XLV. Abrazo

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La luz suave de la televisión llenaba la sala de estar con un resplandor cálido mientras Jin se acomodaba en el sofá, disfrutando de un raro momento de relajación. Vestido con su pijama, Jin se envolvía en la comodidad de una manta mientras sostenía un tazón de palomitas en su regazo. Era un lujo que no se permitía con frecuencia, pero ahora se estaba permitiendo disfrutar de una noche tranquila viendo la televisión.

Mientras navegaba por los canales, Jin se dio cuenta de que había pasado tanto tiempo trabajando sin descanso que no estaba familiarizado con los programas más recientes. La risa lo sorprendió mientras veía un programa cómico, algo que no había experimentado en mucho tiempo.

La sensación de ligereza en su pecho era refrescante, un recordatorio de que a veces está bien relajarse y disfrutar de los momentos simples de la vida. Cada risa era una liberación, una forma de soltar todas las tensiones acumuladas a lo largo del tiempo.

En ese momento, Jungkook entró en la sala y, al ver a Jin disfrutando de la televisión con una sonrisa en el rostro, decidió unirse a él. Se sentó a su lado en el sofá, tomando un puñado de palomitas del tazón de Jin mientras observaba la pantalla con él.

Jin se alegró de ver a Jungkook a su lado y compartió una mirada cómplice con él. La risa de Jin se intensificó mientras disfrutaban del programa juntos, y Jungkook sonrió, deleitándose en ver a Jin tan relajado y feliz.

En ese momento, todo parecía perfecto. Jin se sentía agradecido por tener la oportunidad de disfrutar de una noche tranquila con Jungkook, compartiendo risas y momentos de alegría. Era un recordatorio de lo afortunado que era por tener a Jungkook en su vida y por poder disfrutar de estos momentos simples pero preciosos juntos.

-Hay una junta de accionistas mañana-, informo Jungkook abrazando a Jin.

-Jungkook-, Jin se despegó del abrazo viendo al azabache a los ojos.-Quiero dejar la empresa.

-¿En serio? ¿Por qué?

-Toda mi vida he estado ahí y quiero saber que soy, aparte de un ceo.

-Me haré cargo de tus acciones, pero cuando sepas quién eres y que quieres. Te las daré o las venderemos.

-Gracias, Kookie. Sabía que lo entenderías.

-¿Quién más que yo para entenderte?

-Nadie. Es por eso que eres especial.

La noche avanzaba, y la sala de estar se llenaba de risas y murmullos mientras Jin y Jungkook disfrutaban de la televisión juntos. Cada programa cómico o entretenimiento que veían hacía que estallaran en carcajadas, acercándolos aún más.

Jin y Jungkook estaban acurrucados juntos en el sofá, envueltos en una manta cómoda mientras se abrazaban con ternura. Jungkook sostenía el tazón de dulces, y ambos se turnaban para tomar golosinas, disfrutando de los sabores mientras veían la televisión.

Cada vez que uno de ellos hacía un comentario ingenioso sobre lo que estaban viendo, el otro respondía con risas o besos, creando un ambiente de complicidad y cariño. Los besos eran suaves y dulces, momentos en los que se sumergían en su amor mutuo antes de regresar a la diversión del programa.

La atmósfera en la sala de estar era cálida y reconfortante, llena de risas y amor. Jungkook y Jin se abrazaban con frecuencia, sus cuerpos pegados el uno al otro, compartiendo ese momento de intimidad. La cercanía entre ellos se reflejaba en la forma en que se miraban y se tocaban, en los pequeños gestos de afecto que se brindaban.

A medida que la noche continuaba, Jin y Jungkook se sumergieron en su mundo, olvidándose de las preocupaciones y los desafíos que habían enfrentado. Era una noche de risas, besos y dulces, una noche en la que ambos se permitían disfrutar de la compañía del otro y crear recuerdos felices juntos.

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