XXXI. Disparo

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El sonido del disparo resonó en la bodega, seguido de las risas siniestras del hombre enmascarado. Jin cerró los ojos con fuerza, esperando lo peor, pero en lugar de sentir el impacto de la bala, escuchó la orden del estadounidense de liberarlo. Cuando abrió los ojos, vio a los secuaces desatando sus ataduras, y corrió hacia Jungkook con el corazón en la garganta.

Al liberar a Jungkook, este despertó con una sonrisa reconfortante. —No me has fallado—, dijo Jungkook, su voz llena de admiración y afecto mientras tomaba la mano de Jin. Confundido pero aliviado, Jin lo miró con incredulidad, tratando de procesar lo que acababa de suceder.

Fue entonces cuando el hombre enmascarado se acercó a Jungkook y se quitó la máscara, revelando un rostro familiar para uno de ellos. Jin se quedó sin aliento al ver su cara, su sorpresa e incredulidad llenándolo mientras el hombre se dirigía a Jungkook con una sonrisa cálida.

—¡Hyung, has sido increíble!—, exclamó Jungkook, abrazando al hombre con afecto. La mente de Jin se tambaleó ante la revelación, sin poder comprender cómo el hombre detrás de la máscara podía ser el hermano mayor de Jungkook. Sus emociones eran un torbellino de confusión, alivio y asombro mientras intentaba procesar la situación.

El repentino estallido de violencia dejó a Jin atónito, incapaz de procesar lo que acababa de presenciar. Mientras Jungkook se separaba del abrazo, Jin lo observó con ojos desorbitados, sorprendido por la rapidez con la que sucedieron las cosas.

—¿Jungkook, qué estás haciendo?—, murmuró Jin, su voz temblorosa mientras observaba a Jungkook tomar la pistola y apuntar a su hermano, ahora herido en la pierna.

Jungkook se volvió hacia Jin, y por primera vez desde que lo conocía, vio esa mirada fría y determinada en sus ojos. —Lo siento, Jin. No debí asustarte así—, dijo Jungkook con voz firme, antes de inclinarse y besar a Jin con el mismo amor y ternura de siempre.

Los labios de Jungkook contra los suyos eran reconfortantes y familiares, pero Jin no podía apartar la mirada de la escena ante él. Mientras el hermano de Jungkook yacía herido en el suelo, Jin se sentía atrapado entre el horror y la confusión.

—¿Por qué le disparate?—, murmuró Jin viendo la sangre salir de la pierna del hermano de Jungkook.

—Te lastimo—, Jungkook fronto con cuidado las muñecas de Jin las cuales estaban rojas por la soga.

—¿Qué está pasando, Jungkook?—, el castaño vio como los hombres en la entrada estaban alrededor de ellos. —¿Quién eres?—, la mirada de Jin desprendía el miedo que sentía por dentro.

—Tranquilo, Jinnie. Soy el mismo Jungkook de siempre...

—¡No es cierto! ¡Tú no eres mi Kookie!—, grito alejándose del azabache. —Me mentiste todo esté tiempo. ¿Cómo pudiste hacerlo?

—Porque sabía que si me presentaba como el "psicópata de los negocios" nunca me dejarías entrar—, poco a poco Jungkook se acercó hasta tenerlo de nuevo en sus brazos.—o ¿Acaso si me hubieras dejado?—, Jin desvío la mirada.

—¿Por eso me mentiste? Dejaste que me enamorara de alguien que no existe.

—Claro que existe —, lo beso castamente. —Siempre fui yo o al menos una parte.

—¿Tú le disparate a mi papá?

—Si—, un golpe hizo retroceder a Jungkook y hacer blanco de todas las armas a Jin.—Esta bien—, dijo Jungkook limpiándose la sangre del labio. —No a muchos les perdono la vida por golpearme, de hecho creo que eres el único.

—¡¿Cómo puedes ser tan sínico?!—, reclamó. —Me viste llorar por mi padre y tú solo me abrazarte cuando tú eras el responsable de mi dolor.

—¿Yo? Jinnie, ese idiota merecía morir desde que no hizo nada para vengarte.

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