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Agosto 19, 2008

Las cosas entre Alfredo y Marbella iban de mal en peor. A pesar de las cantidades de eventos que han asistido desde el cumpleaños de Rubén, no se habían dirigido la palabra.

Alfredo dormía en la sala o aveces no llegaba.

Claro que le molestaba a Marbella pero no iba perder su orgullo por algo que fue culpa de el. Aparte su mente de ella estaba muy ocupada tratando de relajarse.

Hace días empezó a sentir un dolor en su vientre pero no había querido decir nada.. total, la próxima semana tenía cita.

Estaba emocionada. Su mamá la iba acompañar, claro que en compañía de doña Alejandrina. Fue la única razón en que Alfredo aceptó dejarla ir.

—Ve preguntarle a Marbella si ya está lista. Ya se nos hace tarde e Iván no tarda en estar chingue y chingue que donde estamos.

—Dile tú.

—Alejandra.

—Alfredo.

—Ve, ándale.

Ale soltó un suspiró y rodó los ojos. Se dirigió hacia la habitación de Marbella. Al llegar al marco de la puerta, miró que estaba abierta y miró a Marbella sentada en la cama.

Tenía la mano en el muslo, mirando hacia abajo, tratando de respirar lentamente.

—Marbella, te sientes bien?— entro.

Marbella asintió levemente y se puso de pie con cuidado.

—Si, me duele un poco acá abajo pero ahorita se me pasa.

—Estas segura? Si no te sientes bien, nos quedamos y llamamos al doctor de la familia. Ahorita le llamo a mi mam..

—No no, no hace falta. Ahorita se me pasa, aparte, no podemos faltar el cumpleaños de Iván. Con el trabajo que le costó a tus papás convencerlo de hacerlo en grande.

—Eso no impor..

—Ya estoy bien.— sonrió. —Te dije que se me iba pasar, estoy bien.

—Mar..

—Ya vámonos antes de que tu hermano se moleste.

Sin dejar que Ale dijera otra palabra, Marbella salió de su habitación y bajo a la sala donde Alfredo estaba, mirando hacia fuera.

—Ya?— Alfredo pregunto sin mirarlas.

—Si, vámonos.— Ale contesto.

Alfredo abrió la puerta y salieron los tres. Al llegar a la camioneta, Alfredo le abrió la puerta pasajera a Marbella y la de atrás a Ale.

El camino estuvo un poco callado. La única que hablaba era Ale. Marbella le respondía ya que Alfredo la ignoraba, el sólo tarareaba la música que se escucha de la radio.

—Pero yo le dije que chingara su madre, yo no tengo tiempo para andar aguantando sus majaderías.

Marbella miró Alfredo de reojo.

—Tengo un filón detrás, el no es el único. Esta pendejo si cree que voy estar llorando por el, ni que fuera la fiona pa..

Alfredo subió el volumen sin dejar que su hermana terminara de hablar.

—Estoy hablando, Alfredo!— Ale grito.

—Es que estás hablé y hablé!— le bajo. —Pareces pinche cotorro, ya hasta me duele la oreja de andarte escuchando quejándote de quien sabe quien.

Inviable - jagsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora