Capítulo 6: Familia

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Corría por una avenida que era super larga, iba escuchando música con sus auriculares mientras corría, el viento movía su pelo, pelo que se había cortado a la altura de los hombros y teñido de un rojizo cobrizo que le quedaba precioso cuando el sol le iluminaba, se había hecho un cambio de look, quería sentirse renovada. Tras seis meses más, las hormonas le mejoraron su cutis haciendo que su piel se pusiera más bonita y tersa, parecía otra, pero seguía siendo la misma. Ella insistía en que quería estar en forma a pesar de la pelota ya bastante grande que tenía, siempre decía que le apetecía hacer un cambio en su vida y que ahora en Madrid iba a hacerlo, su novio se preocupaba por ella y por el bebé pero también entendió que era aburrido estar tantas horas en casa sin hacer nada. Corría cada mañana cuando empezaba a salir el sol, quería estar en forma y hacer lo mejor para el bebé, para que estuviese sano. Al llegar cerca de una escuela de danza una joven salió repentinamente de la misma justo cuando ella estaba pasando por ahí, chocando con ella y de esta forma cayéndosele los auriculares al suelo.

—¡Ay! Perdón señora.

—No sé qué me duele más, si el golpe o que me llames "señora".

La chica soltó una carcajada mientras le iba a ayudar a recoger sus auriculares del suelo.

—No se preocupe, ya le cojo yo los auriculares, tú bastante tienes ya con eso. —le dijo señalando su vientre. —Y perdón por lo de señora, fue lo primero que se me pasó por la cabeza.

—Tranquila, era broma. Gracias guapa. —le agradecía por recogerle sus auriculares.

—Nada, ¿y qué? ¿Corriendo por la mañana? ¿No te cansas con la criatura?. Uy perdón, no me he presentado, me llamo Helenor, un placer.

—Encantada Helenor, yo soy Paula, y tengo veinte años, por lo de señora, digo. —bromeó Paula haciéndose la resentida. —Y tranquila que esto está controlado, la pequeña aun no me está dando patadas así que eso es buena señal. —dijo entre risas.

—¿En una nena? Que bonita, ¿De cuanto estas? —preguntó curiosa.

—Siete meses casi siete y medio, y si, la verdad seguro que va a salir preciosa, como la madre ¿no?. —dijo con una sonrisa y echando el pelo hacia atrás con su mano.

—Eso seguro. —se reía Helenor. —Ojala yo con esa autoestima, siempre digo que consejos doy pero para mi no tengo. —exclamó colocando un mechón de pelo tras su oreja.

—No mujer, ¿por qué dices eso?

—Es la verdad, ayer mismo me encontré con una chica que la pobre tenía una cara... pero hablé con ella y conseguí sacarle una sonrisa. En cambio a mí... soy un caso perdido conmigo misma. —se reía para que Paula no pensara que realmente lo pasaba tan mal.

—Pues tienes que quererte más a ti misma, al final si no nos queremos nosotras... ¿Quién lo va a hacer?

—Si no, si tienes razón, pero es difícil no se... Pero bueno por lo menos me encanta lo que estoy estudiando y me siento super orgullosa de ello, a parte es mi vía para sentirme libre, olvidar mis complejos.

—Pues no tienes por qué de verdad, estás perfecta chica. ¿Haces gimnasia o algo de eso no?

—Sí, es lo que estudio de hecho, bueno danza pero más de lo mismo ya sabes.

—Oye eres...

—Venezolana.

—Sí eso, es que se te nota un montón.

—Sí, la verdad que tu sabes, las raíces siempre están ahí. Aunque ya lleve como diez años en Madrid, sigo con mis raíces bien puestas. —se reía Helenor y orgullosa de su acento.

Clave De Dio (Saga Claves)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora