Sofía dio pequeños pasos hasta entrar dentro del garaje y resguardarse de la lluvia, cerrando su paraguas cuando ya no caían gotas sobre el mismo, Helenor no sabía por qué seguían cayendo lágrimas de sus ojos, ella estaba contenta de ver a Sofía allí, pero sus lágrimas no cesaban, quizá por la decepción, quizá por la emoción, quizá por haberse sentido sola durante dieciocho años y que finalmente hubiese alguien que se preocupase por ella.
—Hel, ¿estás bien?. —preguntó al verla llorando frente a su tarta de cumpleaños.
Helenor negó con su cabeza sin necesidad de decir nada más, también era incapaz en ese instante de decir algo sin romper a llorar del todo.
—Bueno no pensé que iba a ser la primera pero te he traído una cosa, a lo mejor no te gusta pero es solo un detallito. —comentó dando media vuelta y agachándose para recoger su regalo al sacarlo de la bolsa.
Sofía agarró la cajita de zapatos que había envuelto y al levantarse, dar media vuelta e intentar felicitarla por su cumpleaños y mostrarle su regalo Helenor la estrechó entre sus brazos con un abrazo lleno de felicidad, agradecida de tener a alguien allí con ella, agradecida de que alguien se hubiese acordado de ella, agradecida de ella, Sofía.
—¡Felicidades!. —dijo impresionada al verla tan emotiva y no habérselo podido decir antes del abrazo.
—Gracias. —exclamó Helenor con un nudo en la garganta y con una sonrisa apenada en su rostro.
Helenor dejó de abrazarla y se secó las lágrimas para intentar empezar su cumpleaños, dejar de estar triste por haber estado sola y dejar de llorar por pensar que lo iba a pasar abandonada otro año más.
—Perdona Sofi, sé que todo esto es muy raro.
—No, no pasa nada, ¿pero estás bien?.
—Es que... pensé que nadie iba a venir.
—¿Qué? ¿Por qué?.
—Porque no invité a nadie, bueno, solo a una persona, pero no ha venido. —exclamó muriendo de vergüenza.
—¿De verdad?, ay Helenor me tendrías que haber contado, menos mal que tu profesor me avisó de todo esto.
—¿Mi profesor? ¿Dónde le viste?.
—Fui a verte en las clases de danza, pero no estabas y pregunté, fue ahí cuando me dijeron que estarías en tu casa celebrando tu cumpleaños, pero bueno, ten, tu regalo. —exclamó extendiendo sus brazos y mostrándole la cajita.
—¿Esto es... para mí?. —dijo desviando la mirada de la caja a sus ojos.
—Sí, cógela, es para ti.
Helenor agarró la caja y comenzó a desenvolverla, el brillo en sus ojos lo decía todo, sin importar lo que le hubiese regalado ella ya estaba agradecida, completa, no necesitaba nada más para agradecerle a Sofía lo que eso significaba para ella. Cuando terminó de desenvolver el papel de regalo se quedó con la caja entre sus manos mirando con una sonrisa a Sofía por los nervios que sentía al abrir esa caja, colocó su mano sobre la tapa y la abrió. Al ver esos zapatos de baile los ojos de Helenor brillaron como nunca lo habían hecho, era como si estuviese viendo la cosa más bonita del mundo, y realmente lo eran, la forma en la que estaban hechos, el diseño que tenían, la delicadeza del tacto, eran preciosos y Sofía estaba intrigada por su reacción.
—Son preciosos Sofi, gracias de verdad, no sé qué decir. —dijo con una risa.
—No hace falta que digas nada más, me alegro de que te gusten, la verdad que sería un honor para mí que los uses en la muestra que tienes dentro de poco, significaría mucho para mí. —exclamó Sofía con una sonrisa y deseando que no estuviese pidiendo mucho.
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Clave De Dio (Saga Claves)
Teen FictionBruno y Sofía continúan su historia a pesar de todos los problemas que tuvieron, nuevas personas llegarán a la vida de estos hermanos ocasionando nuevos problemas o soluciones para atar todos los cabos que terminaron abiertos. Bruno logrará descubri...