XXIII. Solo a mi

89 10 4
                                        

Nota: acabo de actualizar el capítulo XXI, ya que se había subido incompleto 😭

El estadounidense bajó de su camioneta con una máscara de teatro de madera negra cubriendo su rostro, creando una aura de misterio y amenaza a su alrededor. Mientras caminaba hacia el lugar acordado, se encontró con Jackson, quien había viajado desde Italia para verlo. Sin decir una palabra, el hombre enmascarado se abalanzó sobre Jackson con una ferocidad impresionante.

A pesar de la destreza en combate de Jackson, no pudo evitar ser golpeado brutalmente por el enmascarado. Cada golpe era como un rayo, llevando consigo una fuerza devastadora que dejaba a Jackson aturdido y desorientado en el suelo. A medida que la pelea continuaba, el enmascarado parecía imparable, con una determinación feroz en sus movimientos.

Finalmente, con Jackson tendido en el suelo, el hombre enmascarado se acercó lentamente a él. A través de la máscara, sus ojos brillaban con una intensidad amenazadora mientras le advertía a Jackson que no se volviera a meter en sus asuntos si no quería enfrentar consecuencias aún más graves.

—Seokjin, es mío y más vale que hagas que eso pase o no vivirás lo suficiente para ver a tus mellizos crecer. He oído que son tan hermosos como su pade y sería una lástima que crecieran sin él por no hacerme caso.

—Seokjin, está con alguien más y jamás le haría eso.

— Asegúrate que el sea mío para siempre y no habrá problemas.

Con esa última advertencia, el enmascarado se alejó dejando a Jackson aturdido y confundido por el violento encuentro.

[…]

El enmascarado llegó a la casa donde se alojaba y se dirigió directamente al cuarto de cámaras, donde vigilaba meticulosamente a Seokjin. En la pantalla, observó con interés cómo Jin discutía acaloradamente con Soo Hyun en el despacho. A pesar del enojo evidente en su rostro, Seokjin irradiaba una determinación y un carácter fuerte que el enmascarado admiraba profundamente. Cada gesto y expresión facial de Jin reflejaba su compromiso y dedicación hacia los negocios.

Con una sonrisa satisfecha, el enmascarado se deleitó en la vista de la hermosa cara de Seokjin, con el ceño fruncido por el enojo pero a la vez mostrando una determinación imponente. Para él, esa combinación de fuerza y pasión de Jin era una de las cualidades que lo hacían tan intrigante y admirable.

— Serás mío, SeokJin. Solamente mío y de nadie más. Así tenga que matar a cualquiera para tenerte junto a mi lo haré.

—Señor—, su asistente llegó. —El joven Kim le manda estos documentos de la empresa. ¿Los revisara ahora o se los traigo más de rato?

— Confío en mi futuro esposo—, el hombre giro al ver una pared llena de fotos de Seokjin desde que esté tenía quince años.

[…]

En el bullicio de la oficina, los empleados junto a Jungkook llevaban un pastel adornado con una figura de alpaca, el animal favorito de Seokjin. Al llegar a su lugar, Jin se encontró con la sorpresa: un pastel de cumpleaños en su honor. Los rostros sonrientes de sus compañeros iluminaron la habitación mientras entonaban las tradicionales mañanitas.

—Saengihl chughahamnida
saengihl chughahamnida
saranghaneun Seokjinnie

Saengihl chughahamnida

El corazón de Jin se llenó de emoción y gratitud al ver el gesto tan cálido y sincero de sus colegas. Era la primera vez que celebraban su cumpleaños de una manera tan especial, rodeado de personas que realmente se preocupaban por él y no solo por los negocios. La alpaca en la parte superior del pastel era un toque perfecto, un recordatorio de que incluso en el mundo corporativo, había espacio para la alegría y la camaradería genuina. Para Jin, este gesto significaba más de lo que sus palabras podían expresar, y se sintió profundamente agradecido por tener a estas personas en su vida.

Después de entonar las mañanitas, el ambiente se llenó de risas y aplausos mientras los compañeros de trabajo de Seokjin celebraban su cumpleaños. Una vez que terminaron la canción, algunos comenzaron a repartir porciones de pastel, mientras que otros sacaban cámaras para capturar el momento. Jin estaba abrumado por la calidez y la alegría que emanaban de todos.

Jungkook, con una sonrisa traviesa, se acercó a Jin y lo tomó suavemente del brazo. —Ven, Jin, tenemos que celebrar adecuadamente tu día especial—, dijo con entusiasmo. —¿Por qué no dejamos el trabajo por hoy y vamos a cenar juntos?

Los ojos de Jin se iluminaron con sorpresa y alegría. —¡Sí, eso suena genial!—, respondió emocionado. —Solo déjame darle el día libre a los demás antes de irnos.

Con una rápida aprobación de Jin, los empleados se dispersaron con una sonrisa en sus rostros, agradecidos por la oportunidad de descanso. Jin cerró la puerta de la oficina con una sensación de gratitud y anticipación por la velada que le esperaba junto a Jungkook. Era un momento para dejar de lado las preocupaciones del trabajo y simplemente disfrutar del tiempo juntos.

[…]

El camino de flores que se extendía hacia la mesa estaba adornado con luces parpadeantes que creaban un ambiente mágico y romántico. Jin se quedó boquiabierto ante la vista espectacular que tenía delante. —¡Wow, Jungkook, esto es increíble!—, exclamó, mirando a su alrededor con admiración.

Jungkook sonrió, complacido por la reacción de Jin. —Quería que fuera algo especial para tu cumpleaños—, explicó. —Te lo mereces, Jin.

Los dos caminaron juntos por el sendero de flores, disfrutando de la suave brisa nocturna y el aroma de las flores. Al llegar a la mesa, Jin se maravilló ante la vista panorámica que se extendía ante ellos. —Es hermoso—, murmuró, sin poder apartar la vista del paisaje.

—Lo es, al igual que tú—, respondió Jungkook con ternura, tomando la mano de Jin entre las suyas.

Sentados a la mesa, comenzaron a disfrutar de una deliciosa cena preparada especialmente para la ocasión. Las conversaciones eran animadas y llenas de risas, mientras compartían recuerdos y planes para el futuro. Era un momento perfecto, donde el tiempo parecía detenerse y solo existían ellos dos, rodeados de amor y felicidad.

[…]

El silencio envolvía la mansión cuando Jin llegó, acentuando su sensación de soledad. Miró su teléfono, esperando encontrar algún mensaje de felicitación, pero la pantalla seguía vacía, sin ninguna notificación que rompiera el vacío que sentía en ese momento.

La decepción le pesaba en el pecho mientras luchaba contra las lágrimas que amenazaban con escaparse. Se sentó en el escalón de la entrada, abrumado por la sensación de abandono. ¿Acaso nadie de su familia se había acordado de su cumpleaños?

Justo en ese momento, el sonido de un auto que se detenía lo sacó de sus pensamientos. Levantó la vista y vio a Jungkook salir del vehículo, corriendo hacia él con una expresión de preocupación en el rostro. Sin decir una palabra, Jungkook se sentó a su lado y lo abrazó con fuerza, ofreciéndole consuelo en su momento de debilidad.

—¿Qué haces aquí?—, pregunto al verlo visto irse.

—Olvidaste tu portafolio en mi carro—, señalo el objeto en sus manos.

—¿Qué sucede bonito? —, limpio las lágrimas del castaño.

—Mi familia al parecer no se acordó de mi cumpleaños.

—Bonito, no necesitas a nadie más que a mi.

Jin se aferró a Jungkook, dejando que las lágrimas finalmente fluyeran mientras se sentía reconfortado por el calor de su abrazo. Juntos, subieron a la mansión, donde Jungkook se aseguró de que Jin se sintiera querido y especial en su día especial.

Don't blame Donde viven las historias. Descúbrelo ahora