1510

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Italia, 1510

— ¡Eres una vergüenza para esta familia! —gritó la voz masculina.—

Era de noche.

Más bien, las campanadas indicaban que ya había llegado la media noche.

Y su padastro la había echado de casa, con una maleta nada más.

— ¿Que pensaría tu madre de esto si hubiese seguido viva? —preguntó de nuevo su padrastro delante de la puerta para que la chica no pudiese pasar.—

Se levanté del suelo sacudiendose la falda del vestido y habló para encararle, no le temía.

— No se que es lo que hubiese pensado —respondió la chica.— Pero lo que sí sé es que no me habría echado a la calle como a un perro.

Una risa fue lo primero que salió de aquel bastardo.

— Que ilusa eres niña —dijo su padrastro retrocediendo para entrar en la casa y agarrar la puerta sin llegar a cerrarla todavía.— Por aquí no vuelvas más, y haber que haces ahora sin tener nada ni a nadie.

Cerró la puerta en las narices de la chica y está comenzó a llorar.

¿Que iba a hacer ahora? Si... si su madre estuviese aquí...

Pero ella estaba muerta.

Había muerto hacía un año y ni siquiera tuvo la oportunidad de despedirse de ella, ya que la enfermedad se hubiese llevado a ambas.

Recogió su maleta del suelo y antes de que pudiese dar un paso, alguien habló:

— Esa no es forma de tratar a una dama, y menos a una hija.

La chica se tensó mirando a ambos lados, ¿quien había hablado?

Alguien salió de entre las sombras dejándose ver.

— Siento haberte asustado —la mujer extendió su mano para que se la estrechase.— Rebekah Mikaelson.

Miró a la chica, (no sabía si era rubia o morena a causa de la escasez de luz), con algo de miedo y le estrechó la mano por cortesía, hablando por fin.

— Livia D'Amico.

— No tengas miedo, solo quiero ayudarte.

— ¿Cómo? —preguntó la chica.—

— Ven, acompáñame —Rebekah dio media vuelta, volviendo a retomar el paso, aunque las siguientes palabras de Livia hicieron que se detuviese.—

— ¿Que te hace pensar que voy a ir contigo? —preguntó mirándola, y Rebekah volvió a girarse hacia ella.—

— Porque entre mujeres tenemos que protegernos, además, no voy a dejarte aquí sola en medio de la calle y más en ese estado.

Livia se tensó. ¿Como sabía...?

— Confía en mi, Livia. —volvió a hablar Rebekah.— Te prometo que conmigo no te pasará absolutamente nada. —hizo una pequeña pausa antes de continuar hablando.— Y responderé a todas las preguntas que quieras hacerme.

— La primera, ¿cómo has sabido que estoy...?

— ¿Embarazada? —finalizó Rebekah por ella, asintió tragando saliva. Esto estaba dándole mucho miedo.— Esa es una pregunta que te responderé si aceptas mi invitación. Porque te prometo que mientras estés a mi lado, no te pasará absolutamente nada.

Se mordió el labio disimuladamente, algo indecisa, pensando en lo que hacer... miró nuevamente a Rebekah que la miraba con una sonrisa y asintió.

— Bien, acompáñame —Rebekah agarró su maleta para ayudarla y ambas comenzamos a caminar una al de la otra hacia la casa que se convertiría en su nuevo hogar.—

[...]

¡HOOOOLAAA! Damos por comenzado el acto dos. Si, se que ha sido algo corto, pero quería que en este "primer" capítulo conocieseis un poco a ese nuevo personaje que va a ser importante en la vida de Avery, Kol y su hija . Y se que le vais a agarrar mucho cariño. 🥰🥰

[...]

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𝗗𝗔𝗥𝗟𝗜𝗡𝗚 ¹ | 𝐊𝐨𝐥 𝐌𝐢𝐤𝐚𝐞𝐥𝐬𝐨𝐧Donde viven las historias. Descúbrelo ahora