Ocho meses después...
Mystic Falls se encontraba demasiado tranquilo después de lo sucedido, y eso, eso era extraño. Porque todo el mundo conociendo a Katherine Pierce, sabía que acabaría haciendo una gran entrada y actuaría en cualquier momento. Por eso, los Mikaelson, los Salvatore, Elena, Bonnie y Caroline, estaban pendientes de mi ahora que me encontraba embarazada.
Regalo que me concedió mi queridísima suegra. Más bien, nos concedió.
O tal vez no deberíamos considerarlo regalo con todo lo que se nos vendría encima una vez llegase la bebé al ser la primogénita de Kol.
Aunque eso realmente no lo sabíamos.
Ahora me encontraba en mi habitación, sentada en el sillón justo al lado del gran ventanal, colocada de lado con la espalda apoyada en uno de los reposabrazos y las piernas colgando del otro reposabrazos, leyendo un libro y una de mis manos sobre mi abultada ya barriguita.
Esto de estar embarazada aún seguía pareciéndome de lo más surrealista, pero estaba feliz de poder ser madre siendo vampiro.
– Lo estás haciendo otra vez –dije sonriendo, sin despegar la mirada del libro.–
– ¿El qué? ¿Admirar a la futura madre de mi hija? –respondió el original, consiguiendo que cerrase el libro, no sin antes dejar un marcapáginas en el interior para después seguir leyendo por donde lo había dejado. Kol se había acercado, y se agachó frente a mí colocando la mano sobre mi vientre.– ¿Como os encontraís?
– Bien, esta más tranquila que de costumbre –respondí con una sonrisa, colocando mi mano sobre la de él. La bebé dio una patadita y ambos sonreímos mirándonos el uno al otro.– ¿Has pensado ya algún nombre?
– Tengo uno pensado. Sería su segundo nombre
– ¿Has pensado en ponerle dos nombres? —asentí mirándole.– Me gusta, ¿que nombre es el que has pensado? –preguntó Kol.–
– ¿Mis hermanos están aquí? –pregunté.–
– Alessandro ha salido con Rebekah a comprarte algo de comer, y Asher está abajo con Damon y Stefan.
Asentí y señale mi escritorio.
– ¿Podrías acercarme un papel y un lápiz? —pregunté, no quería que nadie supiese todavía uno de los nombres que tenía pensado ponerle a nuestra hija.—
Kol, confuso, se levantó sin preguntar y se acercó al escritorio para agarrar un papel y un lápiz, y tendérmelo, lo agarró apoyando el papel sobre el libro y comencé a escribir un nombre mientras él volvía a agacharse frente a mí.
Le mostré el papelito, con el nombre que había escrito.
"Alessandra"
Kol leyó el nombre, quedándose sorprendido al leerlo y me miro con una sonrisa.
– ¿Y por qué ese segundo nombre? –preguntó.–
Fui a abrir la boca para hablar, pero volví a cerrarla al agudizar el oído y escuchar como alguien subía las escaleras y escondí el papel dentro del libro. Hasta que la pequeña no naciese, no le contaría a nadie más cual sería uno de los nombres que había elegido para nuestra hija.
– Espero que mi sobrina siga con hambre, porque te he traído lo que me has pedido. — dijo Rebekah nada más entrar por la puerta sonriendo, le devolví la sonrisa mirándola.–
– Sigue con hambre créeme –respondí agarrando la bolsa marrón que me tendía la rubia y saque de esta, la bolsa de patatas fritas.– ¿Te he dicho ya cuanto te quiero? –pregunté mirándola sonriendo mientras agarraba una patata y me la llevaba a la boca para segundos después comenzar a masticar.–
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𝗗𝗔𝗥𝗟𝗜𝗡𝗚 ¹ | 𝐊𝐨𝐥 𝐌𝐢𝐤𝐚𝐞𝐥𝐬𝐨𝐧
RomanceAvery Salvatore y Kol Mikaelson se conocieron y enamoraron en 1493, hasta que un incidente en 1494 por culpa de esta (según Kol), sus caminos se separaron. Años después de haberse separado, Kol estuvo más de 300 años encerrado en un ataúd, en cambio...