I. Entrevista

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El sol brillaba en lo alto del cielo, lanzando destellos dorados sobre el bullicio de la ciudad mientras Jungkook se apresuraba por las concurridas calles, su corazón martilleando en su pecho con cada zancada apresurada. El tiempo se deslizaba entre sus dedos como arena, cada segundo que pasaba acercándolo más al límite de la desesperación mientras luchaba por llegar a tiempo a su entrevista de trabajo en el décimo piso del imponente edificio de cristal.

Con cada paso, la torpeza de Jungkook se hacía evidente, tropezando con los adoquines irregulares y desviándose de los transeúntes que llenaban las aceras. El reloj en su muñeca marcaba implacablemente el paso del tiempo, recordándole la urgencia de su situación. A pesar de su agitación y las miradas curiosas que atrajo por su apresurada carrera, Jungkook se aferraba a la esperanza de llegar a su destino a tiempo.

Finalmente, con un último esfuerzo, Jungkook llegó al edificio y se abrió paso entre la multitud hacia el ascensor que lo llevaría al décimo piso. El alivio inundó su ser cuando las puertas del ascensor se cerraron detrás de él, llevándolo un paso más cerca de su oportunidad de empleo.

Sin embargo, el destino parecía tener otros planes para Jungkook cuando, justo antes de llegar a su piso de destino, el ascensor se detuvo bruscamente, sacudiéndolo con fuerza y amenazando con hacer descarrilar sus esperanzas una vez más. Con el corazón en la garganta, Jungkook miró impotente mientras los segundos pasaban, sintiendo que el tiempo se deslizaba entre sus dedos como agua.

Finalmente, con un suspiro de alivio, las puertas del ascensor se abrieron, revelando el décimo piso y la promesa de su entrevista de trabajo. Sin detenerse a pensar en el peligro que aún acechaba, Jungkook se precipitó fuera del ascensor y hacia el vestíbulo, su mente enfocada en el objetivo que tenía delante.

Sin embargo, el destino tenía una última sorpresa reservada para Jungkook cuando, en su carrera frenética por llegar a tiempo, tropezó con un pequeño obstáculo invisible a sus ojos. Con un grito de sorpresa y desesperación, Jungkook se tambaleó hacia adelante, su café recién comprado salpicando en todas direcciones mientras se estrellaba contra la figura inesperada de un hombre elegantemente vestido.

El tiempo pareció detenerse mientras Jungkook se levantaba torpemente, la vergüenza ardiendo en sus mejillas mientras miraba al hombre cuyo traje ahora estaba manchado de café. Esperaba una reprimenda, tal vez incluso una mirada de desprecio, pero en cambio, encontró solo silencio mientras el hombre lo observaba con una expresión imperturbable.

A pesar del alboroto repentino y las miradas de sorpresa que los rodeaban, el hombre no dijo una palabra mientras el grupo de candidatos se reunió para la entrevista de trabajo.

Aunque el incidente dejó a todos boquiabiertos, Jin demostró una paciencia y compostura admirables, enfocándose en lo que realmente importaba: la oportunidad de encontrar al mejor candidato para el trabajo. Y así, la entrevista continuó, con Jungkook sintiendo una mezcla de alivio y gratitud por la segunda oportunidad que le había sido otorgada, incluso después de su desafortunado encuentro con Jin.

El corazón de Jungkook latía con fuerza mientras esperaba su turno para la entrevista de trabajo. Observaba nerviosamente a los otros candidatos que aguardaban con ansias, sintiéndose un poco fuera de lugar entre ellos. Sus manos sudorosas se aferraban al currículum vitae que había preparado con tanto cuidado, aunque no pudo evitar notar las manchas de café que aún marcaban el papel.

Finalmente, llegó su turno y fue llamado al despacho del entrevistador. Con paso torpe pero determinado, cruzó el umbral y se encontró con la mirada escrutadora del hombre que dirigiría la entrevista.

—¡Hola! Soy Jungkook—, dijo con entusiasmo, tratando de ignorar el nudo en su garganta.

El hombre al cual le había tirado café anteriormente asintió cortésmente y le indicó que tomara asiento. Jungkook se acomodó incómodamente en la silla, sintiendo que cada movimiento era observado con atención.

—¿Puedes hablarme un poco sobre ti?— preguntó el entrevistador, su tono profesional pero amable.

Jungkook inhaló profundamente, tratando de reunir sus pensamientos. —Bueno, soy una persona trabajadora y dedicada—, comenzó, sintiendo cómo las palabras fluían torpemente de sus labios. —No tengo mucha experiencia en el campo laboral, pero estoy dispuesto a aprender y a dar lo mejor de mí en esta oportunidad.

SeokJin asintió con interés, alentándolo a continuar.

—Me apasiona aprender cosas nuevas y enfrentar desafíos. Sé que puedo no ser el candidato más experimentado, pero puedo prometerle que me esforzaré al máximo y haré todo lo posible para contribuir al equipo—, agregó Jungkook, esperando que su sinceridad resonara con el entrevistador.

A medida que la entrevista continuaba, Jungkook se esforzaba por encontrar las palabras adecuadas para expresar su entusiasmo y determinación. A pesar de sus tropezones verbales y su falta de experiencia, dejó claro su compromiso y su deseo genuino de crecer y aprender en el puesto de trabajo.

Al final de la entrevista, Seokjin le dio las gracias a Jungkook por su tiempo y le aseguró que se pondrían en contacto con él pronto. Mientras salía del despacho, Jungkook se sintió una mezcla de nerviosismo y esperanza. A pesar de sus torpezas y su falta de experiencia, había dado lo mejor de sí mismo y eso era todo lo que podía hacer.

—¡Suerte!—, se dijo así mismo antes que un auto lo bañara por completo. —Esto es más difícil de lo que pensé.

[…]

El tiempo parecía extenderse como un elástico, estirándose hasta su límite mientras las semanas pasaban lentamente para Jungkook. Cada día, se encontraba esperando ansiosamente junto al teléfono, con el corazón latiendo con la esperanza de recibir la llamada que cambiaría su vida. Repasaba una y otra vez en su mente los datos que había incluido en su currículum, temiendo haber cometido algún error fatal que le costara la oportunidad que tanto anhelaba.

Cada vez que el teléfono sonaba, su corazón saltaba en su pecho con la esperanza de que fuera la llamada que había estado esperando. Sus manos temblaban ligeramente mientras se preparaba para contestar, imaginando el tono reconfortante de la voz del entrevistador del otro lado de la línea.

Sin embargo, una y otra vez, su esperanza se desvanecía cuando solo escuchaba el tono monótono de una grabación o la voz entusiasta de un vendedor ofreciendo promociones de pollo frito o descuentos en servicios de telefonía. Cada llamada perdida era un golpe al corazón de Jungkook, una pequeña decepción que lo hacía preguntarse si alguna vez recibiría la oportunidad que tanto deseaba.

Pero Jungkook se aferraba a la esperanza como un faro en la oscuridad, manteniendo viva la llama de su determinación incluso en los momentos más oscuros. Continuaba preparándose para la posibilidad de que la llamada finalmente llegara, repasando mentalmente las respuestas a posibles preguntas de entrevista y visualizando el momento en que recibiría la noticia de que había sido seleccionado para el trabajo.

Finalmente, un día, mientras esperaba pacientemente junto al teléfono, escuchó el sonido familiar de la melodía de llamada. Su corazón dio un vuelco de emoción mientras agarraba el teléfono con manos temblorosas, apenas pudiendo contener su entusiasmo. —¡Hola! ¿Soy Jungkook?—, preguntó con ansiedad, apenas conteniendo su emoción.

—¿Disculpe?—, interrogó curioso SeokJin del otro lado del teléfono aguantando una risa.

—Perdón. Soy Jungkook. ¿Quién habla?

—Soy Kim SeokJin, vicepresidente de KJ.

La voz del otro lado de la línea respondió con calma, confirmando que sí, en efecto, eran lo de la empresa. Y luego, con palabras que resonarían en su mente para siempre, recibió la noticia que había estado esperando con tanto fervor: había conseguido el trabajo.

—¡Dios lo logré!—, grito aún sin terminar la llamada.

—Felicidades—, Jin no pudo aguantar la risa ante el entusiasmo del azabache.

—Oh, lo siento pensé que había colgado —, Jungkook corto la llamada sentándose en el sillón con una sonrisa en el rostro, lo había conseguido.

El alivio y la alegría se apoderaron de él mientras escuchaba cada palabra con incredulidad y gratitud. Finalmente, después de semanas de incertidumbre y ansiedad, su perseverancia y dedicación habían dado fruto. Con una sonrisa radiante en el rostro y un brillo de satisfacción en los ojos, Jungkook colgó el teléfono, sabiendo que un nuevo capítulo estaba a punto de comenzar en su vida.

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