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—A mi ama le vas a caer bien.— Alfredo dijo.

Marbella lo miro desde el espejo mientras cepillaba su cabello. El seguía hablando con una sonrisa mientras ella lo miraba sin escuchar.

—Cuando me vas a dejar ir?— Marbella lo interrumpió.

Alfredo soltó un suspiró, estaba cansando de escucharla preguntar. Era claro que no la iba dejar ir, no entendía porque ella seguía preguntando si sabe lo terco que es.

—Ya estás lista?— cambió el tema. —Mi familia ya está abajo, nos están esperando para cuando llegue mi hermano.

Marbella se cruzó de brazos y se giró a verlo.

—No voy abajar.

—Eh? Porque?

—Porque no quiero. No tengo porque bajar a ver a tu familia. Quiero que me regreses a mi casa.

—Quieres que te regrese?

—Si.. por favor llévame de regreso a mi casa.

—Y mi hijo?

—Cuando nazca yo te prometo que lo verás cuando tú quieras pero por favor déjame ir.

Alfredo asintió levemente. —No me quieres.

—Que?

—No me quieres.— repitió. —Si me quisieras, tú estarías feliz, aquí conmigo sin importarte nada.

—No seas injusto, Alfredo.— se puso de pie. —Yo si te quiero pero tú pretendes que deje de ver a mi familia no mas por que si? Qué tal si yo te pidiera eso, eh? No te gustaría.

Era cierto. El no le gustaría alejarse de su familia pero eso era otro tema.

—No me quieres.— volvió a repetir.

Marbella bufeo y negó. Se sentó en la cama y se acostó mientras Alfredo la miraba.

—Que haces? Vámonos.

—Ya te dije que no.

Alfredo soltó un suspiró y se rascó la nunca desesperadamente.

—Si me haces caso, te prometo que te dejo ir.

Marbella giró a verlo y Alfredo le hizo una seña con la cabeza, esperando su respuesta. Ella asintió y se puso de pie.

—Vamos.— extendió su mano hacia ella.

Marbella agarró su chamarra y agarró la mano de Alfredo. Los dos salieron de la habitación y se dirigieron hacia fuera donde estaban sus familiares debajo de una palapa.

Todos giraron a ver a Alfredo y Marbella. No estaban sorprendidos al verla caminando de su mano, pues en Culiacán los rumores corren rápido y ya todos se enteraron que Marbella se la robaron.. bueno el chisme que ellos escucharon fue que ella abandonó su casa por irse con el.

Pero la familia de Marbella estaba al tanto que Alfredo fue quién se la robó en contra su voluntad y gracias a eso, todos los Araujo se habían aliado con los Beltrán Leyva.

Ahora no solo los Araujo tenían un problema con el Mayo Zambada, sino que ahora también era con el chapo y su hijo.

—Buenas.— Alfredo saludo y caminó hacia su abuela.

Marbella caminó detrás y sonrió al ver que su tía Bernarda y su tío Oscar estaban ahí. No se sentirá tan fuera de lugar.. aunque, ellos la miraban como un fantasma.

Todavía no lo podían creer.

—Abue, le presentó a mi mujer.

—Así que usted es la famosa Marbella.— doña Consuelo sonrió. —La he visto de lejos pero nunca pensé que usted era la novia de mi Jesús.

Inviable - jagsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora