Capítulo 13: Inquietud

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París

Alma y Oliver salieron de casa a primera hora de la mañana, Oliver no se recuperaba y seguía con una tos persistente que le dificultaba la respiración, Alma no sabía qué hacer y solo esperaba que todo estuviera bien.

—Bonjour, qu'offrez-vous ?. —exclamó el doctor.

—Buenas quisiera. —intentó seguir antes de toser de nuevo.

—Bonjour, ¿Español?. —preguntó Alma.

—Sí, perdón, ¿Qué se les ofrece?.

—Tenéis que examinar a mi papá, lleva así desde ayer y no parece que mejore, por favor, anoche al toser le salió sangre. —pedía Alma preocupada.

—Señor, ¿siente dolor en el pecho o le falta aire?. —preguntó el médico mientras se acercaba a él.

—Sí, también me noto muy cansado... al respirar cuando estoy acostado tengo una respiración silbante.

—¿Dice que desde ayer fue que se presentaron los síntomas?.

—Si, bueno, ayer o antes de ayer también noté que me costaba un poco respirar.

—Vale, voy a mandarle con el neumólogo ¿okay?, este te revisará los pulmones a ver qué le ocurre, la razón del problema respiratorio entre otras cosas, ¿le parece?.

—Perfecto, gracias. —respondió Oliver intentando respirar suave y lento para no volver a toser.

—Papá te vas a poner bien ¿sí?, seguro que algo te recetan y mejorarás en nada.

—Hola, Oliver ¿verdad?. —preguntó el neumólogo que había sido avisado.

—Sí, soy yo.

—Perfecto, acompáñeme por favor.

—¿Puedo ir?, soy su hija.

—Sí, claro. —exclamó amablemente el doctor.

Alma y Oliver siguieron los pasos del especialista que los guio hasta un cuarto donde les estaba esperando otro médico en su interior.

—Bien, Oliver cuando pueda por favor siéntese aquí, perfecto, le comento, le vamos a realizar unas pruebas para ver si hay algún problema con su respiración. Primero me va a hacer unas respiraciones profundas por favor.

El médico colocó su estetoscopio sobre su pecho y espalda para escuchar sus pulmones y evaluar la gravedad del asunto, en efecto el doctor notaba algo extraño en el interior de los pulmones y en el sonido que emitían, al terminar de examinarlo miró a su compañero y le hizo una seña con un movimiento de cabeza confirmándole que había algo raro...

—¿Usted fuma señor?.

En ese momento Alma lo miró tranquila esperando a que diera su respuesta, a que dijera que lo había dejado a los pocos meses de cuando empezó que fue cuando murió su madre, pero Oliver se quedó callado sin saber que decir, pues en realidad nunca lo había dejado.

—Fumaba, pero lo dejó hace años, ¿verdad?. —respondió Alma al ver que Oliver permanecía callado.

Oliver la miró decepcionado y con vergüenza.

—¿Puede dejarnos solos un momento?. —pidió el neumólogo.

Su compañero se levantó del sitio y acompañó a Alma fuera del cuarto.

—Venga conmigo querida, esto es algo confidencial y no podemos estar presentes.

—Pero, papá... —dijo en voz baja mientras lo volvía a mirar triste al pensar que no había respondido él por algún motivo.

Clave De Dio (Saga Claves)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora