𝗗𝗔𝗥𝗟𝗜𝗡𝗚 ¹ | 𝐊𝐨𝐥 𝐌𝐢𝐤𝐚𝐞𝐥𝐬𝐨𝐧

XIV

– Cuanto tiempo hijo mío –respondió su padre con un sonrisa.–

Era Riccardo Salvatore.

El padre de Asher y Avery, y bueno, también el de Alessandro.

Y a su lado se encontraba, nada más y nada menos que...

Mikael Mikaelson.

El vampiro caza vampiros.

¿Que hacían juntos esos dos? Desde luego que nada bueno.

– Creía que estabas muerto –dijo Asher mirando a su padre.–

– Sí, yo también me sorprendí tras haberme despertado y enterrado en medio del bosque –respondió su padre.– Alguien debió haberme dado su sangre, pero, ¿sabes que es lo que más me sorprendió? —hizo una pequeña pausa y sonrió antes de continuar hablando.— Que tu hermana me hubiese matado a sangre fría, sin sentir culpa y ni una pizca de remordimiento.

– ¿Qué? –fue todo lo que Asher dijo, quedándose totalmente asimilando las palabras que había dicho su padre.–

– ¿No lo sabías? –preguntó su padre.– Me sorprende, ya que entre los dos nunca ha habido secretos

– Ella nunca lo habría hecho –respondió Asher.–

– Por eso debe de seguir muerta –fue el turno de Mikael hablar.– debió estarlo el día de su transición

– Veo que su padre te ha puesto al día –dijo Kol mientras se cruzaba de brazos mirando a su padre.–

– Así es hijo mío, así que si no quereis que nadie más muera hoy... dijo Mikael.– será mejor que os marchéis –prosigio diciendo.–

– Me parece a mi que no –dijo una voz detrás de ellos. Klaus. Colocó la mano en el hombro de Kol, mirándole.– Vuelve dentro, nosotros nos encargamos

Kol asintió y tras esas palabras, volvió dentro de la cripta.

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La superficie se agrietó en cuanto un puño se estrelló contra está desde abajo y una mano asomó al exterior. Kol se acercó rápidamente para terminar de romperlo y Avery se incorporó sin entender nada.

Kol se quitó la chaqueta al ver que la chica había resurgido y vuelto a la vida desnuda, se la pasó por los hombros y la cogió en brazos para ayudarla a salir de allí. Avery se agarró a él y el castaño la bajó haciendo que sus pies tocasen el suelo.

Miró a la chica de la que estaba enamorado y agarró su cara con ambas manos acunándolas entre estás, haciendo que Avery le mirase a los ojos.

– Me has dado un susto de muerte. Creía... creía que no volvería a verte nunca más –dijo Kol.–

– Ha merecido la pena con tal de que siguieses vivo –respondió Avery, que no se esperaba que Kol rompiese la distancia que los separaba para besarla despacio, un beso lleno de ternura, porque ahora mismo lo que quería era saborearla y volver a besarla después de varios días sin volver a hacerlo.–

Avery le correspondió el beso de la misma manera mientras cerraba los ojos y subía las manos para apoyarlas sobre las de él. Poco después, Kol rompió el beso para volver a mirarla.

– Luego tendré tiempo para seguir regañándote, ahora... tenemos un gran problema

– ¿Que ocurre ahí fuera? –preguntó Bonnie.–

– Será mejor que lo veas con tus propios ojos –respondió Kol mirando a la Salvatore, que frunció el ceño extrañada.–

Avery giró la cara para mirar a Bonnie.