Capítulo 49: Hasta que la muerte nos separe

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—¿Sofía?, ¡cielo la hemos encontrado!.

—¿De verdad?. —preguntó en voz alta.

—Sí, pero amor no hay tiempo, el coche, tenéis que volver al coche y venir lo antes posible a por nosotros, Paula está de parto, y las contracciones cada vez las tiene antes, ahora las tiene cada diez minutos.

—¿Qué?, vale, ahora vamos.

Sofía informó con gritos a Helenor y Laura para que la siguieran, empezó a correr como podía para llegar de nuevo al coche, Helenor y Laura corrieron detrás de ella, estaban dentro de un sendero con casas viejas y estaba todo lleno de plantas y enredaderas. Pasaron cinco minutos y parecía que volvían a ver la civilización que era donde habían dejado el coche y iban lo más rápidas que podían pero en el suelo había una enredadera enganchada con una piedra que hizo que se sostuviera un poco más elevada haciendo que Helenor metiera su pie por debajo enganchando con su tobillo y haciéndole caer de boca contra el suelo.

—¡Auch!.

—¡Helenor!. —gritó Laura preocupada.

—¿Qué pasó?. —preguntó Sofía que iba la primera y no se dio cuenta.

—¡Ay, ay, ay!, el tobillo, me duele, me duele... —lamentaba Helenor mientras se lo agarraba con su mano.

—¿Puedes moverlo?. —preguntó Sofía asustada.

—No... es tenerlo así y ya me duele. —dijo sin moverlo nada.

—Vale, Laura, no hay tiempo, ve a por el coche y búscalos ¿sí?, yo me quedo aquí con Helenor. —ordenó Sofía intentando saber qué podían hacer.

—¿Segura?, chicas hay dos locos sueltos, no es seguro que-. —quiso seguir diciendo.

—¡Laura!, vete, Paula está a punto de parir, joder. —volvió a repetir sin querer perder más tiempo.

—Vale, si pasa algo llamad. —dijo Laura antes de seguir corriendo.

—Agh... joder, lo siento Sofi, soy un lastre.

—No, no digas eso Helenor, esto está lleno de matorrales, no sé ni donde estamos.

—¡Papá!, ¿escuchaste eso?.

—¡Hijo, déjate de tonterías y sígueme!.

—¡No, papá!, de verdad, escuché la voz de Sofía.

—¡Ricardo yo me voy a ir, hay mucho que hacer todavía y no voy a perder un segundo más, tenemos que salir de aquí ya, joder, no me vas a joder el plan, voy a matar a Bruno esta misma noche.

Sofía había tapado la boca de Sofía para que no dijese nada, estaban cagadas de miedo escondidas detrás de un árbol, cuando estaban hablando Sofía negaba con su cabeza muy despacio para que Helenor no se quejara del dolor de su tobillo, Helenor sentía un ardor horrible y sus ojos hablaban por ella, pues estaban cayendo lágrimas de los mismos. Ricardo y Alvin estaban caminando por el sendero intentando volver a la civilización. Ricardo estaba cansado de hacer caso a su padre, si quería matarlo allí mismo que lo hiciese, pero él estaba seguro de haber escuchado a Sofía, y no iba a dejar escapar esa oportunidad.

—Pues vete tú solo, yo me voy a quedar aquí, siempre tienes que tener tú la razón, te estoy diciendo que he escuchado a su hermana.

—Haz lo que quieras Ricardo, si tan seguro estás encárgate de ella y dale el mismo destino que va a tener su hermano, pero yo tengo que ir al concierto, y nada ni nadie va a pararme.

Alvin siguió caminando acercándose a la ciudad y saliendo de aquel bosque lleno de insectos y plantas, Ricardo en cambio dio media vuelta y caminó muy despacio para ver si escuchaba algo. Sofía no podía hacer ruido pero sus ojos también lloraban al escuchar que querían matar a su hermano y que no iba a sobrevivir a esta noche.

Clave De Dio (Saga Claves)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora