XL. Jeon

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Desde la ventana del penthouse, Jin observaba el paisaje urbano de Seúl extendiéndose ante él como un lienzo vibrante de luces y sombras. Las calles estaban iluminadas por destellos intermitentes de farolas y letreros de neón, mientras que el bullicio de la ciudad flotaba en el aire nocturno, un murmullo constante que llenaba el espacio entre los edificios altos y los callejones estrechos.

El resplandor de las luces de la ciudad bailaba en los ojos de Jin, reflejando la complejidad de sus pensamientos mientras su mente vagaba por los recuerdos de los días pasados. Durante tanto tiempo, se había sumergido en un torbellino de dolor y confusión, perdiéndose en la oscuridad de sus propios pensamientos mientras luchaba por encontrar un camino a través del caos que lo rodeaba.

Pero ahora, mientras contemplaba la ciudad que una vez llamó hogar, Jin sentía una sensación de calma que lo envolvía como una manta reconfortante. Había pasado tanto tiempo desde que se había detenido a admirar la belleza simple de la vida cotidiana, tanto tiempo desde que había permitido que la serenidad del momento lo envolviera en su abrazo cálido.

Con cada respiración, Jin se sentía más vivo que nunca, más conectado con el mundo que lo rodeaba y con la promesa de un futuro que estaba lleno de posibilidades. A pesar de los desafíos que aún enfrentaba, sabía que no estaba solo en su camino. Tenía a Jungkook a su lado, un faro de esperanza y amor en medio de la oscuridad, y juntos enfrentarían lo que sea que el destino les deparara.

-¿Cómo te sientes?

-Desde hace mucho deje de apreciar las cosas pequeñas y vivía como si el tiempo se me acabará.

-Hoy es el funeral de tu madre. ¿Irás?

-No lo sé. ¿Irías conmigo?

-Siempre.

[...]

En la funeraria, el ambiente estaba impregnado de una solemnidad pesada, como si el peso del duelo se hubiera posado sobre cada uno de los presentes. Taehyung y Namjoon, con semblantes serios y ojos entristecidos, recibían a los familiares, amigos y conocidos que acudían a presentar sus condolencias por la pérdida de Min Ji.

El salón estaba iluminado por tenues luces que proyectaban sombras difusas en las paredes, creando una atmósfera de calma y reverencia. Las flores adornaban el espacio, ofreciendo un toque de color en medio del luto, mientras que el suave murmullo de las conversaciones en voz baja llenaba el aire.

Taehyung y Namjoon se mantenían firmes, ofreciendo palabras de agradecimiento y consuelo a quienes se acercaban a ellos con gestos de apoyo. Aunque su dolor era palpable, su presencia era una muestra de fuerza y solidaridad en medio de la tragedia.

Los invitados, con rostros sombríos y expresiones compungidas, compartían historias y recuerdos de Min Ji, honrando su memoria con palabras de cariño y afecto. El sonido de los susurros y los sollozos llenaba el espacio, creando una atmósfera de profundo respeto y afecto por la vida perdida.

A medida que pasaba el tiempo, la sala se llenaba gradualmente de personas que venían a rendir su último adiós a Min Ji, cada una trayendo consigo su propio dolor y pesar por la pérdida. Pero entre las lágrimas y el dolor, también había un sentido de unidad y solidaridad, una sensación de comunidad unida en el duelo y el recuerdo de un ser querido perdido demasiado pronto.

-¿Vendrá Jin?-, pregunto Namjoon sentándose en el suelo. - Mamá no debió haber ido con ese monstruo.

-Jungkook, solo vino a dividir a nuestra familia -, el pelimorado limpio sus lágrimas viendo el cuadro de su madre sonriente.

-Estoy cansado, hyung- sollozo Namjoon. -Cansando de todo lo que pasa. Cansado que todo el mundo nos oculten cosas.

-Nam.

-Hable con Jinnie, cuando fue a visitarme a Italia. Él lucía cansado y lo único que me importó fue Jackson y él en vez de reclamarme, hablo con él y me ayudó a mejorar.

-Nam.

-No, hyung. Yo no quiero que esto siga. No quiero que el día de mañana este mi cara o la de alguna de los que amo en ese lugar-, señalo la fotografía de su madre.

-Debemos maternos firmes hasta el final. No podemos hacer que la muerte de nuestra madre haya sido en vano.

-Me niego.

-Nam.

-Si SeokJin es feliz con Jungkook, no haré algo para quitarle esa felicidad. Él lo ama a su manera y Jungkook lo ama de una manera enfermisa, pero lo ama.

-Namjoon, no nos hagas arrepentirnos de incluirte en plan.

-Hagan lo que quieran, pero mis hijos y yo ya no estaremos involucrados.

-¡No lo entiendes!

-Si permitir que SeokJin siga con Jungkook garantiza que será feliz, no haré nada para dañar su felicidad. Seré por fin el hermano mayor que SeokJin merece y espero que tú también lo hagas.

-Jungkook a puesto a nuestra familia en riesgo.

-Nosotros matamos al hijo de Jin. Matamos a nuestro sobrino.

-Asi no fueron las cosas.

-Pero eso fue lo que pasó. Ese pensamiento no deja de perturbarme-, Namjoon limpio sus lágrimas.-Yo amaba tanto a mis bebés que el simple hecho de que algo les pasará me mataba y se que a ti también. Se que te aterro que Jisoo fuera a matar a tu hijo y eso fue exactamente lo que hicimos con nuestro hermano.

[...]

El pasillo de la funeraria se llenó de murmullos y miradas curiosas cuando Jin, vestido de blanco como un símbolo de pureza y paz, entró de la mano de Jungkook. A su alrededor, los guardaespaldas mantenían una presencia imponente, protegiendo su camino con determinación mientras avanzaban hacia el lugar donde se encontraba la fotografía de su madre, rodeada de flores y recuerdos.

Las personas presentes en la funeraria no pudieron evitar mirar con sorpresa y admiración la llegada de Jin, cuya presencia parecía iluminar el lugar con una serenidad única. A medida que pasaban junto a los familiares, amigos y conocidos que se habían congregado para dar el último adiós a Min Ji, algunos murmuraban entre sí, sorprendidos por la aparición del joven vestido de blanco en medio del luto.

Namjoon y Taehyung, visiblemente sorprendidos al ver a Jin llegar de esa manera inesperada, observaron con asombro cómo lucía un anillo en su mano izquierda, un detalle que no pasó desapercibido para nadie. La dedicatoria en el arreglo floral que llegó justo a tiempo, con las palabras "suerte en el más allá - familia Jeon", agregó un toque de misterio y curiosidad al momento, dejando a todos intrigados por el significado detrás de ese gesto.

-Seokjin-, Taehyung intento acercarse.

-Jeon SeokJin, por favor-, el castaño miro el cuadro de su madre en medio de los arreglos. -Esa foto siempre resaltó lo hermosa que era.

-¿Qué haces aquí?-, interrogó Taehyung a Jungkook quien observaba todo con una sonrisa sinica.

-Lo mismo me preguntaba-, soltó la mano de Jin para acercarse al pelimorado.- Tu esposo y tu cuñado organizaron la muerte de tu madre y aún así están aquí-, susurro en el oído de este. - Podre ser un psicópata como tu dices, pero al menos no traigo a los asesinos intelectuales de mi madre a su funeral.

-¡Largo!-, grito, pero Jin de una cachetada lo calló.

- Él que debería irse debe ser tu marido y Jackson. Después de todos son los responsables, ¿No?

-¿Qué te sucede?

-Abri los ojos hyung-, con una sonrisa Jin se marchó y Jungkook detrás de él.

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