Finalmente llegó la hora, eran las diez de la noche, "La Riviera" en Madrid era el lugar donde iban a tocar Bruno, Zoa, Alan y Anuar, Zoa estaba sobre el escenario comprobando que los micrófonos y todo estaba correcto, que no habían fallos de sonido y todo estaba perfectamente. Habían ensayado tanto que no querían que fallara nada, el concierto estaba lleno de gente, hasta las diez y media no iba a empezar el concierto pero la gente gritaban como locos, la banda de Zoa era bastante famosa desde hacía tiempo y ahora que sabían que Bruno formaba parte de ellos surgían más expectaciones, todos sabían que Zoa y Bruno cantarían a dueto, y todo el público lo estaba esperando.
—¡Chicos ya estamos aquí!. —gritaba Alan emocionado.
—¡Sí!, ¡dios que ganas de que empiece esto ya!. —exclamó Zoa.
—¿Está todo bien Zoa?, ¿ya has toqueteado todo?. —preguntó Bruno.
—Sí, chicos está todo de lujo, los micros van bien, lo único miren a ver si los micrófonos están a una buena altura de los instrumentos.
—Ahora mismo te digo. —informó Anuar probando que el micro estaba cerca de la batería. —Está joya, por mi parte estoy perfecto.
—Sí yo igual, sí porque aunque yo me vuelva loco y haga esto, perfecto, se sigue escuchando. —dijo mientras hacía una prueba moviéndose mucho.
—Sí, Zoa yo también, igual estoy super aquí, el micro me da en la boca y el otro da justo en el piano, lo has calculado fenomenal.
—Perfecto entonces chicos, pues nada, a soltar nervios que en media hora esto empieza, ¡Vamoooos!. —exclamó dando saltos intentando que la siguieran.
Estaban muy contentos, ellos como banda en sí hacía mucho tiempo que no conseguían tener un concierto para ellos, siempre debían ir como invitados o gastarse mucho presupuesto pero esta vez era diferente, las entradas se habían agotado, prácticamente nadie conocía a Bruno, no sabían si lo hacía bien o no, pero le tenían mucha confianza, siempre que alguien entraba en la banda de Zoa, tenía talento y despertaba mucha curiosidad. Algunos vinieron desde otros lugares ya que si conocían a Bruno por el pequeño evento que tuvo con su conservatorio, dándole un pequeño público para él.
—Ven sígueme, tiene que haber una salida, no pueden haberlo dejado todo cerrado. —exclamó Soledad mirando por todos lados.
La casa en la que estaban Alvin y Ricardo estaba totalmente oculta, las ventanas tenían unos barrotes de acero que impedían poder salir de allí por las mismas, la única salida era la puerta pero estaba cerrada con llave desde fuera. La casa tenía dos entradas así que Soledad fue para comprobar si habían cerrado también la otra.
—¡Mierda!, que cabrones. —dijo al intentar forcejear el pomo de la puerta.
—¿No abre?.
—No.
—Bueno voy a encender el móvil, voy a llamarlos.
—Sí, exacto, llámalos, antes de llamar mándales la ubicación acuérdate.
Paula encendió el móvil y entró en el chat de Javier, abrió su ubicación y se la mandó. Laura, Helenor y Sofía seguían buscando juntas por todas las casas abandonadas que se habían encontrado por unas calles antiguas de Madrid, Luciana y Javier por otro lado habían optado por meterse en un pueblo fantasma donde todas las casas parecían estar en las últimas, estaban pasando por encima de un puente de piedra cuando Javier notó su móvil vibrar en su bolsillo.
—¡Luciana!, ¡Luciana!.
—¡Dime, qué pasó!.
—Es Paula, me está llamando. —exclamó con el dedo casi deslizando para abrir la llamada.
ESTÁS LEYENDO
Clave De Dio (Saga Claves)
Teen FictionBruno y Sofía continúan su historia a pesar de todos los problemas que tuvieron, nuevas personas llegarán a la vida de estos hermanos ocasionando nuevos problemas o soluciones para atar todos los cabos que terminaron abiertos. Bruno logrará descubri...