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Cayó en la cama, dejando escapar un suspiro. Marbella lo miró y el no pudo evitar soltar una pequeña carcajada al ver lo roja que estaba su carita.

—Cuánto te amo.— Alfredo la atrajo hacia él, estrechándola en un abrazo. —Te amo un chingo.

—Yo a ti.— sonrió y apoyó su cabeza sobre el pecho desnudo de Alfredo.

Ambos permanecieron en silencio. Alfredo sentía una enorme paz y tranquilidad con la presencia de Marbella mientras ella se sentía protegida.

—Alf?

—Hm?

—He estado pensando.. yo ya no quiero esconder lo nuestro.. que te parece si vienes a comer a mi casa el viernes?— lo miro.

—Y-Ya?

—Ya.— sonrió. —Digo si quieres.

—Ahuevo que quiero.. pero yo me voy pa' Zapopan mañana. Es lo que te iba decir.

—No vas a pasar navidad aquí?

—No, voy a pasar navidad y nuevo año con mi ama y mis hermanos. Ya después nos jalamos pa' Juárez a echarle una vuelta a mi carnal.. pero si quieres, vamos ahorita mismo a tu casa.

—Ahorita? No.— río. —Mejor lo dejamos para cuando vuelvas.

—Segura? Por mi vamos ahorita, no hay problema.

—No, amor. Lo dejamos para cuando regreses con más calma.

—Bueno.— asintió. —Al menos sé que cuando regrese no tendremos que escondernos más.

Marbella rió entre dientes y se inclinó para darle un pequeño beso, pero ese pequeño beso se convirtió en una larga sesión. Alfredo intentó empujarla hacia atrás pero ella se adelantó y se sentó encima de el, tomando control.

Normalmente era Alfredo quien estaba arriba pero esta vez ella quería complacerlo.

Marbella lo besó apasionadamente mientras él le quitaba la sábana, exponiendo sus senos. Marbella se alejó y sonrió al ver como Alfredo mordió el labio y tocaba sus pechos a su gusto.

Mientras se llevaba una a la boca, mantuvo contacto visual con ella. La lamió y chupó mientras jugaba con la otra con su mano libre. Marbella dejó escapar un gemido al sentir como la mordía. Él sonrió juguetonamente y empezó a chupar de nuevo.

Después de un rato, ella lo volvió a besar. Comenzó a moverse levemente encima de el mientras su zona rozaba con la de el.

Sin contenerse más, Alfredo les dio la vuelta. Ahora el estaba arriba.

—Ay, como eres.— Marbella rodó los ojos y río.

—Y..— fue interrumpido.

Sonó el timbre, haciendo que Alfredo rodara los ojos.

—Ve a ver quién es.

—No es nadie.— se agacho a ella haciendo que sus zonas rozaran de nuevo.

—Hm.— soltó un pequeño gemido y mordió su labio. —Ve a ver. Que tal y sea algo importante.

Alfredo soltó un suspiró y se sentó en la esquina de la cama. Se puso sus shorts y salió de la habitación sin camisa. Marbella se tapó con la sábana y se quedó esperándolo con una sonrisa.

Al escuchar unos tacones, Marbella frunció el ceño y se levantó. Caminó silenciosamente hacia la puerta y la abrió levemente, viendo Alfredo y a Rosario Torres.

—Que vergas quieres?— Alfredo hablo.

—Ay que grosero.. así me saludas?

—Que quieres?

Inviable - jagsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora