XXXII. ¿Amor?

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Bajo el cálido chorro de la ducha, Jin sintió cómo el agua caía suavemente sobre su piel, llevándose consigo las tensiones y preocupaciones del día anterior. Sin embargo, su paz se vio interrumpida cuando sintió las manos fuertes de Jungkook en sus caderas, abrazándolo con una firmeza reconfortante que lo hizo sentir seguro y protegido.

Con delicadeza, Jin se liberó de la sujeción de Jungkook y se giró para enfrentarse a él, solo para encontrarse con la mirada intensa y llena de amor de su amado. Sin decir una palabra, Jungkook comenzó a lavar cada centímetro de la piel de Jin, sus manos expertas deslizándose con suavidad sobre su cuerpo, eliminando cualquier rastro de tensión o preocupación que pudiera haber quedado.

Jin cerró los ojos y se dejó llevar por las caricias amorosas de Jungkook, sintiendo cómo cada roce lo inundaba de calma y serenidad. El agua tibia envolvía sus cuerpos en una atmósfera íntima y acogedora, mientras Jungkook continuaba cuidando de él con una ternura infinita.

A medida que el agua caía sobre ellos, Jin se sintió renovado y revitalizado, como si cada gota fuera un bálsamo para su alma herida. Y cuando finalmente salieron de la ducha, envueltos en toallas suaves y tibias, Jin supo que no importaba qué Jungkook le hubiera mentido en su identidad si su amor era real.

[…]

—¿Se te antoja algo que comer?—, pregunto Jungkook viendo a SeokJin entrar a la cocina con su camisa puesta.

—Desde ayer se me antojaron un par de panqueques que solías hacerme en las mañanas—, el castaño tomo una manzana del frutero. —Pensaba ir a tu casa para pedirte que los hicieras, pero ya sabes... Me secuestraste—, rió mordiendo la manzana.

—De acuerdo, se que fui un poco extremo con eso, pero valió la pena—, besos los labios de Jin amorosamente.

—Aunque ¿Cómo sabías que no iba a dejar que te dispararán? —, se cruzó de brazos.— ¿Y si lo hubiera hecho?

—Nunca te creí capaz.

Mientras batía la masa para los panqueques con un gesto experto, Jungkook no pudo evitar esbozar una sonrisa pensando en cómo Jin aún no era consciente de la dependencia emocional que había cultivado en él. Durante meses había tejido hábilmente los hilos invisibles que lo unían a Jin, creando un lazo que se había vuelto cada vez más fuerte con el tiempo.

Desde el momento en que se conocieron comenzó. Con paciencia y dedicación, había estado allí para Jin en cada momento, apoyándolo y consolándolo cuando más lo necesitaba, hasta que poco a poco se convirtió en una presencia indispensable en su vida.

Ahora, mientras observaba a Jin concentrado en la cocina, Jungkook estaba seguro de que su plan había funcionado. Jin confiaba en él ciegamente, sin saber que cada gesto, cada palabra cuidadosamente elegida, había sido diseñada para reforzar su vínculo emocional.

Pero a pesar de su manipulación, Jungkook sabía que lo que sentía por Jin era genuino. Había encontrado en él un amor verdadero y profundo, uno que lo había transformado de manera irreversible.

Con esa certeza en su corazón, Jungkook continuó cocinando con una sonrisa en los labios, listo para disfrutar de un delicioso desayuno junto a la persona que lo había cambiado para siempre.

Mientras Jin saboreaba los panqueques con una mezcla de incredulidad y confusión, no podía apartar de su mente la revelación impactante de que Jungkook era el temido "psicópata de los negocios". La idea parecía completamente ajena a la persona amorosa y comprensiva que tenía delante de él. ¿Cómo podía reconciliar al gentil Jungkook que conocía con la imagen del implacable hombre de negocios que había oído mencionar en las noticias y en los rumores del mundo empresarial?

Jin observaba a Jungkook mientras este terminaba de preparar el desayuno, incapaz de encontrar en su rostro algún indicio de la oscuridad que se le atribuía. ¿Acaso había estado viviendo en la ignorancia todo este tiempo? ¿Cómo pudo haberse enamorado de alguien tan distinto de lo que pensaba?

A medida que reflexionaba sobre todo lo que había descubierto, Jin se dio cuenta de que, a pesar de la conmoción, su confianza en Jungkook no se tambaleaba. Había visto el amor y la bondad en los ojos de Jungkook, y eso era lo que contaba. Aunque la verdad era difícil de aceptar, sabía que tenía que encontrar la manera de reconciliar la imagen de Jungkook que conocía con la nueva información que había recibido.

[…]

El día transcurrió entre momentos de complicidad y pasión, como si el peso de la revelación no pudiera eclipsar la conexión entre Jin y Jungkook. Después del desayuno, se sumergieron en una serie de películas, disfrutando del calor del otro mientras se acurrucaban en el sofá.

Entre risas y susurros, compartieron besos que transmitían más que palabras, un recordatorio constante de su amor mutuo y la confianza que compartían. Jin se sentía envuelto en la calidez reconfortante de los abrazos de Jungkook, como si nada pudiera perturbar su santuario compartido.

Más tarde, se dirigieron al jacuzzi, donde el agua caliente abrazaba sus cuerpos entrelazados. Las caricias se volvieron más intensas, las miradas ardientes reflejando el deseo palpable entre ellos. En un momento de pasión desenfrenada, Jin se dejó llevar por el impulso, montando a Jungkook con un fervor ardiente que reflejaba su conexión profunda y su deseo mutuo.

Entre susurros de amor y gemidos de éxtasis, se entregaron el uno al otro, envueltos en el calor de su pasión compartida. En ese momento, nada más importaba excepto el vínculo indisoluble que compartían, un lazo que trascendía cualquier adversidad que pudiera enfrentar.

Después de su tiempo juntos en el jacuzzi, Jin y Jungkook se sumergieron en una atmósfera de calma y serenidad. Se quedaron abrazados, compartiendo confidencias y sueños para el futuro. Para Jin, era como si estuviera redescubriendo a Jungkook en cada gesto y cada palabra, encontrando una nueva capa de profundidad en su relación.

Mientras el sol se ponía y la noche envolvía el cielo, se dirigieron a la cama, donde se entregaron al sueño entre susurros de amor y caricias reconfortantes. Para Jin, cada momento con Jungkook se volvía más precioso, más vital en su vida.

A la mañana siguiente, despertaron envueltos en los brazos del otro, con la luz del sol filtrándose a través de las cortinas. Jin sintió una oleada de gratitud y amor mientras contemplaba el rostro tranquilo de Jungkook mientras dormía. En ese momento, sabía que no importaba lo que el futuro les deparara; mientras estuvieran juntos, podrían superar cualquier desafío.

Con renovada determinación y un amor más profundo que nunca, Jin se aferró a Jungkook, sabiendo que juntos podrían enfrentar cualquier cosa que la vida les lanzara.

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