VIII

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Al día siguiente, una vez que Avery se preparó para un nuevo día, bajó yendo hacia el salón para reunirse con Damon y Stefan.

– ¿Ya sabeis como acabar con la familia original? –preguntó Avery poniéndose la chaqueta.–

– ¿Ella también lo sabe? –preguntó Elena.–

– Esther me dijo de matar a Kol, así que si. Lo sé.

– Y después de que Esther le dijese de matarlo, se acostó con él –dijo Damon.–

Elena miró a la familiar de Damon y Stefan flipando y la rubia rodo los ojos.

– Eso era totalmente innecesario que lo supiese –Avery miró a Stefan.– ¿Se lo contaste?

– No le ha hecho falta –se adelantó Damon.– Era obvio que ibas a caer

Avery rodó los ojos poniéndolos en blanco.

– Me voy, cualquier cosa llamadme

Dio media vuelta subiendo el escalón para a continuación caminar hacia la entrada y salí por la puerta una vez abrió esta y la cerró a su espalda.

Avery llegó a la plaza del pueblo, caminó hacia el Mystic Grill hasta que una mata de pelo rubio la hizo detenerse.

– Rebekah –saludó sonriendo. La rubia original se giró para mirarla devolviéndole la sonrisa.–

– Avery. Justo la chica que estaba buscando

– Pues aquí me tienes, ¿que ocurre?

– Anoche me enteré de lo que hicisteis Kol y tú en mi habitación

Avery se quedó de piedra tras esas palabras.

– ¿T-tu habitación? –la rubia original sonrió cruzándose de brazos.– Oh Dios mio, lo siento muchisimo Rebekah. Te juro que no sabía que era...

– Hey –la cortó la rubia.– Puedes estar tranquila que contigo

– Tengo que hablar muy seriamente con él. –colocó los brazos en jarra.– Siendo tu su hermana y no te tiene ningún respeto –miró a la rubia que seguía sonriendo.– ¿Qué?

– Esa es una de las razones por las que me caes bien, ojalá haberte conocido cuando Kol te conoció.

– ¿Kol te...?

– ¿Que si llegó a hablarme de tí? Si

Avery se quedó sin palabras. Se esperaba cualquier cosa menos el hecho de que Kol le hubiese hablado a Rebekah sobre ellos.

– Bueno –volvió a hablar la rubia original.– Yo tengo que irme que he quedado, y vosotros dos dejadla en paz –se dirigió a alguien que se encontraba detrás de la Salvatore.–

Por el perfume, Avery supo que se trataba de Kol.

– No se por quienes nos tomas, Bekah. No íbamos a hacer nada.

Avery se giró, para encontrarse cara a cara con Kol y Niklaus.

– Mirad a quienes tenemos aquí, el ex psicópata y el que se cree el macho alfa –dirigió su mirada a Niklaus, mientras se cruzaba de brazos sonriendo.–

– Te estás ganando una mordida, Salvatore

– Perro ladrador, poco mordedor –respondió la rubia.– Sabes lo que significa, ¿no?

Niklaus, con su cara de pocos amigos, hizo amago de acercarse a la Salvatore, pero una mano se estampó en su pecho deteniéndole.

– Mejor espérame dentro –dijo Kol mirando a su hermano.– Ya me encargo yo de ella.

𝗗𝗔𝗥𝗟𝗜𝗡𝗚 ¹ | 𝐊𝐨𝐥 𝐌𝐢𝐤𝐚𝐞𝐥𝐬𝐨𝐧Donde viven las historias. Descúbrelo ahora