—¿Qué haces aquí?.—preguntó Alma sin esperarlo.
—No iba a dejarte sola con todo esto, Oliver... ¿Cómo lo llevas?.
—Bueno, ahí estamos, gracias por venir, la verdad que no te esperaba ver aquí.
—¿Pero, y cómo te enteraste?. —cuestionó Alma extrañada.
Cristian hizo un gesto con su cabeza hacía Bea con una sonrisa.
—¿Qué?, no, no, esta vez sí que no tuve nada que ver. —dijo Bea mirando a Alma inocentemente con media sonrisa.
—¿No solo le das la dirección de mi casa sino que también le informas de esto?. —exclamó sonriente Alma de broma. —Lo siento Cris, gracias pero si no te apetece estar no pasa nada de verdad. —se disculpaba Alma sin ánimos de meter a nadie más en todo esto.
—No Alma, al contrario, quiero estar aquí, contigo, con vosotros. —expuso Cristian tocando sus manos dando a entender que no le importaba.
—Oye, que iba en serio, que yo... no te he dicho nada. —afirmó Bea de nuevo un poco más seria. —Que yo solo se lo he dicho a... mi madre. —dijo mirando hacia abajo por casi decirlo.
—Princesa, ¿entonces esto qué es?. —mostró Cristian su móvil con el mensaje.
—¿Cómo?. —se sorprendió mientras sacaba su móvil para comprobarlo.
En efecto, Bea tenía en su móvil el mensaje enviado al número de Cristian.
—Tranquila Bea, que no pasa nada, no te preocupes de verdad, si mira, mirándolo desde un punto de vista, no está tan mal tener a alguien más para acompañar a mi padre, así que gracias. —intentó tranquilizarla dándole las gracias.
Bea se quedó un poco extrañada, soltó una sonrisa mientras la miraba para hacerle saber que la dejaba más tranquila sabiendo que no le importaba que Cristian estuviera allí, pero ella no estaba del todo cómoda en ese momento, pues estaba convencida de que no le había enviado ningún mensaje, que a la única persona a la que había informado sobre el cáncer de pulmón de Oliver, fue a Bruno.
—Oye, ¿quieres que me quede aquí esta noche?, te ves muy cansada, tienes que dormir un poco. —consultó Cristian mientras le deslizaba el índice por su mejilla.
—No Cris, gracias de verdad pero no te puedo pedir eso, además aunque te quedes... quiero estar despierta, no quiero que le pase nada a mi padre.
—Cielo, hazle caso y duerme un poco, yo estoy bien, no me va a pasar nada, ¿no pretenderás quedarte despierta todos los días?.
—Pero papá.
Oliver la miró alzando su ceja y bajando levemente su cabeza como si le estuviera diciendo con la mirada que le hiciera caso, que lo necesitaba.
—Está bien... Quédate, pero si quieres irte, o lo que sea, me avisas que no quiero que estés aquí por obligación.
—Tranquila, no tengo nada que hacer, tu descansa que ya me encargo yo de que tu padre esté mejor que nunca. —dijo asintiendo con la cabeza dándole la confianza que necesita.
—Gracias Cris. —exclamó agradecida con un beso en la mejilla.
Alma se sentía muy agradecida de que alguien le ayudara junto a Bea a estar con su padre, no tenía sentimientos por él pero en ese momento fue lo primero que le salió hacer, por eso le dio un beso en la mejilla por ofrecerse a cooperar con todo esto, por estar allí para ayudar y acompañarlos.
—Venga, pues vuelvo en un momento ¿vale? Voy a comprar unas cosas y vuelvo. —informó Cristian mientras dejaba su maleta en una de las sillas de la habitación.
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Clave De Dio (Saga Claves)
Teen FictionBruno y Sofía continúan su historia a pesar de todos los problemas que tuvieron, nuevas personas llegarán a la vida de estos hermanos ocasionando nuevos problemas o soluciones para atar todos los cabos que terminaron abiertos. Bruno logrará descubri...