61

909 86 3
                                    

segunda y última parte del capítulo 60

Estaba de pie junto a la recepción del E.R, revisando algunos archivos cuando escuche el sonido de la puerta principal abrirse.

Mi corazón dio un vuelco al reconocer la figura que entraba cojeando ligeramente, con el rostro hecho golpes. Había pasado tanto tiempo desde que lo vi por última vez, luego de mudarme de aquella casa en Brooklyn, pero su presencia todavía tenía el poder de hacer que mi pulso se acelerara.

Steve se acercó a la recepción, su expresión cansada y preocupada.

Un par de internos en guardia se acercaron con la intención de ayudarlo.

- ¿Puedo ayudarte? -pregunta uno de ellos.

Steve me mira por un momento, sus ojos azules buscando los míos, con una mezcla de sorpresa y algo más que no puedo identificar.

- Ellie .-dijo finalmente, su voz apenas un susurro.

Hubo un breve momento de silencio incómodo cuando todos ponen su mirada sobre mi.

- Está herido. Deberían atenderlo.

Los internos discuten por atender al Capitán América. No es hasta que otra de las enfermeras llama al médico en guardia, quien lo examinó rápidamente y ordenó que lo llevaran a una habitación para tratar sus heridas.

Continuo con mi papeleo ignorando lo que pasó.

- Escuché qué Steve está aquí .-Jack aparece detrás de mi haciéndome sobresaltar.

- Sí, lo ingresaron hace un rato .-asiento.

- Deberías verlo .-lo miro como si estuviera loco.- No me pondré celoso .-bromea haciéndome reír.-Te salvaré nuevamente si es necesario.

Busco en una de las computadoras la habitación que le fue asignada.

- Tercer piso, al parecer.

Jack deja un beso en mi sien.

- No olvides nuestra cena .-sonrío negando.

- A las seis .-guiña un ojo desapareciendo.

Muevo mi cuerpo hasta el tercer piso del hospital en donde puedo verlo descansar sobre la camilla.

Me quedo de pie junto a la puerta, sintiéndome incómoda bajo su mirada cuando me descubre.

- Entra, Ellie.

- ¿Qué pasó? -pregunto, tratando de romper el hielo, mirando su rostro.

Steve suspira, pasando una mano por su cabello rubio.- Fue una misión. Las cosas se complicaron.

Asiento.

- Bueno, al menos estás aquí ahora y puedes recibir atención médica adecuada.

Steve me miró fijamente, como si estuviera a punto de decir algo, pero luego desvía la mirada.

- Gracias, Ellie.

Hay otro silencio incómodo entre nosotros hasta que decido romperlo.

- ¿Cómo estás? -pregunto consciente de que era una pregunta que necesitaba hacer.

Después de aquella noche en la que le supliqué que me dejara sola, cedió.

Sin embargo, sólo me tomó un par de horas recapacitar. Era yo la que tenía que marcharse. Ese era su hogar. El lugar en el que creció.

Y aunque me aborrecía decirlo, el lugar en donde mantuvo su matrimonio con ella, aunque fuera en otra línea del tiempo.

- Estoy mejor .-Steve frunce el ceño, su mandíbula tensándose ligeramente.- ¿Qué hay de ti?

- Me alegro .-relamo mis labios asintiendo.- Bien.

El silencio incómodo vuelve a inundarnos.

- Lo siento, Ellie .-dice Steve suavemente.- Lo siento por todo.

Asiento, luchando por mantener las lágrimas.

- No importa. Es pasado .-muerdo mi labio.

- No debí hacerte daño, Ellie.

- Lamento no haber sido suficiente .-bajo la mirada unos segundos.

- No, Ellie, tú eres mucho más que suficiente para cualquiera. No lo dudes, nunca.

- ¿Entonces por qué volviste con ella?

Steve parece avergonzado cuando lo cuestiono.

- Lo siento .-se limita a responder. Trago el nudo en mi garganta cuando no es capaz de responderme.- Mereces ser feliz, sin mi.

- Ellie, los padres de Marie están esperándonos para la consulta .-Jack aparece por la puerta con una mueca en su rostro interrumpiéndonos.

Steve nos mira fijamente, como si estuviera a punto de decir algo más, pero luego sacude la cabeza.

- Creo que debería descansar un poco. Gracias por todo, Ellie.

Asiento, tragando el nuevo nudo en mi garganta.

- Por supuesto. Si necesitas algo, estaré por aquí.

Steve me ofreció una débil sonrisa.

Una vez fuera, me apoyo contra la pared y dejo que las lágrimas que había estado conteniendo finalmente brotaran.

Había esperado que ver a Steve de nuevo le traería algún tipo de cierre, pero en su lugar, solo había traído más dolor y corazones rotos.

- Ellie .-susurra Jack atrayéndome a sus brazos.

- Lo siento .-murmuro.- No puedo hacerte lo mismo que hizo él conmigo.

Jack sonríe.

- No estás haciéndolo, Ells .-me llama por mi apodo tomando mi rostro con su mano.

Tomo una fuera bocanada de aire intentado tranquilizarme.

Sus brazos rodean mi cintura apretándome contra su cuerpo.

Coloco mi rostro sobre su hombro dejando que las lágrimas terminen de salir.

Al alzar la vista me encuentro con esos ojos azules que me robaron el corazón hace mucho tiempo.

Me mira con tristeza.

Pero no puedo confiar en el.

La miró como me miraba a mi.

Decido que era hora de dejar ir a Steve de una vez por todas. Era hora de seguir adelante con mi vida, sin él.

Y aunque eso significaba despedirse de una parte de mi pasado, también significaba abrirse a nuevas oportunidades y a un futuro sin límites.

- ¿Estás lista? -el pediatra sonríe limpiando las lágrimas de mis mejillas.

- Sí .-suspiro asintiendo.

Toma mi mano con la suya dirigiéndonos al ascensor.

CHRIS EVANS - ONE SHOTSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora