XXII. Conexión

78 9 5
                                    

En la penumbra de la habitación, los labios de Jungkook buscaban los de Jin con ansias desesperadas, mientras que Jin se dejaba llevar por la intensidad del momento. Aunque recientemente habían experimentado momentos de tensión debido a los recuerdos dolorosos de Jin, esta vez la atmósfera era diferente, cargada de una energía palpable que parecía prometer una liberación de las preocupaciones del pasado.

Después de salir de la reunión con el inversionista estadounidense, donde Jin había logrado un avance significativo al hacerse cargo del corporativo, una sensación de triunfo y empoderamiento había invadido su ser. Con esta nueva responsabilidad, Jin se sentía más seguro de sí mismo que nunca antes, y esto se reflejaba en la forma en que se entregaba al beso apasionado de Jungkook.

En medio de la ardiente pasión, Jin podía sentir cómo se derretían las barreras que lo habían mantenido distante en el pasado. Por un momento, dejó de lado sus temores y se entregó por completo al deseo abrumador que compartía con Jungkook, permitiendo que el calor del momento los envolviera en una espiral de placer y éxtasis.

Mientras las manos de Jungkook exploraban el cuerpo de Jin con avidez, él se dejaba llevar por la sensación embriagadora de su amor mutuo. Cada roce, cada susurro de deseo, era un recordatorio de la profunda conexión que compartían, una conexión que trascendía cualquier obstáculo que la vida pudiera presentarles.

En medio de la pasión desenfrenada, Jin se sentía vivo de una manera que no había experimentado. Con cada beso ardiente, cada caricia apasionada, se liberaba del peso de sus viejos traumas y se sumergía en el amor y la intimidad que solo Jungkook podía ofrecerle. Y en ese momento, en los brazos de Jungkook, se sintió completo, renovado y listo para enfrentar cualquier desafío que el futuro pudiera traer.

—Jungkook—, gimió Jin al sentir a Jungkook tocar su vientre y desatar su cinturón.

—¿Quieres que paré?

—No—, Jungkook lo miro a los ojos para asegurarse que Jin estuviera diciendo la verdad.— Te amo.

—Y yo a ti, Jinnie. Te amo más que nada en este mundo y nunca te dejaría—, la voz ronca de Jungkook más las palabras de amor, éxito más a Jin.

— Confío en ti.

Después de meses de introspección y sanación con su terapeuta, Jin finalmente se sintió listo para dar el siguiente paso en su relación con Jungkook. Con un latido acelerado del corazón y una mezcla de nerviosismo y anticipación, Jin no pudo contenerse más y jalo suavemente a Jungkook hacia él, capturando sus labios en un beso cargado de deseo y anhelo.

En ese momento, el mundo exterior se desvaneció y solo existía la conexión intensa entre ellos dos. Los labios de Jin se movían con urgencia contra los de Jungkook, transmitiendo todo el amor y la pasión que había estado acumulando durante tanto tiempo. Cada beso era una promesa de un futuro juntos, una declaración silenciosa de su profundo vínculo emocional.

Pero entonces, Jungkook tomó el control con ternura y cuidado, despojando con suavidad cada prenda de Jin mientras le susurraba palabras de afecto y admiración. Los ojos de Jin brillaban con emoción y gratitud mientras escuchaba las dulces palabras de Jungkook, sintiéndose amado y valorado en una manera que nunca antes había experimentado.

Con cada prenda que caía al suelo, Jin se sentía más vulnerable pero también más libre. Se entregó por completo a la caricia suave de las manos de Jungkook, permitiendo que su amor lo envolviera y lo elevara a nuevas alturas de éxtasis y plenitud. En ese momento íntimo y sagrado, se sintió completamente en paz consigo mismo y con el mundo que los rodeaba.

En un momento de pura intimidad y conexión, Jin se sintió envuelto en un torbellino de amor y deseo mientras ayudaba a Jungkook a quitarse la camisa y los pantalones con manos temblorosas pero llenas de afecto. Cada prenda que caía al suelo era como un símbolo tangible de la profunda intimidad que compartían, una prueba palpable del vínculo especial que los unía.

Con un suspiro de anticipación, Jungkook volvió a jalar a Jin hacia él, atrapando sus labios en un beso ardiente y apasionado que hizo que el corazón de Jin latiera con fuerza en su pecho. En ese momento, no había nada más que el calor de sus cuerpos fundiéndose en uno solo, la pasión y el deseo desatados en una danza etérea de amor y conexión.

Con manos diestras y gentiles, Jungkook se encargó de preparar a Jin con suavidad y cuidado, cada caricia y roce lleno de ternura y devoción. Cada gesto era una expresión del profundo amor que Jungkook sentía por Jin, una promesa de protección y apoyo incondicional en cada momento.

—Dolera un poco. Si te duele demasiado pararé.

— Estaré bien. A tu lado siempre estoy bien.

Y cuando finalmente se unieron en un acto de amor puro y sin reservas, Jungkook susurró palabras de afecto y admiración en el oído de Jin, llenando el aire con su voz suave y melodiosa. Cada palabra resonaba en el alma de Jin, calmando sus miedos y disipando sus dudas, dejando solo espacio para el amor inquebrantable que compartían.

En ese momento, mientras se entregaban el uno al otro en cuerpo y alma, Jin supo que había encontrado su lugar en el mundo junto a Jungkook. En los brazos de su amado, se sintió completo y en paz, listo para enfrentar cualquier desafío que la vida les presentara con valentía y determinación.

[…]

Al despertar de esa noche de amor y conexión profunda, SeokJin notó la ausencia de Jungkook en la cama junto a él. Con una curiosidad acariciando su mente, salió del dormitorio y se encontró con la dulce escena de Jungkook cocinando en la cocina. El aroma tentador de panqueques recién hechos y tocino dorado llenaba el aire, invitando a SeokJin a unirse a la mesa.

Con una sonrisa radiante, Jungkook levantó la mirada y sus ojos se iluminaron al ver a SeokJin. Con gestos suaves y acogedores, lo invitó a sentarse a la mesa donde había preparado un delicioso desayuno. SeokJin se sintió abrumado por el amor y la ternura que emanaba de Jungkook mientras observaba cómo cuidadosamente colocaba los platos en la mesa, cada movimiento lleno de cariño y dedicación.

Los panqueques estaban perfectamente dorados, el tocino crujiente y los huevos escalfados con maestría. Jungkook había preparado una verdadera festín matutino para compartir con SeokJin. Con una taza humeante de café o jugo de naranja, todo estaba listo para comenzar el día con energía y amor.

Mientras disfrutaban de la comida juntos, compartiendo risas y conversaciones íntimas, SeokJin se sentía bendecido por tener a alguien como Jungkook en su vida. Cada gesto de amor y cuidado que Jungkook le mostraba solo fortalecía su vínculo y hacía que su amor creciera aún más profundo.

En ese momento, mientras saboreaban el delicioso desayuno preparado por Jungkook, SeokJin supo que había encontrado no solo a su novio, sino también a su compañero de vida. Juntos, estaban listos para enfrentar cualquier desafío y celebrar cada alegría que el futuro les deparara, con amor y apoyo mutuo como su guía.

Don't blame Donde viven las historias. Descúbrelo ahora