Capítulo 21: Dualidad

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—¡Pero qué grande!, ¡Qué! ¡Qué! ¿estás contento eh?.

Bruno estaba sentado en suelo con Zeus sobre él que no paraba de moverse contento de volver a verlo.

—¿Aún te acuerdas de mí?.

Bruno le cogió la cabeza y se quedó mirándole a los ojos por poco tiempo hasta que Zeus volvía a ponerse como loco llenándole de lametones.

—Sí, sí, yo también te he echado de menos, pero bueno venga que se nos hace tarde y no podemos estar aquí toda la tarde, ¿Quieres comida?, veo que tienes el cuenco vacío.

Bruno se levantó y fue donde guardaban el pienso, seguía estando allí donde siempre lo guardaban, Zeus le seguía por detrás emocionado mientras él agarraba el paquete de pienso e iba de nuevo al salón para rellenar el cuenco.

—Ahí tienes, espero que tengas para bastante, de todas formas vendré más seguido.

Bruno se dirigía a la puerta después de haber dejado sus maletas en el sofá para ir al hospital lo antes posible, pero Zeus dejó de comer y fue tras él justo cuando iba a cerrar la puerta.

—Ey, Zeus, tú sigue comiendo venga, voy a volver no te preocupes.

Zeus insistía en seguirle y no dejar que cerrara la puerta, aún quería estar más tiempo con él.

—Venga Zeus, que me tengo que ir, atrás... —ordenó de forma cariñosa.

Zeus hizo caso a Bruno al escucharle, dio unos pasos hacía atrás y le dejó espacio para poder cerrar la puerta mientras él se quedaba dentro de la casa, volviendo a esperar más horas hasta que alguien volviese a entrar. Bruno cerró la puerta y volvió a colocar las llaves bajo la piedra, se dio la vuelta y fue al coche de Bea para que le acercase al hospital donde allí se despedirían y Bruno les daría la sorpresa.

—Cris, ¿te puedo pedir un favor?. —pidió Alma que ya se había despertado hace rato.

—Pues claro Alma, lo que quieras.

—¿Puedes quedarte aquí con mi padre un momento?, voy rápido a casa para darle de comer a mi perro y vuelvo, ¿si?. —rogaba Alma mientras se colgaba su bolso.

—Sí tranquila, lo que sea claro, vuelve a casa sin problema de verdad, yo me quedo aquí cuidando de tu padre.

—¡Gracias Cristian!, en serio, y perdona eh. —se disculpaba por pedirle eso.

—Nada mujer, si para eso me quedo aquí con vosotros, para que no tengas que estar aquí todo el tiempo, que puedas hacer tus cosas también.

—Ahora vuelvo papá, acuérdate que en cinco minutos te van a buscar para tu sesión ¿vale?, venga, ahora te veo. —dijo besando su frente con cariño.

—Adiós cariño, y cálmate, que voy a estar bien, vete tranquila y quédate un rato con Zeus que el pobre tiene que estar aburrido.

Alma sonreía al verle un poco más animado, con un poco más de energía, mientras se dirigía a la puerta le dio un abrazo a Cristian y salió con prisa hacía su casa.

Madrid

Paula había salido a ver los ensayos de Helenor, con lo que pasó con Javier la había dejado un poco de lado y no pudo ir a su presentación, se sentía un poco culpable y por eso quiso ir a verla un rato.

—¡Vamos, chicos!, esta vez no podemos fallar ¿estamos?, tenemos que dejarles a todos con la boca abierta, y si tenemos que practicar el doble, lo hacemos, pero venga, energía, vamos. —animaba el profesor con ganas de que sus chicos y sus chicas sacaran el máximo potencial que tenían.

Clave De Dio (Saga Claves)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora