Capitulo VII

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Letizia

 ((Marcada por tu línea de vida, un destino ya escrito desde el día de tú nacimiento, naciste para ser alguien, para brillar, veo eso, éxito, serás la mujer más importante de este país, y amada por muchos continentes, veo felicidad y plenitud, pero una culminación trágica, te pasará lo que ha muchas otras si no sueles ser obediente.))


Cerré los ojos porque aquel golpe me aturdió. Todo era sombras y ruidos lejanos. Él hombre en el volante se quejaba del dolor. Yo. Yo no sentía nada, solo un profundo sueño que me envolvía como una ráfaga de viento y me sube hasta las nubes... — No se mueva .... Sentía varios brazos encima de mi, algo que sostenía mi cabeza.... Se escuchaba muchas sirenas. Ya no podía abrir los ojos y para este momento, también deje de escuchar.

(( Su mano comenzó a temblar, su vista se nublaba como si estuviera a punto de tener un episodio de epilepsia, al principio pensé que era por la oscuridad de aquel lugar y el humo que salía sin control de una especie de lámpara, no era un olor desagradable, era una combinación entre lavanda y cítricos, era difícil identificar exactamente los olores, mi vista también comenzaba a nublarse a un punto que sentí dormirme, ¿En que estabas pensando Letizia? ))


No era Diana de Gales. No era Grace de Mónaco. No suponía una amenaza para nadie, o al menos eso creo. En algo no se había equivocado aquella mujer adivina. Fui la mujer más importante de este país, me amaron y me odiaron. Pero no fui obediente, no quise regir a las reglas absurdas y anticuadas. Fui una mujer con voz y voto. Alguien que apoyo a su marido hasta el fin de sus días. ¿Moriría como esas otras mujeres? Tenía mucho sentido.

Cuando salí del palacio, a segundos de haber salido a la calle, mi celular sonó ... — Alguien a filtrado el acuerdo de divorcio. Es el nuevo chisme que tienen los periodistas. Los diarios importantes no lo publicarán, pero los de calle .... Terminamos de hablar y era como si el aire los hubiera traído al lugar exacto de mi encuentro. Tipos en motocicleta acercándose al vehículo ... — Gira a la izquierda y aumenta la velocidad.... Alguien de la escolta se comunicó con el copiloto de mi auto. Solo veía como los tipos luchaban por sacar una fotografía mía. Vi hacia atrás y la escolta se pegó más al auto. Los fotógrafos parecían no rendirse, al contrario, se multiplicaban como esos paparazzis de los Estados Unidos. Pasaríamos el cursé, una avenida muy transitada. Él chofer se veía sumamente estresado y nervioso .... — No responde el freno ... Se hablaban entre ellos. Yo me agachaba para que no siguieran con sus flash en la ventana, no quería que nadie me viera. Pero que el auto no tuviera frenos, esto ya me sonaba a algo premeditado.

Quita la marcha y cuando desacelere metes con todas tus fuerzas el freno de mano .... El copiloto sonaba más experto que el chófer, él hombre estaba bañado en sudor .... — No lo vamos a lograr.

Hazlo .... Grito, pero fue demasiado tarde, al cruzar el auto no se alcanzó a detener. Los autos nos golpearon con fuerza y mi cabeza golpeó con el vidrio lateral del auto. Nada grave a comparación del chófer. Todo el impacto lo llevo él.

(( Letizia me siento muy mal .... Un llanto desgarrador como si alguien se hubiera muerto, ya ha pasado en otras ocasiones... — Todo está bien, tranquila, pasa siéntate que te voy a preparar un té de tila para que te calmes.... Aunque ya había pasado en otras ocasiones nunca se está preparado para situaciones así, como ayudar a alguien que se siente perdido, como decirle a alguien que no estás solo, cuando evidentemente ellos se sienten así, lo he experimentado en carne propia y esas frases hechas no ayudan en nada.... — Te juro que no se que hacer con mi vida....

El Día Que Decidí Amarte  (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora