Inviable - jags

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Se sentó en el suelo, abrazándose las rodillas. Realmente deseaba tener a alguien aquí con ella, pero no podía decírselo a su mejor amiga y especialmente a su mamá.

Martha la agarró en contra de Alfredo desde la detención de su tío y su mamá la iba regañar y hacerle un millón de preguntas.

Cuando sonó la alarma de su blackberry, suspiró y tomó la prueba de embarazo.

Positivo

Marbella dejó escapar un suspiro tembloroso. Quería llorar pero quería creer que era un error, así que se tomó otra prueba.

Pero salió positivo de nuevo.

Ay dios mío

Sentía pánico pero a la vez un poco de emoción.

Un bebé? Un bebé mío y de Alfredo?

Pero como le iba ser? Como le iba decir a su familia? Como les va decir que está embarazada cuando ni siquiera les a dicho que tiene novio y mucho menos que es Alfredo.

—Mar!— escuchó Aislinn detrás de la puerta del baño. —Ándale! Necesito bañarme.

Marbella rápidamente se levantó y escondió las cajas. Se llevó las pruebas y abrió la puerta que se dirigía hacia la habitación de Aislinn.

—Ay, por fin.— entro. —Que tanto hacías?

—Para que se usa el baño?

—Estas de malas?

—No.

Abrió la puerta de su habitación y salió, cerrándola con seguro detrás de ella. Era una maña, siempre la cerraba con seguro para que Aislinn ni nadie que entrara a su recámara pudiera entrar por ahí.

Caminó hacia el espejo y se miró mientras sentía sus ojos arder. Se tocó el vientre ligeramente pero negó. Soltó un suspiró y escondió las pruebas en su cajón.

Decidió en llamar Alfredo pero se arrepintió. No quería molestarlo, prefería esperar hasta que el llamara.

—Hermanito!— Marbella gritó al bajar.

Miguelito estaba sentado en el ultimo escalón de las escaleras. Tenía un balón de fútbol entre sus pies. Marbella le dio un abrazo y se sentó junto el.

—Ey.— Miguel río al sentir cosquillas por el abrazo de su hermana.

—No que ibas a jugar con los plebes desde hace rato?

—Si pero ya no.

—Porque?

—Mi ama me regaño. No quiere que salga por el desmadre allá fuera.

Culiacán estaba caliente desde la detención del mochomo. Era evidente que había problemas internos en el cartel de Sinaloa.

—Ah pos yo te doy permiso.

—Neta?— sus ojos se iluminaron.

—No.— río. —Si mi ama no te deja ir afuera es porque la cosa está seria. Mejor aquí quédate y haz tarea.

—Pero ya la termine.

—Bueno pues vete a limpiar tu cuarto.

Miguelito chasqueo su lengua y negó.

—Ay lo flojo no te lo quita nadie.— se puso de pie.

—Donde vas?

—A la tienda.

—Te puedo acompañar?

—No mas voy aquí en la esquina. Voy agarrar algo que ocupo.

El día de San Valentín estaba a la vuelta, necesitaba conseguir algunas cosas que faltaban para el regalo de Alfredo.