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Marbella sonrió al verse en el espejo. Le gustaba como se miraba, su cuerpo se miraba muy bien con la tela del vestido.

—Me prestas una.. ay.— sonrió doña Larissa al ver su hija. —Donde tan guapa?

—A cenar, voy con unas amigas.— mintió.

Como era catorce de febrero, iba ir a cenar con su novio.

—Ah.— asintió. —Porque no te quitas ese tono y te pones uno más bajito, como rosita?

—Porque?

—El rojo te hace ver muy atrevida y tu eres una niña.— la abrazó y dejó un pequeño beso en su mejilla. —Eres mi niña pequeña.

Marbella río nerviosamente.

Tu pequeña niña te va dar un nieto

—Este, que quería que le prestara?— pregunto.

—Que si me prestas una chamara.

Marbella asintió y su mamá caminó hacia el armario. Marbella se volvió a mirar en el espejo y soltó un leve suspiró.

Tiene razón, me veo muy atrevida

Agarró una toallita y se quitó el labial.

—Te voy agarrar esta.— Doña Larissa se la enseño.

—Si ma.

—Vamos ir a casa de tu tío Carlos por si quieres alcanzarnos.

—Todos van?

—Chalito y Greecia no, se fueron hace rato con el niño.

Doña Larissa se despidió de su hija y salió de la habitación. Marbella siguió alistándose cuando recibió una llamada de Alfredo.

—Que pasó?— contestó.

—Estoy en la esquina de tu casa.

—Vente para acá enfrente, no hay nadie.

—Voy.— colgó.

Marbella agarró su chamarra y sus zapatillas cuando escuchó el auto de Alfredo. Escucho el claxon y de inmediato se trató de poner los zapatos.

Enteré los bocinazos del auto de Alfredo, Marbella logró ponerse sus zapatillas y su chamarra. Agarró su medalla para ponérsela pero escuchó un golpe en la puerta de abajo.

Corrió abajo y abrió la puerta, encontrando a Alfredo parado allí con las manos en los bolsillos. Él sonrió en cuanto la vio.

—Te vez hermosa.

—Gracias.— se sonrojó al ver como la miraba.

—Estas lista?

—Si, me ayudas?— levanto su medalla.

Alfredo asintió y la tomó. Marbella se dio la vuelta y Alfredo le puso la medalla. Las zapatillas de Marbella la hacían la misma altura que Alfredo y eso que el no eran tan pequeño.

El era el más alto de sus hermanos.. y el más guapo en los ojos de Marbella.

—Ya.— dijo mientras se acercaba a su oído.

Le giró levemente la barbilla hacia él y la besó mientras ella todavía estaba frente a él. Sin moverse de lugar, Marbella le correspondió el beso.

—No hay nadie?— preguntó entre besos.

—No.

—Y si mejor nos quedamos?— él la giró para que pudiera verlo directamente y le rodeó la cintura con los brazos. —Podemos estar solos.

Inviable - jagsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora