CHRIS EVANS - ONE SHOTS

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El sol comenzaba a esconderse de los árboles, creando un juego de luces anaranjadas.

Chris caminaba junto a su novia Stella, con Dodger corriendo alegremente a su lado.

El aire fresco de Boston les envolvía mientras se adentraban más en el verde paisaje.

- Es tan adorable cuando está emocionado .-sonrió Stella al ver a Dodger saltando entre los arbustos.

- Sí, parece que le encanta este lugar tanto como a nosotros. -sonríen con complicidad. Se detuvieron junto a un banco y Chris tomó la mano de Stella, sentándose.- ¿Recuerdas la primera vez que nos vimos?

Stella asintió con nostalgia.

- ¡Claro que sí! Fue justo después de que Dodger se uniera a ti. Su primer paseo juntos.

Chris acarició la cabeza de Dodger mientras este se sentaba a sus pies.

- El pequeño Dodger me trajo buena suerte.

- Y el pastel que recién había horneado .-ríen ambos.

- Definitivamente. Sin ese pastel, Dodger no te hubiera derribado, y jamás te hubiera encontrado.

- Sí...-dice nostálgica.

- Y ahora, cada vez que venimos aquí, se siente como si volviéramos a enamorarnos.

Stella se acercó más a Chris, sintiendo su calor al descansar su cabeza sobre su hombro.

- Sí, es cierto. Este lugar siempre será especial para nosotros.

Se miraron el uno al otro con amor, sus ojos brillando con complicidad.

Entonces, Chris se inclinó y capturó los labios de Stella en un beso suave pero apasionado. Los dos se perdieron en el momento, sintiendo la conexión que compartían.

Al separarse, Stella mantiene los ojos cerrados, disfrutando de las caricias de su novio.

No es hasta que percibe la frialdad en uno de sus dedos que los abre abruptamente, sorprendiéndose al encontrarse a su novio arrodillado frente a ella, deslizando un precioso anillo brillante en su dedo anular izquierdo.

Stella, atónita, no es capaz de pronunciar palabra alguna, sintiendo como sus ojos se llenan de lágrimas.

- Honestamente, tenía un discurso preparado .-carcajea nervioso.- Pero solo quiero pasar el resto de mi vida contigo. ¿Me harías el honor de ser tu esposo? -pide con sus preciosos ojos azules cristalizados.

- Chris .-suspira extasiada.- Mil veces si.

Ríe entre lágrimas dejándose caer en sus brazos.

Chris sonríe satisfecho apretando a su ahora prometida.

Dodger se acera sentándose entre ellos, mirándolos con sus ojos brillantes. Chris y Stella se separaron, riendo suavemente ante la interrupción de su perro.

- ¿Qué pasa, Dodger? ¿Quieres unirse a nuestro abrazo? -Chris bromeó, acariciando la cabeza de su fiel compañero.

Stella acarició el pelaje de Dodger.

- Parece que no quiere perderse ni un momento de nuestro amor.

Chris asintió, sintiendo una oleada de gratitud y amor por tener a Stella y a Dodger en su vida.- Somos afortunados de tenernos el uno al otro, y a este pequeño travieso también.

Stella sonrió y se acercó para abrazar a Chris, sintiendo la calidez de su cuerpo contra el suyo.

- Te amo, Chris. Eres mi todo, y si quiero que seas mi esposo .-bromea haciéndolo reír.

- Y yo te amo a ti, cariño. Eres mi mundo.

Se quedaron abrazados por un momento más, sin importarles estar sobre el piso, con más personas a su alrededor, sin importarles nada.

Más que ellos y su amor.