Inviable - jags

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—Es que no mames, Marbella.— Chalito regañó. —No entiendo como te fuiste a meter con ese wey.

Marbella escuchaba en silencio mientras pellizcaba la piel de su muñeca.

—Habiendo un chingo de cabrones, escogiste el peor.. no, de seguro mi apá ahorita se anda revolcando del puto coraje.

Chalito seguía y seguía mientras se apoyaba en el cajón junto a la puerta de la habitación de su hermana.

Ella ni siquiera lo escuchaba, su mente estaba ocupada por pensamientos de su hija.

—Ey.— Chalito dijo. —Te estoy hablado, chingao!

—Que!— Marbella lo miró molesta. —Ya se que me equivoqué con Alfredo pero que quieres que haga!

—Pos' quiero que te arrepientas, tan solo poquito!

—Pues no me arrepiento de estar con el!

Chalito se cruzó de brazos y se quedó en silencio mientras vea como su hermana se pellizcaba. El frunció el ceño y se acercó a la cama.

—No hagas eso.— le separo las manos y tomo una para unirla con la de el, sentándose junto ella. —Cálmate.

Marbella soltó un gran suspiro, intentando relajarse.

—Y que vamos hacer con la niña?— Chalito pregunto. —Nos la robamos del hospital? Tu no mas di y yo mando por ella.

—Y ponerla en peligro? No.— negó. —Además Alfredo no lo permitiría.. dios sabrá que es capaz de ser. 

—Le tienes miedo?— Chalito pregunto, notando la mirada en sus ojos. —Te ha hecho algo ese cabron?

—No.

Chalito asintió, mirándola fijamente. —Me estás mintiendo.

—No me hizo nada y no le tengo miedo.— bajo la mirada.

—Marbella, mírame.— dijo y ella volvió su vista hacia el. —No estás sola, me tienes a mi para cuidarte.

—Lo se.

Chalito acarició su hombro para después abrazarla. Ella dejó escapar un pequeño suspiro de alivio y lo abrazó con más fuerza.

Desde hace mucho anhelaba un abrazo de su hermano. Le recordaban mucho a los de su papá.

—Perdón.— sintió sus ojos humedecerse. —Perdón por ocultarte las cosas desde el principio y no..

—Ey, ey.— Chalito la interrumpió, alejándose de ella y sosteniendo su rostro para mirarla. —Ya pasó y no tienes porque disculparte. Tu sabes porque hiciste las cosas así, no necesitas darme ningún tipo te explicación, okay?

Marbella asintió levemente mientras Chalito limpiaba sus lágrimas. La volvió abrazar y dejó un pequeño beso en su frente.

Permanecieron así por unos minutos cuando sintieron que alguien se tiró sobre ellos. Cayeron acostados en la cama y se dieron cuenta que era Aislinn.

—Bolita!— Larissa grito, arrojándose también en la cama.

Todos rieron mientras Chalito le hacía cosquillas a su hermana pequeña y después a sus otras hermanas.

Marbella sonrió, disfrutando el momento aunque sabía que faltaba alguien muy especial que ahora los cuidaba desde el cielo.

—Y si hacemos pijamada como antes?— Larissa pregunto con una sonrisa. —Ándenle!

—No yo me tengo que ir un rato.

—Ándale, Chalito.— Aislinn rogó. —Hay que aprovechar que Mar está de regreso!