Capítulo 17: Impulsos

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—Hija otra vez fallaste la prueba, cielo tienes que esforzarte más, así no vas a conseguir nada nunca.

—Mamá lo sé, créeme que lo sé, pero no es tan sencillo como piensas, además ¿puedes por un momento dejar de criticarme y ponerte en mi lugar?.

—Helenor cariño, no te critico amor, solo quiero lo mejor para ti ya lo sabes, pero me da pena que no te esfuerces por algo que te gusta tanto, ¿o quieres que te recuerde quien estuvo día tras día insistiendo que quería entrar en una academia de danza?.

—Y es lo que más quiero en este mundo, pero solo necesito tiempo.

—Pues de eso precisamente no hay mucho Helenor, pero bueno no te agobies tampoco ¿vale?.

—No me agobio mamá, sois tú y papá los que me agotáis constantemente pidiéndome que haga cosas que actualmente no puedo hacer.

—Lo siento cielo, a lo mejor tienes razón, tu padre y yo nos hemos puesto muy pesados últimamente, pero entiende que tampoco es fácil para nosotros verte fracasar.

—No perdóname tú a mí, es que a veces me altero y digo cosas que no quiero decir.

—¡Amor, ya hice mi maleta!. —gritaba desde su cuarto el papá de Helenor.

—¿La maleta?. —preguntó Helenor extrañada.

—Sí, verás cielo, tu padre y yo como sabes ayer fue nuestro aniversario y hemos decidido ir unos días a Noruega, dicen que hay auroras boreales y nos hace muchísima ilusión. Siento no haberlo dicho antes cielo es que...

—Pero mamá, ¿unos días, cuántos?.

—Una semana, volvemos el uno de diciembre Helenor pasaremos la navidad juntos no te preocupes.

—No es eso, mamá dentro de tres días es mi cumpleaños. —exclamó indignada.

—Ay amor, pero ¿no ibas a celebrarlo, o sí?.

—No sé, dime tú, son mis dieciocho años mamá, obviamente que quería pasarlo con vosotros, mira da igual, disfruten de vuestro bella luna de miel o lo que queráis hacer. Total ya estoy acostumbrada a quedarme sola en los días importantes. —dijo mientras se metía en su cuarto cerrando la puerta de golpe.

—¿Todo bien?. —preguntó el padre.

—Tu hija, que se acaba de enterar de nuestro viaje y se ha enfadado porque no vamos a celebrar sus dieciocho con ella. —exclamó un poco desanimada y con un suspiro.

—Bueno tranquila amor, tiene muchas cosas en la cabeza, esto de la danza también le está resultando difícil y le está agobiando, no te preocupes por eso ahora ¿vale?, solo está agobiada, ya se tranquilizará y comprenderá que no pasa nada. —exclamó abrazándola por detrás.

París

—Papá mira, te traje unas cosas, este cuadro que sé que te gusta, ¿te lo pongo por aquí?.

—Gracias cielo, si ahí mismo está perfecto.

—Toma, el colgante de mamá, para que lo lleves contigo como siempre, no tenía sentido dejarlo en casa.

—Alma... lo siento. —se disculpó Oliver cogiendo sus manos dejándola sin poder seguir rebuscando en su bolso.

—¿Por?.

—Por todo, no sabes lo mal que me siento al estar aquí, tener que cuidarme, verme pasar por esto... No tendrías porqué estar pasando por esto...

—Papá no pasa nada, no te sientas culpable ni triste de verme aquí contigo, solo lo paso mal cuando no estoy contigo y eso es cuando estoy en casa, no te sientas mal al verme aquí contigo ¿sí?. Lo que más feliz me hace ahora mismo es estar contigo, da igual si tiene que ser en un hospital, un parque o donde sea.

Clave De Dio (Saga Claves)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora