XIII. Investigación

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En una oficina austera y minimalista, el misterioso hombre conocido como "el psicópata de los negocios" se encontraba sentado frente a una pared llena de pantallas de monitores. En cada una de ellas, SeokJin, estaba siendo observado las veinticuatro horas del día, los siete días de la semana.

El hombre, cuyo rostro estaba oculto tras una máscara de indiferencia, observaba a SeokJin con una intensidad fría y calculadora. Sus ojos, ocultos detrás de gafas de sol oscuras, recorrían cada movimiento de SeokJin, cada gesto, cada expresión facial, como anhelando tenerlo consigo.

—Señor, el joven SeokJin se ha ido de la empresa—, el técnico cambio la grabación de la pantalla.

Detrás de él, un equipo de técnicos y analistas observaba atentamente las pantallas, buscando cualquier señal de debilidad o vulnerabilidad en el líder de la empresa. Había un aura de tensión palpable en el aire, una sensación de anticipación y expectativa mientras todos esperaban ver qué movimiento haría SeokJin a continuación.

Y mientras continuaba observando a SeokJin en las pantallas, el hombre sonrió con una malicia fría y despiadada. Sabía que tenía a SeokJin justo donde lo quería, atrapado en su red de manipulación y engaño. Y no descansaría hasta que SeokJin estuviera completamente bajo su control, listo para ser utilizado según su voluntad.

—Seokjin, será mío—, murmuró viéndolo a través de la pantalla mientras el castaño se cambiaba de ropa.

[…]

SeokJin se encontraba en su habitación, rodeado de papeles y documentos de trabajo, cuando una curiosidad repentina lo invadió. Sus ojos se desviaron hacia su celular, que descansaba sobre la mesa de noche, y una idea comenzó a formarse en su mente. ¿Por qué no tomarse un descanso de la rutina y divertirse un poco?

Con un gesto decidido, SeokJin tomó su teléfono y comenzó a buscar la música del momento. Hacía días que había estado pensando en invitar a Jungkook a salir, y la idea de ir a un bar juntos había estado dando vueltas en su cabeza. Pero esta vez, quería agregar un toque especial a la experiencia: aprender a bailar.

Con dedos ágiles, SeokJin navegó por las listas de reproducción, buscando las canciones más populares del momento. Encontró una que llamó su atención y presionó play, dejando que la música llenara la habitación con su ritmo pegajoso y su energía contagiosa.

SeokJin se puso de pie, dejando de lado los papeles de trabajo por un momento, y comenzó a moverse al ritmo de la música. Sus movimientos al principio fueron tímidos y descoordinados, pero poco a poco comenzó a sentirse más cómodo, dejándose llevar por la melodía y la emoción del momento.

Cerró los ojos y se dejó llevar por la música, moviendo su cuerpo con gracia y elegancia. Se imaginaba a sí mismo bailando con Jungkook en el bar, riendo y divirtiéndose juntos en medio de la multitud.

A medida que la canción llegaba a su clímax, SeokJin se sintió lleno de energía y emoción. Estaba ansioso por poner en práctica sus nuevos movimientos y sorprender a Jungkook con su habilidad para bailar.

Con una sonrisa en los labios y el corazón lleno de anticipación, SeokJin continuó bailando en su habitación, dejando que la música lo llevara a un lugar de alegría y liberación. Estaba listo para cualquier aventura que el destino tuviera preparada para él, y estaba decidido a disfrutar cada momento al máximo.

—SeokJin—, Soo Hyun entro al cuarto de Jin viendo a su hijo bailar extrañamente. —¿Te duele algo?

—No—, con pena el castaño se volvió a sentar. —¿Qué quieres?

—Han llegado estos documentos.

SeokJin con los papeles que su padre le había entregado reposando sobre su regazo. Eran los resultados de una larga investigación sobre su violación, una investigación que había desenterrado secretos y verdades que prefería no enfrentar.

Con manos temblorosas, SeokJin comenzó a hojear los papeles, leyendo cada palabra con atención mientras su corazón latía con fuerza en su pecho. La investigación revelaba que Bo Hyuk, el tío de Jackson, había sido el responsable de su terrible agresión. Cada detalle era un golpe a su alma, haciéndole revivir el horror y el dolor de aquella noche fatídica una vez más.

Una oleada de emociones abrumadoras lo invadió: ira, tristeza, confusión, desesperación. SeokJin se sentía como si estuviera siendo arrastrado por un torbellino de sentimientos, incapaz de encontrar un ancla para mantenerse firme en medio de la tormenta emocional que lo consumía.

El rostro de Bo Hyuk se materializó en su mente, una imagen borrosa pero vívida que lo llenaba de repugnancia y asco.

SeokJin apretó los puños con impotencia, sintiendo una mezcla de rabia y dolor arder en su pecho. Todo este tiempo, había estado viviendo con el peso de aquellos recuerdos sin saber la verdad, sin poder culpar al verdadero culpable por su sufrimiento. Y ahora que finalmente conocía la verdad, se sentía abrumado por la intensidad de sus emociones.

Con un suspiro tembloroso, SeokJin cerró los ojos y dejó que las lágrimas brotaran libremente por sus mejillas. Sabía que no podía cambiar el pasado, que no podía borrar el dolor y la angustia que había sufrido. Pero también sabía que podía encontrar la fuerza para seguir adelante, para sanar sus heridas y encontrar la paz que tanto anhelaba en su corazón atribulado.

—Jinnie—, Soo Hyun temeroso de acercó a su hijo con intención de abrazarlo

—¡No! ¡No me toques! ¡Déjame!—, en ese momento Jin recordaba su yo de cinco años que suplicaba piedad y clemencia, pero nadie lo escucho.

—¡SeokJin!

Soo Hyun observaba con pesar a su hijo, SeokJin, quien estaba inmerso en un ataque de pánico y ansiedad, temblando y sollozando entre sus brazos. La angustia se reflejaba en los ojos de SeokJin, llenos de lágrimas y miedo, mientras luchaba por controlar su respiración entrecortada y sus temblores.

Sin dudarlo, Soo Hyun envolvió a SeokJin en un abrazo reconfortante, apretándolo con fuerza contra su pecho mientras murmuraba palabras de consuelo y apoyo. Podía sentir el temblor del cuerpo de SeokJin contra el suyo, la tensión y el miedo que lo consumían desde adentro, y lamentó profundamente no haber hecho más para proteger a su hijo en el pasado.

—¡Papá!—, gritó intentando zafarse. —¡Ayuda, papá!

Mientras SeokJin lloraba desconsoladamente en sus brazos, Soo Hyun se sintió abrumado por un profundo sentimiento de culpa y remordimiento. Se dio cuenta de que había fallado como padre al no estar allí para su hijo cuando más lo necesitaba, al no haberlo protegido del dolor y el sufrimiento que había enfrentado.

—Lo siento, mi niño.

El peso de su culpa era abrumador, como una losa que pesaba sobre sus hombros y amenazaba con aplastarlo. Se preguntaba una y otra vez qué podría haber hecho de manera diferente, cómo podría haber sido un padre mejor y más comprensivo para SeokJin en sus momentos de necesidad.

Mientras abrazaba a SeokJin con fuerza, Soo Hyun se prometió a sí mismo hacer todo lo posible para estar allí para su hijo en el futuro, para ofrecerle el amor y el apoyo que tanto necesitaba. Sabía que no podía cambiar el pasado, pero estaba decidido a hacer todo lo posible para ayudar a SeokJin a sanar y encontrar la paz que tanto anhelaba en su corazón atribulado.







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