Al regresó de Jin al penthouse después de visitar a Namjoon en el hospital, donde se sentía aliviado de que su hermano estuviera recibiendo la atención médica que necesitaba para recuperarse. Sin embargo, su mente seguía preocupada por la situación actual, especialmente con respecto a Jungkook.
Una vez de vuelta en el penthouse, Jin buscó a Jungkook, pero no lo encontró en ninguna de las habitaciones habituales. Sabía que había una posibilidad de que Jungkook estuviera en el cuarto secreto, por lo que se dirigió hacia allí con precaución.
Al entrar en el cuarto secreto, Jin pasó por la primera habitación llena de fotos, lo cual ya era inquietante por sí solo. Continuó su búsqueda hasta llegar a una parte del cuarto que parecía una especie de cabina de interrogación. Miró a través del vidrio y quedó atónito por lo que vio.
Jungkook estaba dentro de la cabina, torturando cruelmente a Bo Hyuk. Jin tapó su boca con las manos, tratando de contener un grito de horror ante la escena que se desarrollaba ante él. Los métodos que Jungkook estaba utilizando eran implacables, su rostro mostraba una crueldad y una falta de remordimiento que Jin nunca había visto antes. Había sangre por todos lados, partes del cuerpo de Bo hyuk amputadas regadas, pero lo que más le afecto fue ver cómo Jungkook obligaba a Bo hyuk tragar su propio miembro mientras gritaba de dolor.
Por primera vez, Jin vio el lado oscuro de Jungkook en acción, el monstruo del que tanto le habían hablado. La brutalidad de Jungkook hacia Bo Hyuk hizo que Jin se sintiera enfermo y temeroso. Se dio cuenta de que la persona que amaba tenía un aspecto oscuro y peligroso que no había conocido completamente.
Jin se sintió dividido entre su amor a Jungkook y su horror ante la crueldad que estaba presenciando. La realidad de la situación lo golpeó con fuerza, y tuvo que alejarse de la escena, luchando por procesar lo que acababa de ver. Los pensamientos de Jin eran un torbellino de emociones mientras intentaba reconciliar el amor que sentía por Jungkook con la realidad de la naturaleza violenta que acababa de presenciar.
Al salir del cuarto secreto, Jin no pudo contener las lágrimas que comenzaron a brotar de sus ojos. Estaba abrumado por lo que acababa de presenciar. El hombre que amaba, estaba cometiendo atrocidades inimaginables, actos de crueldad que Jin nunca hubiera pensado que Jungkook fuera capaz de cometer.
El conflicto interno de Jin era devastador. Por un lado, sentía horror y repulsión hacia las acciones de Jungkook, y por otro, una parte de él sabía que Bo Hyuk merecía enfrentar las consecuencias de sus propios crímenes. Esa ambivalencia lo llenaba de angustia y confusión, luchando por comprender cómo el amor de su vida podía ser capaz de tal brutalidad.
Jin lloraba mientras se alejaba del cuarto secreto, tratando de asimilar lo que había visto. Sin embargo, no se percató de que Jungkook lo había seguido y ahora se encontraba junto a él. Cuando Jin levantó la mirada y vio a Jungkook manchado de sangre, su corazón se detuvo por un instante.
El choque de ver a Jungkook en ese estado, con la sangre manchando su ropa y manos, fue demasiado para Jin. Frente a él estaba la persona que amaba, alguien en quien había confiado su corazón, pero también veía a un monstruo, alguien que parecía estar consumido por la oscuridad.
—¿Bonito?
Jin no supo qué hacer ni cómo reaccionar. Estaba atrapado entre el amor que sentía por Jungkook y el miedo que le provocaba su comportamiento. Estaba desconcertado, sin saber si debía acercarse a Jungkook o alejarse de él. Las lágrimas seguían fluyendo por su rostro mientras trataba de encontrar las palabras adecuadas para expresar su confusión y su dolor.
Jungkook lo miraba con una expresión que era difícil de leer, su rostro mezclando una extraña calma con una pizca de arrepentimiento. Jin se encontraba en una encrucijada emocional, enfrentando una realidad que nunca imaginó que tendría que enfrentar. La persona que amaba y el monstruo que acababa de presenciar estaban ahora frente a frente, y Jin debía tomar una decisión sobre cómo avanzar y qué hacer con los sentimientos encontrados que lo consumían.
—¿Qué ocurre, bonito?
—Mis hermanos me pidieron ir con ellos una temporada—, dijo mientras veía a Jungkook limpiarse la sangre de las manos con una servilleta.
—¿Quieres que vayamos?
—Si, bueno no—, Jungkook lo volteo a ver confundido dejando la servilleta de lado y yendo hacia él.—Quiero ir solo.
—No te volveré a dejar ir solo nunca más.
— Estaré bien.
—Es un no, SeokJin.
—No estoy pidiendo permiso. Soy un adulto Jungkook—, la voz le tembló al sentir las manos de Jungkook en su cadera pegándolo a él manchando su ropa de sangre también.
—No irás.
—Si me amas en verdad, no me obligarías a quedarme.
—¿Es una obligación quedarte? Dime SeokJin, ¿Cuándo estar aquí se volvió una obligación?—, interrogó molesto.
—Tenias razón—, admitió Jin al sentir la mirada penetrante de Jungkook en él.— No puedo manejar tu lado oscuro. Yo no puedo.
El dolor de ver a Jin llorar golpeó a Jungkook con una intensidad que no había experimentado antes. Ver a la persona que amaba temblando en su presencia y llorando a causa de sus acciones le causó un dolor profundo.
Sin decir nada, Jungkook salió de la habitación, incapaz de enfrentarse a la angustia de Jin. Se retiró para tratar de procesar sus propios sentimientos y emociones, sintiendo una mezcla de ellos que jamás habia tenido y que lo golpearon de repente.
Jin, por su parte, suspiró aliviado cuando Jungkook se fue. Sentía una mezcla de tristeza y alivio, sabiendo que necesitaba tomar una decisión importante para su vida. Había llegado el momento de vivir su vida libre de los problemas y el sufrimiento asociados con las familias Kim o Jeon.
Con decisión, Jin agarró una maleta y comenzó a empacar algunas pertenencias esenciales. Sabía que era hora de buscar un nuevo comienzo, lejos de la toxicidad y el peligro que había experimentado. Guardó lo necesario, sus ojos aún llorosos por la difícil situación que enfrentaba.
Una vez que tuvo su maleta lista, Jin se dirigió hacia la puerta de salida del penthouse. Antes de cruzar el umbral, echó un último vistazo hacia el cuadro de Jungkook y él en la sala, Jin sabía que esta era la última vez que estaría en el penthouse.
Con lágrimas en los ojos, Jin se marchó, dejando atrás a Jungkook y todo lo que había experimentado en su relación. Aunque sentía tristeza por el final de una etapa de su vida, también sentía esperanza por lo que el futuro podría depararle. Era el momento de encontrar su propio camino y construir una vida nueva, lejos de los problemas que lo habían atormentado durante tanto tiempo.
—¿Lo dejarás ir?—, pregunto Hoseok viendo a su hermano ver atentamente las pantallas.
—Es su desición.
—¿Luchaste tanos años para dejarlo ir así tan fácil?
— Él quiere irse y no lo obligaré a estar a mi lado.
—No pareces el mismo Jungkook obsesionado de hace años.
—Lo amo, Hyung—, el mayor vio a sorprendido a su hermano al demostrar aquella vulnerabilidad en su tono de voz.
—¿Entonces canceló la compra de la casa?
—No, me mudarse ahí solo.
—¿Crees que eso sea lo correcto? Digo después de todo la compraste para ustedes dos y no me parece saludable que vivas ahí solo.
—Estoy seguro, hyung—, dijo apagando las pantallas y retirándose del lugar.

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Don't blame
Fanfiction"En el fragor de la tormenta, tu amor se convierte en mi refugio, donde encuentro la calma que anhelo. Eres la paz que brilla en medio del caos, el faro que guía mi alma hacia la serenidad." Tercer libro de la saga Kindom