Inviable - jags

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Marbella se sentaba tranquilamente escuchando a la tía de Alfredo mientras doña Alejandrina le trenzaba el cabello.

La familia de Marbella se fue a descansar y como se fueron ellas junto con Alfredo, doña Alejandrina no quiso dejarla sola así que decidió acompañarla.

—Ya Lucía, de seguro ya la tienes hasta coronilla con tanta platica.— doña Alejandrina regaño a su hermana. —Déjala descansar.

—Ay como eres María.— Lucia negó mientras Marbella solo río. —Mira que bonita risa tienes. En todo el tiempo que estuviste en Zapopan, nunca te escuche reír.

Marbella volvió a soltar una pequeña risa y negó levemente.

—Ya esta.— doña Alejandrina acomodo sus trenzas.

—Gracias.— Marbella sonrió.

—Que largo tienes tu cabello. Tus trenzas se parecen las de la india maría.— Lucia bromeó pero su hermana la miró feo. —Es broma eh, están muy bonitas hermana.

Marbella volvió a reír. —A que hora regresa Alfredo?— preguntó.

—No se pero creo que no tarda.. lo necesitas o algo para que lo llame?— doña Alejandrina dijo.

—No, solo quería ver si podía hablar con el doctor de nuevo.. ya tengo dos días aquí encerrada y sigo sin poder ver a mi hija.

—Tuviste cesaría, tienes que estar en reposo. Se te puede abrir tu herida y se te puede infectar. Es mejor que te quedes aquí acostadita.

—Pero mi hij..

—Tu hija está bien.— Lucia hablo. —Nada le pasará.

—Alfredo ya hizo el cambio con el doctor que te atendía, ella y tú están en buenas manos.— doña Alejandrina dijo.

Marbella asintió levemente.

—Y bueno, ya decidieron el nombre de la pequeña?— Lucia preguntó.

—No, Alfredo y yo no hemos hablado de eso.— Marbella dijo.

—Como de que no?— Alfredo entró con unas rosas. —Si ya dijimos que se va llamar Cielo María.

—Ay que bonito. Fíjate que yo pensé que le iban a poner Alfreda.— Lucia dijo, haciendo todos reír. —Eres Capaz, Jesús Alfredo.

—No como cree que le voy a poner así a mi princesa.— Alfredo dijo.

—Pues si le querías poner María Joaquina porque no Alfreda?— doña Alejandrina rio.

—Ora.— Lucia jadeo.

—Ni está feo, mi Quina hubiera sido la más feliz.— Alfredo río.

—Ay no.— río.

—Bueno como ya llegaste, nosotras nos vamos a la casa a traerle unas cosas a Marbella, aquí quédate con ella.

—Si ama.— Alfredo asintió. —Iván y Ale están allá fuera con la niña.

—Okey pues, luego los veo.

Doña Alejandrina y Lucia se despidieron y salieron de la habitación, dejándolos solos. 

—Te traje esto.— le dio las flores. —Creo que te debí trae otra cosa.— miro a su alrededor, mirando todos los arreglos florales que había recibido.

—Gracias.— sonrió.

Ambos se quedaron en silencio mientras Alfredo metía las manos en los bolsillos.

—Oye me encontré Alfredo allá fuera.

—Tito?

—Ese mero.— se quitó su gorra y se sentó. —Que andaba haciendo aquí?