𝗗𝗔𝗥𝗟𝗜𝗡𝗚 ¹ | 𝐊𝐨𝐥 𝐌𝐢𝐤𝐚𝐞𝐥𝐬𝐨𝐧

II

Tras reaccionar y ver como Kol se marchaba de la propiedad, retrocedí para cerrar la puerta y mirar los sobres que sostenía entre mis manos.

Estaba aquí.

Kol estaba aquí.

Y no lo sabía, ¿cuándo había vuelto?

Aunque lo peor había sido que no me reconociese.

- ¿Quien era Avery?

La voz de Stefan me hizo volver a la realidad, levantando la cabeza de las invitaciones para mirarles.

- Al parecer la nueva familia han organizado un baile de bienvenida -levanté la mano mostrándole las tres invitaciones.

- ¿Los Mikaelson? -asentí.- Una pena porque no vamos a ir.

- ¿Y quien lo va a impidir? ¿Tú?

- Ahora que no esta Damon, si, seré yo el que os lo impida. Además, podría ser una trampa.

- Stefan tiene razón -fue Caroline la que habló.- primero fue Elijah, luego Rebekah y Klaus... a saber los desastres que podrían causar ahora que está toda la familia reunida.

- O no, tal vez quieran causar buena impresión al ser los nuevos vecinos.

Elena era de las mías.

- Así es, yo no se vosotros pero yo voy a ir a esa fiesta, vosotros dos haced lo que querais -se giró hacía mí.- ¿tu te apuntas Avery?

- Cuenta conmigo -le sonreí.-

- Genial. Bueno yo me voy, si quieres podemos quedar luego para comprar los vestidos.

- Por mi vale

Nos intercambiamos los números de teléfono y tras despedirse las tres chicas, me quedé a solas con Stefan. El cual me miraba modo neutral cruzado de brazos.

- A ver, ¿Por qué me miras así?

- Se que me contaste la historia que tuviste con Kol, Avery, pero no te haces una idea de como es su familia.

- En eso te equivocas, Kol solo llegó a hablarme de su hermana y del psicópata de Niklaus, pero, ¿sabes qué?

- Dime

- Que no le tengo miedo, ¿por qué deberiamos temerle a Niklaus? Será un híbrido pero nadie es indestructible, Stefan. A él también se le puede matar. -caminé hacia el sillón sentandome en este pero de lado, pasando por encima de uno de los dos brazos mis piernas. Al ver que no decía nada, levanté la cabeza para mirarle. Estaba ¿sonriendo?- ¿Qué?

- Eres igual que Damon.

- Lo sé, pero es que es verdad. No deberiamos temerle -bufé.- Hablando de Damon, ¿vas a contarme dónde está ese psicópata egocéntrico?

·

Salí de la mansión Salvatore una vez Elena me pasó la ubicación de la tienda donde habíamos quedado. Lo que me había contado Stefan sobre lo de Damon no me sorprendía, es más, es Damon siendo... Damon.

Aunque yo hubiese hecho lo mismo a decir verdad, no deberiamos tenerle miedo a esos vampiros, aunque sean los originales. Vaya gilipollez.

En fin, mientras caminaba mirando el gps, vi que había llegado al centro del pueblo, la plaza dondé se situaba el reloj. Miré a mi alrededor en busca de una mata de pelo lisa color chocolate. Se encontraba de espaldas a mí, delante de la tienda.

Caminé cruzando la carretera para dirigirme a ella.

- Elena -la castaña se giró al escucharme, mostrándome una sonrisa.-