' si. Agarramos un chingo de cura los 6.— río.

—Hm, que bueno que te estés llevando bien con tu nueva familia.

—Ey.. oye amor, que vas hacer esta noche?

—Nada, voy estar en mi casa.

—Porque no te arreglas y te paso a recoger?

—Para que?

—Como que para que? Pa' que vengas conmigo a la dichosa cena.

—Alfredo ya hemos hablado d..

—Lo hemos hablado pero no entiendo porque no quieres que sepan de lo nuestro. Acaso te da vergüenza?

—No, claro que no pero..

—Entonces? Tienes otro cabron o que?

—No! Ya te he dicho por qué.

—Ya tiene un año de muerto tu papá! De quien te escondes? De tu hermano? Yo te he dicho un chingo de veces que yo voy hablar con el, con tu mamá, con..

—Que no Alfredo! No quiero que hables con nadie! Y no hables de mi papá!

Alfredo se quedó callado, dejando escapar un suspiro de frustración. Estaba un poco tomado y por eso menciono a su difunto suegro.

—Ta' bueno pues.. pero te advierto, mi paciencia tiene un límite, Marbella.

—Tu sabes que hacer si no estás contento.

Sin decir nada mas, Marbella colgó la llamada. Alfredo solamente rodó los ojos y apagó su celular.

—Marbella? Así se llama tu novia?

Alfredo brincó al escuchar la voz de su abuela. Giró a verla con cara de susto mientras ella se acercaba con una sonrisa.

—Eh? No no. Yo no tengo novia.— Alfredo aguardo su celular y tomo el resto de su cerveza.

—Entonces quien es Marbella?

—De donde saco el nombre Marbella? No alucine abue.— río.

—No te hagas, ya te escuche Jesús.

Alfredo solo negó y agarró otra cerveza de la hielera.

—Ya no tomes, mijo. Vas andar todo ebrio en la cena.

—Na' yo estaré bien.— Alfredo dijo con doble sentido. —Ya me voy.

—No te vas a quedar?

—No abue, me voy a pegar un baño. Ando bien cochi.

—Y vas a ir hasta Culiacán?— preguntó sorprendida. —Pos' a que hora regresas?

—Voy y vengo volando. Además tengo que ir por mi ama y Ale. Ya ve que vinieron de Guadalajara pa' la boda.

—Y mi Cesar? No se animo?

—No abue, ya ve cómo es el plebe.

Alfredo se despidió de su abuela y agarró rumbo a Culiacán. Eran tres horas de camino pero como maneja Alfredo, iba llegar muy pronto.

Inviable - jagsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora