Sofía miró a Luciana rápidamente y se levantó y fue a ver cómo estaba Helenor.
—¡Helenor esto es muy importante, hemos practicado demasiado para que tu solo estés pensando en cómo te ves, en que se te ve, en tus inseguridades!. —escuchó Sofía como reñía el profesor tras la cortina a Helenor.
—Lo siento muchísimo maestro, de verdad que no quise.
—¡Helenor, tienes que concentrarte, has hecho a perder nuestra actuación!, ¿si lo sabes?, ya no nos van a seleccionar, o te centras o me voy a ver obligado a echarte del grupo.
Helenor sintió como su corazón se estremeció en ese instante al escuchar las palabras del profesor, también al sentirse culpable de que por un fallo sus compañeras y compañeros fueran a fracasar la muestra. Ahora tendrían que volver a esperar a la próxima muestra que la cuál era la última y que servía como segunda oportunidad, volvían a tener catorce días para practicar y poder quedar seleccionados. El profesor observó que ya estaban acabando la muestra y tuvo que irse a prepararse para dar las gracias al público y a sus alumnos. Sofía se quedó justo en la última escalera sin saber cómo reaccionar, había escuchado todo y sabía que Helenor estaría destrozada... Helenor se puso mirando a la pared mientras intentaba secar sus lágrimas con sus dedos para que no se le corriera el maquillaje.
—Ten. —exclamó Sofía extendiendo su brazo, sujetando una servilleta en su mano.
—Gracias...
Helenor agarró la servilleta y comenzó a secar sus lágrimas con delicadeza, Sofía no sabía qué decirle para hacerla sentir mejor, no sabía si hablar de otro tema le serviría o si le sentiría mal.
—¿Por qué sigues ahí?. —preguntó Helenor dando media vuelta con sus ojos brillantes.
—No, bueno... es que no quiero dejarte sola.
—Ah, no te preocupes, toda mi vida he estado sola, no tienes que quedarte si no quieres. —dijo mientras se le volvía a caer una lágrima de color oscuro por el maquillaje.
—Anda no digas eso... espera, déjame ayudarte, mira hacía arriba. —expresó Sofia cogiendo la servilleta de su mano.
Helenor le hizo caso y dirigió sus ojos hacia arriba, Sofía tocó con pequeños toques sus pómulos y cerca de su lagrimal para secar sus lágrimas y secar su rostro sin que queden marcas de su maquillaje. Helenor notó que había terminado y devolvió la mirada a sus ojos, al instante le salió una pequeña sonrisa agradecida.
—No hagas caso a lo que dijo ese señor ¿si?, lo estabas haciendo genial Helenor.
—Gracias, pero es mi maestro, y si tiene razón, siempre estoy con mis preocupaciones, interponiéndolos en la danza, haciendo que todo salga mal, traicionando la confianza de mi maestro y las de mis compañeros... A lo mejor debo dejar que ellos triunfen yéndome del grupo antes de que me echen...
—No, no hagas eso, ¿te recuerdo que gracias a ti y a tus palabras, hoy puedo conseguir sacar una sonrisa?, Helenor eres especial, y te digo lo que tú me dijiste, eres demasiado bonita, demasiado hermosa, y demasiado perfecta como para estar preocupándote por tu físico y fastidiar tu sueño.
Helenor la miraba con una sonrisa tímida.
—Lo de demasiado perfecta no te lo dije... —exclamó sintiendo que eso había sido un pensamiento de Sofía y no era lo que recordaba que le dijo.
—Bueno, es que no me acuerdo exactamente de lo que me dijiste, pero a lo que voy es que no dejes de cumplir tu sueño por esto, lo haces increíble Hel, tienes talento de sobra para impresionar a los jueces, y todos tus compañeros también lo hacen súper bien, de verdad, os va a ir genial la próxima vez. Y si no lo crees así, déjame ayudarte, déjame hacerte ver que eres una chica que no necesita tener inseguridades. —se ofreció Sofía mientras agarraba fuerte sus hombros.
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Clave De Dio (Saga Claves)
Teen FictionBruno y Sofía continúan su historia a pesar de todos los problemas que tuvieron, nuevas personas llegarán a la vida de estos hermanos ocasionando nuevos problemas o soluciones para atar todos los cabos que terminaron abiertos. Bruno logrará descubri...