Capítulo 42: Espejo opuesto

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El presentador volvió a salir para presentar la siguiente categoría, los jueces estaban sentados en sus puestos mientras en los pocos minutos en los que el presentador hablaba intentaban deliberar y avanzar con sus puntos a ofrecer a cada uno, pero obviamente tendrían su tiempo al acabar todas las categorías para decidir quién se merecía clasificarse y quién merecía llevarse los premios de cada categoría, ya que para las categorías solo habría un ganador para cada una de las mismas.

—Bueno, he de reconocer que con varios de los que han salido se me han puesto los pelos de punta. —exclamó entre risas. —Es curioso ¿verdad?, el talento que lleva la gente en su interior para cada cosa, es maravilloso poder apreciar estas cosas y sentirlas tanto como ellos y ellas lo hacen, pero bueno, dejando estos comentarios atrás, ahora vamos a pasar con una categoría que si bien al principio puede parecer fácil... igual si no tienes la imaginación que se exige puede llegar a ser muy complicada, porque sí, damas y caballeros, vamos a proceder con la categoría "Obsesión", puede llegar a ser muy complicada si no se entiende del todo, porque vamos a pensarlo fríamente, ¿Qué cosas pueden ser obsesivas como para poder incluirlas en un baile?, bien, pues lo veremos en nada porque señores y señoras, con todos ustedes, ¡Categoría "Obsesión"!, ¡Un fuerte aplauso!.

Ahora era el turno de Sherly, una joven de unos diecinueve años que quería ser bailarina desde muy pequeñita, ya sabía que eso era lo que le hacía feliz desde tan temprana edad e iba a ponerlo a prueba sobre ese escenario en breves instantes.

—A ver, Aritz, Lea, Cyntia y Thomas, a ver que les vea... —intentó encontrarlos el profesor.

—¡Estamos aquí!. —alzaron su voz para detectarlos fácilmente.

—Bien chicos, lo saben hacer ¿vale?, es una categoría complicada, la idea es vuestra y tenéis la esencia, tenéis que hacer entender al público en qué es lo que os estáis basando ¿vale?, ya lo sabéis, sé que dar a entender con movimientos que el amor es una obsesión puede ser más complejo de lo que parece, pero debéis esforzaros como nunca, y yo sé que lo vais a hacer bien, venga animad esas caras anda que va a salir bien. —exclamó el maestro dándoles un abrazo conjunto.

—Gracias profesor, no sabes lo mucho que nos animas siempre y lo mucho que lo necesitamos. —comentó Lea.

Los chicos estaban un poco desorientados, a pesar de haber practicado mil veces si era complicado hacer que la gente se diera cuenta qué era lo que querían mostrar, el baile iba a ser sobre el amor y lo obsesivo que puede llegar a ser pero eran cuatro bailarines y quizá eso podía llegar a distraer más que ayudar, pero así lo habían decidido ellos, y así iban a defenderlo en pocos minutos. Sherly terminó su muestra y era el turno de Eun-lee, un joven asiático que a sus catorce años se adentró dentro de la danza para romper metas y estereotipos que el ser humano había dejado con pensamientos como que el baile y la danza era cosa de mujeres, él quería ser el joven que hiciera milagros sobre el escenario con su flexibilidad y saltos de casi metro sesenta que podían dejar con la boca abierta a más de uno si lo veía, sus movimientos eran sutiles pero lo suficiente para impresionar a cualquiera, y por lo tanto el que más papeletas tenía de llevarse el premio a casa, el joven del segundo grupo que no era de la clase de Helenor, un contrincante demasiado fuerte y que podría llegar a acabar con el equipo de Aritz, Lea, Cyntia y Thomas.

Eun-lee entró al escenario muy seguro, tenía las ideas claras y llevó sobre el escenario un móvil, el cual era el objetivo principal de su baile, era una idea impecable, que no a todos se les había ocurrido, pero es cierto, ¿Qué hay más obsesivo que la existencia de el móvil?, la idea era muy original y eso iba a sumar más puntos de lo normal, la canción comenzó con unos aplausos que hacían el "beat" principal de la canción, acompañado de unos sintetizadores sonando como una cuerda vibrando, y el sonido principal que era la voz de un chico cantando una canción bastante feliz hablando sobre la importancia que puede ser liberarse de un móvil, tener más tiempo en poder pensar en lo que quieres, dejar de pasar horas y horas frente a una pantalla que no te dejaría avanzar con tus metas, centrarte en el mundo real y dejar la obsesión por una pantalla emisora de luz. A Eun-lee le encantaba hacer toques en el móvil al mismo ritmo de la música, mientras bailaba con todo su cuerpo, chocando el móvil con su frente como si este no quisiera alejarse de él, como si estuviera atrapado en ver todas las redes sociales, videos y todo lo que se ocultaba tras esa pantalla de color negro, consiguió dejar el aparato en el suelo cuando la música rompió del todo pudiendo encontrar la felicidad de estar en el mundo real, poder relacionarse y sentir la brisa del aire, parecía estar muy feliz sin el móvil y estuvo dando saltos y seguía bailando cuando no tenía el móvil, pero al ir acabando a música volvió a caer en el suelo arrastrándose hasta llegar al móvil que había dejado, cayendo de nuevo en esta obsesión y dejando un final muy significativo en su baile. Todos aplaudían y se reían por la originalidad que había tenido este chico, a pesar de ser él solo había conseguido la atención de todos y de los jueces, lo había hecho a la perfección y estaban todos muy contentos de su baile tan significativo y real en la vida cotidiana. Poco después dieron paso a Aritz, Lea, Cyntia y Thomas, los cuales bailaron con su mejor actitud, rezando para que los jueces y el público entendieran el mensaje pero que tristemente no estaba tan claro y podía ser complicado de pillar a la primera, podía ser obsesión por el amor, como por los celos o cualquier cosa relacionada y los chicos a pesar de dar lo mejor de ellos podría ser algo difícil de comprender. Terminaron y el presentador volvió sobre el escenario para dar lugar a la última categoría, una de las mejores y no estimó en gastos para dar la intriga que se merecía.

Clave De Dio (Saga Claves)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora