En la fría habitación del hospital, Jin se encontraba sentado junto al lecho de su padre, Soo Hyun, quien yacía en coma. Miraba fijamente al hombre que había sido una figura imponente en su vida, pero cuyas acciones habían dejado una profunda marca de dolor y resentimiento en su corazón.
-¿Cómo pudiste hacerme esto, papá?-, murmuró Jin con voz temblorosa, dejando escapar toda la amargura acumulada a lo largo de los años. Había soportado innumerables horas de trabajo agotador, sin recibir ni una pizca de afecto o reconocimiento por parte de su padre. Cada vez que intentaba acercarse, solo recibía reproches y desprecio.
Al mirar a Soo Hyun, Jin comenzó a darse cuenta de que lo que sentía por él no era amor, sino una profunda dependencia por su aprobación. Había pasado tanto tiempo buscando su reconocimiento, esperando en vano por una muestra de afecto que nunca llegó.
Con un nudo en la garganta, Jin extendió su mano y tocó la de su padre, sintiendo una mezcla de resentimiento y tristeza. En ese momento, vio cómo los ojos de Soo Hyun se entreabrieron ligeramente, como si intentara decir algo mientras tocaba débilmente la pulsera en su muñeca.
-Enfermeras, está despertando-, llamó Jin sin urgencia quitando la mano de su padre de él, sabiendo que una parte de él quería ver a Soo Hyun seguir el camino de su madre. Las enfermeras acudieron de inmediato, rodeando la cama y comenzando a examinar a Soo Hyun con atención.
[...]
El mundo de Jin se sacudió en su eje cuando las enfermeras salieron de la habitación con un papel en la mano.
-Su padre no paraba de gritar esto. Pensamos que puede ser relevante.
Soo Hyun había estado clamando palabras incomprensibles, pero el mensaje escrito en el papel que sostenían era claro: "Piano está vivo, su hijo pulsera".
Un torrente de emociones lo invadió de inmediato. La revelación de que Bo Hyuk, seguía con vida era impactante por sí sola. Pero lo que realmente lo dejó sin aliento fue la confirmación de que Jungkook era su hijo. Había notado cierto parecido en Jungkook con ese sujeto, pero nunca imagino que esa posibilidad podía ser cierta.
El papel se deslizó de sus temblorosas manos y Jin cayó de rodillas al suelo, abrumado por la magnitud de la revelación. Las lágrimas brotaron de sus ojos mientras sollozaba en silencio, incapaz de procesar completamente lo que acababa de descubrir. Aunque no estaba seguro de si podía creer completamente en esa noticia, era suficiente para sacudir su mundo y cambiar su percepción de la realidad.
-¿Jin?-, lo llamo Jungkook viéndolo en el suelo del hospital.
-¿Eres hijo de Bo hyuk?-, pregunto enseñándole el mensaje.
-¿De que hablas, bonito?
-Mi padre despertó y las enfermeras dicen que no paraba de gritar esto-, le enseño el papel.
-"Piano está vivo, su hijo pulsera" -Jungkook frunció el ceño. -Bonito, tu papá estaba desvariando.
-Piano era el nombre clave de Bo hyuk. Cuando ese tipo me violo así se llamo el caso para que no llamara la atención.
-¿Y eso que tiene que ver conmigo?
-Tu eres la pulsera. Papá sabía que te la di.
-Bonito, eso no tiene lógica. Mi papá era Jeon Damián.
-Jungkook, jurame que no me mientes.
-Lo juro por el amor que te tengo-, el azabache acuno la cara del castaño. -Nunca sería hijo de un mal nacido.
-Eso espero.
[...]
Con el corazón latiendo con fuerza en su pecho, Jin se levantó de la cama con determinación. La necesidad de encontrar a Jungkook lo impulsaba a explorar cada rincón del penthouse en busca de su amado. Con pasos decididos, comenzó a recorrer las habitaciones una por una, llamando el nombre de Jungkook en voz baja, esperando escuchar su respuesta en cualquier momento.
Después de registrar cada espacio conocido sin éxito, Jin comenzó a sentirse desesperado. ¿Dónde podría estar Jungkook? Justo cuando estaba a punto de rendirse, sus ojos se posaron en una sección de la pared que parecía un poco fuera de lugar. Una intuición repentina lo llevó hacia ella, y con manos temblorosas, presionó contra la pared en busca de algún tipo de entrada oculta.
Para su sorpresa, la pared cedió bajo su presión, revelando una puerta secreta que se abría a un pasillo oscuro. Jin tragó saliva nerviosamente mientras se adentraba en la penumbra, con el corazón latiendo con fuerza en su pecho. Cada paso resonaba en el silencio del pasillo, creando una sensación de anticipación en el aire.
El pasillo parecía interminable, pero Jin continuó avanzando, impulsado por la esperanza de encontrar a Jungkook al final del camino. Finalmente, llegó a otra puerta, esta vez entreabierta, y con un latido acelerado, empujó la puerta para revelar lo que yacía detrás de ella.
Con el corazón martilleando en su pecho, Jin entró en la habitación secreta, solo para encontrarse con una escena que lo dejó sin aliento. Una pared entera estaba cubierta con una variedad de objetos sexuales, cada uno más perturbador que el anterior. La vista lo dejó paralizado, su mente luchando por comprender lo que estaba viendo.
Pero lo que realmente lo hizo temblar fue el resto de la habitación. Las paredes estaban decoradas con fotos de él, en momentos íntimos y desprevenidos, capturados sin su conocimiento. Las imágenes parecían haber sido tomadas en secreto, como si alguien lo estuviera siguiendo constantemente, registrando cada uno de sus movimientos.
Jin sintió un nudo en la garganta al darse cuenta de que su privacidad había sido invadida de la manera más grotesca posible. Las lágrimas brotaron en sus ojos mientras observaba las pantallas que transmitían en vivo varios lugares donde solía estar. Incluso su propia habitación en el penthouse estaba llena de cámaras, revelando la magnitud de la vigilancia a la que había sido sometido.
Entonces, cuando pensaba que no podía sentirse más vulnerable, sintió una mano tocar su hombro. Giró lentamente para encontrarse con la mirada sorprendida de Jungkook, quien había entrado en la habitación detrás de él. La expresión sombría en el rostro de Jungkook, lo asunto mucho que Jin apenas podía articular una palabra mientras intentaba procesar lo que acababa de descubrir.
-¿Qué sucede, bonito?
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Don't blame
Fanfiction"En el fragor de la tormenta, tu amor se convierte en mi refugio, donde encuentro la calma que anhelo. Eres la paz que brilla en medio del caos, el faro que guía mi alma hacia la serenidad." Tercer libro de la saga Kindom