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Alfredo miraba las nubes mientras Marbella dibujaba figuras con su dedo en su pecho de el. En su mente solo se repetía las palabras de su papá.

Manuel levantó a su hermano, el Miguelito

Su cabeza daba vueltas por pensar en cómo decirle pero como le dices a alguien que amas que mataron a su hermano pequeño?

Lo ponía nervioso con sólo pensar cómo reaccionaría ella ante esa noticia. Sabía que eso la destrozaría y no era conveniente que sufriera algo así en su estado.

—Que tienes?— Marbella pregunto al notar lo pensativo que estaba.

Alfredo soltó un suspiró y negó. —Nada.

—Entonces por que estás tan callado? En que tanto piensas?

Negó otra vez y bajo su vista hacia ella. Sonrió al tenerla así de cerca nuevamente, realmente la extrañaba.

Había estado de malas todo este tiempo que ni con las prepagos se le quitaba. Ya le había caído gordo a todos, incluyendo a su papá.

Pero lo que necesitaba era estar con Marbella.

—Eres tan hermosa.

—Ay no me mientas.— rodó los ojos levemente. —Me veo bien fea, parezco pinche zombie.

Alfredo río y negó. —No, eres preciosa. Nuestra hija va salir igual de chula que su mami, vas a ver.

—Hm, nuestra hija.— sonrió levemente.

—Que curado, eda.— soltó una carcajada.

—Para cuando te vuelves ir?

—Me estás corriendo? Ya no me quieres aquí?

—Noo.— río. —Por mi quédate siempre.— dejo un pequeño beso en su mejilla. —Pero tu papá no se enoja? Quizás te ocupa y tu estás aquí conmigo.

Alfredo soltó un suspiró. Claro que su papá lo ocupa pero Alfredo le había dicho que se iba quedar con Marbella por algunos días por lo de su hermano.

Don Joaquín tenía entendió que Alfredo ya la había dicho. El pensaba que su hijo quería quedarse para acompañarla en su duelo.

—El entiende.

Los dos se quedaron en silencio, mirando las nubes pasar sobre el cielo. Estaban en el patio trasero de la casa de doña Alejandrina, acostados en el pasto.

—Rubén y Layla te quieren venir a ver.. al rato nos caen.— dijo y ella asintió. —Oye, no te ha dicho nada mi hermana?— Alfredo pregunto.

Marbella soltó un suspiró. Nunca pensó que estaría en la posición en la que se encuentran la mayoría de las mujeres con sus cuñadas. Ella siempre pensó que se llevaría bien con las hermanas de su futuro marido pero estaba equivocada.

Ale estaba molesta con ella y no era por su culpa, era por algo que su hermano le hizo a la familia de la mejor amiga de ella.

—No, creo que me evita.

—Pues que lo siga haciendo hasta que se vaya pa' Jalisco, así te deja a ti en paz y también a mi ama.

—No seas así.— negó mientras se sentaba. —Ya no hay que hablar de eso.

—Ey, no me voy amargar.— Alfredo se sentó y levantó la vista hacia arriba. —Cielo.— susurró.

—Que?

—María Cielo.— dijo mientras se rascaba su barba inexistente. —Que te parece? María Cielo Guzmán.

—María Cielo?

Inviable - jagsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora