Inviable - jags

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Marbella miraba a Alfredo mientras el comía y se reía de los chistes de sus primos.

Estaba enojada. No podía creer lo tranquilo que estaba después de saber lo molesta que Marbella estaba con él por prohibirle tener contacto con su familia de nuevo.

Todo estaba volviendo a ser como cuando se la llevó con él por primera vez.

—Muchacha.— doña Consuelo llamó la atención de ella. —Come que se te va enfriar la comida.

—Si mija, come porque si tu no comes bien, Cielito tampoco.— tía Bernarda hablo.

Marbella solo asintió con una sonrisa y empezó a cenar. Tenia una semana sin probar bocado por culpa de Alfredo.

—Porque no vino Alejandrina?— tía Bernarda pregunto.

—Se fue a Guadalajara a visitar su hijo.

—Ya tiene como más de un mes que no he hablado con mi Cesar, como estará mi muchacho?— doña Consuelo se preguntó.

Marbella había convivido con Cesar una vez y fue cuando Alfredo se la llevó a Guadalajara. Esa fue la primera y única vez que lo había visto.

En esa visita se había dado cuenta que Alfredo y el no se topan. Ahora sabía porque Alfredo nunca lo mencionaba.

—Dámela, Ovidio!— Grisel se quejó. —Yo la quiero cargar, tu ya la cargaste!

—Pero si apenas la agarre.

—Pero yo no la he cargado.

—Y?

—Ya, ya, ya.— don Joaquín dijo. —Mejor dámela a mi que yo no he visto a mi Cielito lindo.

De reojo Marbella miró a Alfredo y pudo ver como la mandíbula se le tensaba al ver su papá cargar a su hija.

Ahora le importa? Alfredo se preguntó.

Los chillidos de Cielo al estar en los brazos de su abuelo, hizo que Alfredo sonreirá.

—De seguro tiene hambre, démela apá.— Alfredo se puso de pie.

Don Joaquín hizo una pequeña muñeca y dejó un pequeño beso en la mejilla de su nieta antes de entregársela a su hijo.

—Marbella.— Alfredo le hizo una seña con su cabeza.

—Con permiso.— Marbella dijo antes de irse.

Caminó detrás de Alfredo hacia la casa de doña Consuelo mientras el reía con su hija. Al entrar a la sala, Alfredo se sentó en el sillón mientras Marbella lo miraba.

—Que?— Alfredo pregunto.

—Porque se la quitaste a tu papá?

—Porque tiene hambre mi princesa.

—La niña apenas comió.. la hubieras dejado con tu papá, el casi nunca la ve.

—No la ve porque no quiere pero el sabe donde estamos.

Marbella negó. —Eres un grosero.

—Me vale.— se encogió de hombros.

Marbella rodó levemente los ojos y se dio la vuelta para salir pero Alfredo la detuvo. Con la niña en sus brazos, se puso en frente de ella.

—Adonde vas?— pregunto.

—A fuera.. que? Tampoco puedo convivir con tu familia? También eso me vas a prohibir?

—No.— negó. —Aquí quédate conmigo, para que vas pa' fuera?

—Porque no te quiero hablar, no te quiero ni ver.