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Era el tercer aniversario de casados de Chris y Julie. Cuando Chris se había despedido sin desearle un feliz aniversario, Julie pensó que era algún tipo de broma porque tenía una sorpresa para ella.

Después de estar tres horas en el sillón de la sala se dió cuenta que en realidad sí lo había olvidado, casi a las tres de la mañana con el corazón roto decidió ir a su habitación, le dió una última mirada al regalo que había sobre la mesita de centro, y abrió la caja para tomar uno de los tantos regalos que tenía para su esposo. 

El ruido de la puerta siendo abierta la hizo sobresaltarse y esconder ese pequeño pedazo de tela dentro de su blusa. Su ceño se frunció al recibir un fuerte olor a alcohol y suspiró al ver a su esposo tambalearse un poco.

- Chris.

El hombre la mira con los ojos abiertos sorprendido por su presciencia.

- ¿Qué haces aquí? -escupe con molestia logrando confundir a su esposa.

- ¿En donde estuviste? -pregunta con preocupación acercándose a él. Su vista se dirige a su cuello en donde una gran marca roja está presente.- ¿En dónde estabas, Christopher? -pregunta una vez más, esta vez con un tono más elevado.

-  ¡Yo no tengo porque darte explicaciones! -chilla con fuerza.

- ¡¿Estuviste con alguien más?!

- ¡Cállate! ¡Tú estás todo el día con tu amiguito del trabajo!

- ¡Entonces es eso! ¡¿Estás celoso?!

Julie derrama lágrimas cuando su rostro se gira hacia la derecha, su mejilla comienza a doler.

- ¡Dije que te callaras! -grita de nuevo, esta vez es su puño el que se estrella en su rostro haciendo que pierda el equilibrio y caiga al suelo.

- Para, por favor .-dice apenas en un murmuro. La chica gime del dolor al sentir un golpe más, se alarma al ver el suelo lleno de sangre. Su nariz duele, está casi segura de que está rota.

- Quiero que todo esté limpio para el amanecer .-la chica asiente rápidamente atemorizada y observa como desaparece por el pasillo.

Con algo de esfuerzo logra ponerse de pie, toma sus llaves del auto, conduce hasta el hospital más cercano.

Cuando el doctor de urgencias la atiende miente acerca de la golpiza que llevaba consigo.

Al llegar de nuevo a la casa que compartían se dedica a limpiar con cloro y jabón todo el suelo que estaba sucio.

Cuando termina son las seis de la mañana, tenía que levantarse a las ocho para ir al trabajo. El llanto regresa a ella y se recuesta de nuevo en el sillón, tenía frío, pero no podía ir a dormir en la misma cama con el hombre que la había golpeado.

Asustada por la alarma de un celular se pone de pie rápidamente para poder apagarla.

Camina con cuidado hasta su habitación y al escuchar la regadera se apresura a caminar al armario para poder sacar su ropa del día. Cuando está poniéndose la blusa da un brinco al sentir unas manos en su cintura.

- Perdóname, por favor .-escucha su voz, la hace girar para poder mirarla. Julie logra ver arrepentimiento en los ojos de su esposo, suspira asintiendo.- Discúlpame, nena. Las cosas en el trabajo están yendo muy mal, tomé más de lo normal y me desquité contigo. Te amo .-dice dejando un beso en su cabeza.

- Te amo más.

Ese mismo día por la noche, la golpiza del día anterior se repitió, y la mañana siguiente las disculpas igual, al igual que durante las dos semanas siguientes.

Julie había perdido su trabajo porque no podía ponerse de pie debido a las golpizas que recibía todas las noches.

La hora de llegada de Chris se acercaba junto con todo el miedo que tenía Julie.

Había limpiado la casa completamente, hizo la cena y la dejó lista para que Chris no tuviera alguna excusa para molestarse.

Pero eso no sucedió.

Al llegar a su casa, el hombre fue directamente hacia su esposa.

- ¡¿Por qué mierda renunciaste a tu trabajo?! -preguntó empujándola, haciendo que cayera al suelo.

- Por favor détente.-ruega. Gime de dolor cuando siente cómo su cabeza es estrellada contra el suelo.

- ¡Te hice una pregunta!

- Me despidieron por no asistir .-dice en un hilo de voz. El golpe la había mareado e incluso había visto negro por unos segundos.

- Eres una buena para nada.

Julie intenta pensar en otra cosa mientras es golpeada. Se alarma cuando los pies del hombre comienzan a golpear su abdomen.

- ¡No, por favor! -grita rogándole- ¡Basta!

Christopher hace caso omiso y sigue golpeándola.

Después de al menos 10 minutos se retira de la habitación, entre sollozos y lágrimas, Julie logra llegar al baño a rastras.

- No, no, no, no, no, no .-murmura asustada al ver cómo la sangre corre por sus piernas.- Tú no por favor .-a Julie le sorprende que incluso su llanto sea mucho más fuerte.- Perdóname .-acaricia su estómago. Toma el bote de pastillas que se encuentra en el cajón, y se impulsa para meterse dentro de la tina con quejidos.

Chris camina hacia su habitación cuando termina su cena y se molesta al no ver a su mujer por ningún lado.

- ¡¿Por qué no está limpio aquí?! -grita con molestia a la vez que toca la puerta con fuerza.-¡Abre la maldita puerta!

Al no recibir respuesta el hombre se molesta más y de una patada logra abrir la puerta. La imagen que ve a continuación lo deja helado, la tina llena de sangre y agua con su esposa dentro de esta, sin vida.

Puede ver que dentro de esta algo se encuentra flotando. Cubierta de sangre saca el pequeño pedazo de tela y jadea al leer lo que llevaba la leyenda de la camisa.

"Mi papá es el mejor de todos"

Julie estaba embarazada.

CHRIS EVANS - ONE SHOTSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora