Capitulo III

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Felipe

Entramos a un bar, había tanta gente que nadie notaría mi presencia, por primera vez no me importaba que me vieran, llevaba de la mano a la mujer más hermosa del mundo, la que me vuelve loco con tan solo una caricia. La noche era joven y también fresca, me volví a sentir como un adolescente impulsivo e irracional.

Le entregué una copa de brandy y yo uno de whisky. Su cara era de desagrado pero aún así se tomó el vaso... — Esto sabe horroroso ... Dejo el vaso en la barra, la música estaba tan alta que con esfuerzo la escuchaba... — El tercer vaso lo sentirás mejor .... La tomé de la mano para llevarla a la pista de baile. El mundo a nuestro alrededor gritaba y saltaba, era una de las grandes cosas que tenía está cuidad, todo era fiesta y diversión, los días parecían avanzar más rápido aquí que en cualquier otro lugar. La pegue a mi cuerpo cada vez que tenía la oportunidad, es una mujer muy sensual, pues en cada movimento que hacia mi parte más noble tenía un ligero palpitar. La bese sin control alguno, nuestras lenguas luchaban entre si por un dominio que teníamos perdido, la respiración nos comenzó a faltar y solo de esa manera nos pudimos alejar. Volvimos a la barra por otros tragos y este se lo bebio como si fuera agua, estaba sorprendido de lo desinhibida que es, se sabía divertir y eso me contagiaba, yo era un hombre reservado y en ocasiones tímido, como ella podía sacar mi lado más descarado. Bailamos y bebimos toda la noche, ella ya estaba completamente ebria, me sentía mal por haberla puesto en ese estado.

- Sube al coche amor... La sostenía entre mis brazos para que no cayera al suelo, se logró subir al auto y yo me subía por la otra puerta, por fortuna no íbamos en un coche tradicional, era una limosina bastante espaciosa.
Tenía tanta energía que no se podía estar quieta, me tomo por las mejillas y me llevo hasta su boca, me tomo por sorpresa, yo correspondía su beso de manera más tierna pero en ella parecía haber un fuego desbordado. Subio encima mío, besándome y queriendo arrancarmea la ropa ... — Letizia, Letizia ... La tomé de la cara para que me viera fijamente, estaba perdiendo el control ... — Vamos en el coche amor tranquilízate.

- ¿Y que con eso? No quieres estar conmigo ... Me veía confundida, el alcohol está a haciendo sus estragos, subió sus piernas en las mías y las acaricie sutilmente.

- Claro que quiero estar contigo pero cuando lleguemos a la habitación, aquí no es momento... Bajo sus piernas y recargo su cabeza en la ventana alejándose de mi. Por un momento pensé que se había quedado dormida pero no, solo está enojada, está noche había aprendido una gran lección. Jamás volverle a dar alcohol.

Nos dejaron justo en la entrada del edificio, bajamos, quise ayudarla pero no me lo permitió, agradecí al chófer y nos dispusimos a entrar, era un largo pasillo con varias habitaciones, la última, la nuestra.

- Oye amor, porque ese cuadro se está moviendo

- No lo hace, eres tú qué ya estás ebria

- Exagerado, no lo estoy tanto y suéltame que ya recordé que estoy enojada contigo ... Camino sola, permanecí ahí parado viendo cómo caminaba con esfuerzo, no sabía si reír o correr a ayudarla, me parecía que esto iba a ser una historia divertida para el futuro. De pronto ví como cayó al suelo y mi risa se borró, corrí a ella .... — Déjame ayudarte, vez te dije que no estabas bien, te voy a pedir un café bien cargado.

- No, no quiero nada de eso, ya déjame ... Me dió un manazo y se levantó sola. Por fin llegamos a la habitación, se sentó en la cama y la observé por un rato, es una hermosa mujer, es hermosa, atractiva, es el sueño de todo hombre, aún y cuando se pone de mal humor y no la aguanto. Está noche conoci su lado más descarado, y me ha encantado, sus delgadas y firmes piernas, sus ojos verdes que hechizan, su maldito escote que toda la noche me lleva atormentando.

El Día Que Decidí Amarte  (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora