—Amor, ¿Te ibas al final a visitar a la chiquita esta no?.
—Sí, se llama Helenor, Javi. —respondió Paula con una sonrisa.
—Sí, perdóname, es que nunca había oído ese nombre. ¿Y cuando vas?.
—Ahora, estoy ya preparando las cosas pero ya mismo me voy.
—Ah vale, pensé que era más tarde, bueno ten cuidado ¿vale? no le vaya a pasar algo a la pequeña.
—No, tranquilo que a ella no le va a pasar nada.
—No te imaginas la ilusión que me hace pensar que en menos de dos meses la vamos a tener entre nuestros brazos... —exclamó Javi acariciando su barriga.
—Sí... la verdad es que yo tampoco me hago a la idea, después de todas las cosas por las que hemos pasado... que vayamos a formar esta familia es... un regalo.
—Ya... bueno disfruta ¿sí? avísame cuando salgas y preparo la cena. —informó Javier dando un beso en su frente.
—Sí, claro.
Paula se quedó extrañada, era como si le viera inseguro de lo que había dicho de formar una familia.
—Oye, despídete bien ¿no?. —exclamó Paula cuando vio que se dio media vuelta para sentarse a dibujar más retratos.
Javi la miró y levantó una ceja como si de verdad le estaba pidiendo que volviera, soltó una risa seguida de una sonrisa y un movimiento de cabeza lateral mientras volvía hacia ella para darle un beso en la boca.
—¿Así mejor?. —dijo mirándola a los ojos con una sonrisa pícara.
—Mejor. —respondió con una sonrisita mientras lo acariciaba con sus manos tocando sus pómulos. —Te quiero.
—Venga, que vas a llegar tarde anda. —dijo Javi apartando sus manos para que saliera.
—Chao, te veo en la noche, no dibujes mucho que luego acabas agotado y por las noches a veces hay sorpresas. —se despedía Paula con segundas intenciones.
París
—¡Ay! buenas tardes a ti también baboso. —se despertó de la siesta con los lamidos de Zeus. —Qué... ¿Qué quieres?.
Zeus estaba juguetón e intentaba subirse a la cama, ya era lo bastante grande como para subirse pero solo apoyaba sus patas de adelante, sabía que no podía subirse, lo tenía prohibido.
—Venga bájate, ¿Qué hora es? que ya estás pidiendo comida. —exclamó mirando su móvil. —¿Las seis? ay perdón enano, tú aquí muriéndote de hambre y yo dormida. —dijo mientras le daba mimos en su cara. —¿El otro papi no te dio nada?.
Alma se levantó de su cama y fue a lavarse la cara al baño, llevaba puesto un pijama que utilizaba siempre que se iba a dormir, pero no quiso cambiarse porque no tenía nada que hacer en todo el día. Bajó las escaleras con Zeus y Oliver estaba sentado en el sofá mirando la televisión...
—Ah pero si tienes tu cuenco lleno baboso. —exclamó mirando el cuenco de Zeus en el salón.
—Sí, cuando llegué se lo llené, ¿por qué, no le gusta?.
—No claro que si le gusta, si siempre se lo come pero pensé que no se lo habías llenado, entonces de qué te quejas enano, si estás como un rey. —dijo agachada jugando con él para que viera que no le importaba que la despertara de la siesta.
—Mira a ver si... —quiso decir antes de que empezara a toser de una forma silbante. —A ver si no va a comer.
—Uy papá eso sonó horrible, ¿estás bien?.
ESTÁS LEYENDO
Clave De Dio (Saga Claves)
Teen FictionBruno y Sofía continúan su historia a pesar de todos los problemas que tuvieron, nuevas personas llegarán a la vida de estos hermanos ocasionando nuevos problemas o soluciones para atar todos los cabos que terminaron abiertos. Bruno logrará descubri...