Presente
Felipe
Algo se había quebrado. La amo, eso no está en duda, Pero me sentía lastimado, herido. La duda se había instalado en mi cabeza, a pesar que sabía que ella jamás me pudiera ser infiel. Aquel hombre siempre estuvo obsesionado con ella. Por más que trataba de que esas imágenes imaginarias que creaba mi cabeza se desvaneciera no podía. Hemos tenido una y mil crisis. Salimos avantes, todo mundo me decía que me alejara de ella, que el divorcio era la mejor opción.
Aquel maldito hombre decía que tenía más química con Pedro Sánchez que conmigo. Eso lo único que me provocaba era más inseguridad.
— Todos nos estarán viendo, así que te pediría que trates de no mostrarte muy cercana con Pedro Sánchez ... Está mañana tendríamos una recepción con embajadores extranjeros, ese hombre estaría ahí, tenía que fingir que me caía muy bien. En el pasado así era, Pero con tantas cosas que han sucedido ahora solo lo puedo ver con desprecio. No me contestó. Solo me miró, no se veía enojada, ni frustrada, solo estaba ahí, como si fuera un maniquí a la que peinaban y vestian a su antojo.
Quería decirle lo hermosa que se veía con aquel vestido azul, hacia que sus ojos verdes resaltarán más. Pero no, no podía ser débil y caer en sus encantos, necesitaba que supiera que estaba herido a pesar de que la mayoría de los ataques eran para ella. Su vista estaba perdida en la ventana. Y antes de bajar del coche ya había varios fotógrafos. Me percate de lo que hizo. Agacho la cabeza, cerro los ojos, suspiro y cuando levanto la cabeza fingió una sonrisa, como si nada pasara en su vida. Yo hice lo mismo, trataba de mostrarme lo más relajado posible.
— Buenos días majestad... Me sonrió con su típica sonrisa cínica. Le sonreí de la misma manera. Continúe con los saludos pero de reojo vigilaba a Letizia.... — Hola, buenos días majestad .... Había añadido esa palabra que podía ser insignificante como un "Hola" Pero su tono era diferente al que uso conmigo... — Buenos días ... Dijo a secas y sin mas plática. La cara del hombre parecía entender la frialdad del saludo.
El tiempo se fue lento, entre saludos a cada persona. Tenía que sonreír aunque mi mente se desconectaba de ese lugar y viajaba hacia otro plano donde solo estaba yo.
En la recepción era normal hablar entre un grupo de gente, a mi me rodeaban algunos de los hombres embajadores. Basta que mi mirada se centro en ella y ahí está él, a su lado, hablado con más personas, me tense y la mire con enojo, ella pareció entenderlo y se alejo poco a poco.
— Mañana iré a esquiar, pasaré todo el fin de semana en Baqueira con algunos amigos.
— Que te diviertas ... Ni siquiera me miró, se quitó el abrigo dejándolo en el perchero, para luego subir las escaleras.
— ¿Es todo? ¿No te importa que te deje sola?
— Da igual manera estoy sola.... Se encerró en su habitación sin decir nada más, eso me golpeó el corazón. Quería abrazarla, arroparla y decile que no estaba sola, que yo estaba con ella pero simplemente no podía, era algo que tenía clavado en el pecho que no me dejaba acercarme.
Me tumbé en la cama, sentía su ausencia ¿En qué momento paso todo esto? En qué momento ella se fue de mi lado, abracé la que solía ser su almohada. Y llore en silencio, como lo he estado haciendo los últimos días, me desperté en la madrugada para alistar mis cosas. Al estar listo salí de la habitación, todo estaba oscuro. Me detuve en su puerta, la abri poco a poco, la observé dormir, tan indefensa, tan frágil. Por un momento sentí la necesidad de tirar todo e irrumpir en su sueño, tocarla y besarla hasta cansarme. Lo hubiera hecho si la mente no pesara más que él corazón.
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El Día Que Decidí Amarte (Terminada)
FanficEstá historia es un fanfic , todo es inventado