El Principio

1.1K 33 3
                                    

Capitulo I
Letizia

Marcada por tu línea de vida, un destino ya escrito desde el día de tu nacimiento, naciste para ser alguien, para brillar, veo eso, éxito, serás la mujer más importante de este país, y amada por muchos continentes, veo felicidad y plenitud, pero una culminación trágica, te pasará lo que a muchas otras si no sueles ser obediente.

 Su mano comenzó a temblar, su vista se nublaba como si estuviera a punto de tener un episodio de epilepsia, al principio pensé que era por la oscuridad de aquel lugar y el humo que salia sin control de una especie de lámpara, no era un olor desagradable, era una combinación entre lavanda y cítricos, era difícil identificar exactamente los olores, mi vista también comenzaba a nublarse a un punto que sentí dormirme, ¿En que estabas pensando Letizia?, sabia que no era buena idea venir con esta señora pero animada por mi amiga Sol, eme aquí.

Cuídate, porque así como muchos te amaran, muchos otros te desearan lo peor.

Charlatanerías, eso me pasa por gastar mi tiempo en estas cosas, salí de aquel lugar sacudiendo mi ropa como si eso fuera suficiente para quitar aquel olor. Trate de olvidarme de aquello y seguir con mi día, pero era imposible. Trata de olvidar, me decían mis amigas, pero es muy fácil decirlo cuando ellas no vivieron lo que yo viví, odiaba a David con todas mis fuerzas, me reprochaba por haber tenido con él cualquier clase de sentimiento positivo, me odiaba también por haber permitido que me sucediera algo así, siempre pensé que era una mujer fuerte y que sabía cuidarme sola, tampoco podía contarle a mis padres porque aquella imagen de mujer independiente que tenían de mi, sería destruida por la lástima y la pena, jamás mi familia se enteraría de algo así, ¡Jamás!

Y una tarde más, encerrada en mi departamento sin tener ganas de salir, el cielo está nublado y todo indica que en cualquier momento comenzará a llover, el aire entra por la ventana demasiado fresco, cierro los ojos para relajarme, caigo inmersa en mis pensamientos en blanco, no quiero pensar, la relajación se apodera de mi y en cualquier momento me quedo dormida, el timbre suena y todo se va la carajo.

— ¿Quién es? 

 — El hombre de tus sueños, preciosa ... Reconocía esa estúpida voz. Kitin es el clásico hombre hostigoso y agotante que cansa en algún momento, pero que todo mundo quisiera en su vida, lo conocí gracias a un par de entrevistas que realizamos, mi productor y él son muy amigos, conectamos a la primera, pero no en el modo de romance, por lo menos no de mi parte y él se ha hecho a la idea de que algún día logrará conquistarme, pero todo va en camino a una gran amistad. 

 Es un científico, marinero y antigüo miembro del ejército, embajador de muchas causas y en resumidas cuentas un hombre loco, le gusta hablar siempre de él y de sus supuestos descubrimientos, es ambicioso y desesperado, con un ímpetu tan fuerte que haría sacar de quicio a quien se propusiera. Le abro la puerta y él pasa, me analiza y hace un gesto de desagrado, estoy en pijama desde la tarde que llegue a casa, mi plan era no hacer nada y para eso tenía que sentirme cómoda, como un buen sábado por la tarde. 

 — Nena eres hermosa como sea, pero ¿En serio?

 — No tengo ganas de salir, así que si esa es tu intención, solo no lo intentes... Voy a la cocina, tomo dos tazas y las lleno de café, mi favorito, me relaja y me ayuda con el estrés. 

 — No seas aburrida, quiero presentarte a un par de amigos, no vamos a tomar ni ponernos locos así que no te preocupes. 

 — Ya conozco a tus amigos, hablan de cosas sin sentido, su intelecto no les da más que solo hablar de dinero y lujo, sabes que esas conversaciones vacías suelen aburrirme bastante, así que tendré que declinar tu valiosa propuesta.

El Día Que Decidí Amarte  (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora