En las sombras de la organización en Rusia, Jimin y Jackson observaban con preocupación cómo el estadounidense sembraba el caos y la destrucción a su paso. Sabían que no podían permitir que sus planes tuvieran éxito, que debían actuar con rapidez y determinación antes de que fuera demasiado tarde.
Cada movimiento del estadounidense era calculado, cada paso planeado con meticulosidad. Sus acciones amenazaban con desestabilizar no solo la organización en Rusia, sino también en todo el mundo. Jimin y Jackson entendían la gravedad de la situación, comprendían que debían unir fuerzas para detener al enemigo común.
A medida que observaban el caos que se desataba a su alrededor, Jimin y Jackson sabían que no podían permitir que el estadounidense los hundiera en la oscuridad. Debían encontrar una forma de derrotarlo, de poner fin a su reinado de terror antes de que fuera demasiado tarde.
Con determinación en sus corazones y un plan en mente, Jimin y Jackson se prepararon para enfrentar al estadounidense. Sabían que el camino por delante sería difícil y peligroso, pero estaban dispuestos a arriesgarlo todo por el bien de la organización y de aquellos a quienes amaban.
Con cada paso que daban hacia adelante, Jimin y Jackson se acercaban un poco más a su objetivo final: derrotar al enemigo y restaurar la paz y la estabilidad en la organización en Rusia. Y aunque el camino por delante estaba lleno de peligros y desafíos, estaban decididos a superarlos juntos, como un equipo unido y determinado.
[…]
Al salir del departamento Jin y Jungkook con un aire de felicidad y complicidad entre ellos. A pesar de la formalidad y seriedad que mostraban ante la comida de negocios que les esperaba, no podían evitar sentirse emocionados por el tiempo que pasarían juntos después.
Al llegar al lugar de la comida, ambos lucían impecables en sus trajes formales, mostrando una imagen de profesionalismo y confianza. Se sentaron en la mesa con elegancia, listos para abordar los temas de importancia que tenían entre manos.
Durante la comida, Jin y Jungkook discutieron los asuntos comerciales con seriedad y determinación. Abordaron cada detalle con precisión, asegurándose de cubrir todos los aspectos importantes y tomar decisiones informadas.
A pesar de la formalidad del entorno, Jin y Jungkook encontraron momentos para intercambiar miradas cómplices y sutiles sonrisas, recordándose mutuamente el amor y la conexión que compartían. Aunque estaban allí por razones comerciales, no podían evitar sentirse emocionados por el tiempo que pasarían juntos después de la reunión.
Después de tratar los temas de importancia, Jin y Jungkook salieron de la comida con un sentido de logro y satisfacción. Sabían que habían hecho un buen trabajo y que podían esperar con ansias el resto del día juntos, disfrutando de su compañía y del amor que compartían.
—¿Quieres ir a comer un helado?—, preguntó tomándolo de la mano.
—Si...
—¿Qué se te ocurre?—, Jin se puso enfrente de Jungkook.
—Quiero hacer una cena para presentarte como mi novio oficialmente.—, el azabache asintió.
— Sería un placer, pero ¿Cuándo?
—Estaba pensado en la cena de navidad.
—Por supuesto.
—Bueno, entonces vamos por los helados—, el castaño tomo la mano de Jungkook para seguir caminando.
Se dirigieron a una heladería cercana, decididos a deleitarse con los sabores dulces y refrescantes que ofrecía el lugar.
Al llegar, observaron con entusiasmo los numerosos sabores de helado que se exhibían detrás del mostrador. Jin y Jungkook se tomaron su tiempo para elegir sus sabores favoritos, intercambiando risas y comentarios mientras exploraban las opciones disponibles.
Finalmente, con sus conos de helado en mano, Jin y Jungkook se dirigieron a un banco cercano para sentarse y disfrutar de sus deliciosos postres. Mientras saboreaban cada bocado de helado, compartían anécdotas y conversaciones ligeras, sumergiéndose en la alegría simple de estar juntos.
Después de terminar sus helados, Jin y Jungkook no pudieron resistirse a la tentación de probar otros bocadillos que encontraron en el camino. Comieron palomitas de maíz, algodón de azúcar y cualquier otra cosa que se les cruzara en el camino, disfrutando de la espontaneidad y la diversión de su día juntos.
A medida que el sol se ponía y el día llegaba a su fin, Jin y Jungkook caminaron juntos por las animadas calles de la ciudad, llenos de alegría y gratitud el uno por el otro. Habían disfrutado de un día perfecto juntos, creando recuerdos que atesorarían para siempre.
[…]
Después de un día lleno de emociones y dulces momentos con Jungkook, Jin regresó a la mansión con la esperanza de compartir su felicidad con su familia. Con ilusión, decidió organizar una cena para reunir a todos, pero al comunicarse con sus hermanos, se encontró con una serie de desafíos.
Ante la falta de disponibilidad de su familia para la cena, Jin se sintió desilusionado y un poco solo. Había esperado compartir su felicidad con sus seres queridos, pero comprendió que cada uno tenía sus propias responsabilidades y preocupaciones.
Sin embargo, comprendió las razones de Namjoon y Taehyung, quienes estaban lidiando con sus propias responsabilidades y preocupaciones.
—Jungkook, no se podrá hacer la cena—, dijo Jin con resignación, tratando de ocultar su decepción. —Mis hermanos tienen que ocuparse de sus familias y sus responsabilidades. Ya encontraremos otro momento para reunirnos.
Jungkook, que estaba escuchando a Jin atraves de su celular mientras hacia flores de tela para su amado. —Lo importante es que estamos juntos, Jinnie. Podemos disfrutar de nuestra cena solo los dos.
Jin sonrió agradecido por las palabras de Jungkook. Sabía que, incluso en medio de la decepción, tenía a alguien en quien podía confiar y compartir momentos especiales.
Así que decidió seguir adelante con la cena, sabiendo que Jungkook estaría a su lado para brindarle apoyo y compañía.
Aunque el corazón de SeokJin se llenó de tristeza al enfrentarse a la realidad de que su familia parecía distante y desconectada de él. Las lágrimas brotaron de sus ojos, revelando la profunda herida que sentía en su interior. A medida que el dolor se apoderaba de él, SeokJin se dio cuenta de que la sensación de aislamiento era abrumadora, especialmente al saber que sus hermanos, Namjoon y Taehyung, mantenían una relación más estrecha entre ellos.
Las lágrimas corrían por sus mejillas mientras reflexionaba sobre el hecho de que, a pesar de ser parte de la misma familia, se sentía excluido y olvidado. Recordaba con amargura cómo Namjoon y Taehyung parecían estar más conectados, mientras que él apenas recibía alguna señal de atención de su parte.
La sensación de abandono pesaba en el corazón de SeokJin, haciéndolo cuestionar su lugar en la familia y preguntarse qué había hecho para merecer tal trato. Se sentía vulnerable y desamparado, deseando desesperadamente el amor y el apoyo de su familia en un momento en que más lo necesitaba.
A pesar del dolor abrumador, SeokJin encontró consuelo en la presencia reconfortante de Jungkook, quien estaba seguro que si estuviera así lo abrazaría con ternura sin dudar y le recordaría que siempre estaría a su lado. Con lágrimas en los ojos y el corazón lleno de gratitud por tener a Jungkook a su lado, SeokJin supo en ese momento que no iba a ver nadie más al que quisiera como Jungkook.
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Don't blame
Fanfiction"En el fragor de la tormenta, tu amor se convierte en mi refugio, donde encuentro la calma que anhelo. Eres la paz que brilla en medio del caos, el faro que guía mi alma hacia la serenidad." Tercer libro de la saga Kindom