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¿Qué hizo para merecer tales cosas?

¿Nacer?

¿Su nacimiento no debía de ser?

¿Por eso su madre nunca le quiso, jamás le amo?


Veía a su hermano, aquel cuando era un niño corriendo a los brazos de su madre y un feliz padre que le revolvía los cabellos, Yuuichi estaba sonriente, como no le había visto jamás. 

El hombre bien vestido, abrazando a su pequeño familia, la mujer con un rostro vivo, hermoso.

Los vio alejarse, los tres tomados de la mano con Yuuichi en medio. Así debió ser la familia, solo ellos tres.


Entonces, todo lo hermoso y brillante se opaco por la oscuridad y el frío.

El llanto de un bebé en medio de ellos tres, donde el padre se fue sin mirar atrás, la mujer lloraba con dolor y tristeza, y solo Yuuichi se atrevió a tomar al bebé en brazos y mecerlo, cuidarlo de la tormenta y llevarlo consigo en aquel camino lleno de lodo y fuertes vientos.


¿Era su culpa que su hermano no realizara sus sueños?

¿Es el culpable de que su padre dejará a su madre?

¿Esa era la verdad?

¿La realidad que no quería ver?


Ahora era tomado de la mano por Yuuichi, ya podía sostenerse por su propio pie, pero necesitaba aun la protección y la ayuda del mayor, el cual no dejaba de sonreírle pese a las heridas que este cargaba, mantenía la calidez y la felicidad en aquella sonrisa.


¿Su hermano nunca fue feliz?


Ahora eran dos adultos, Yuuichi le extendió la mano, pero no para sostenerle, sino por verle como un igual.

Las heridas habían sanado excepto una que permanecía en un resplandeciente rojo sangre que surgía del pecho.


¿Qué tanto mal le hizo a su hermano?


—Yo jamás te culparía por algo, hermano –escucho la armoniosa voz del mayor —eres mi hermano pequeño, nunca fuiste una carga, tampoco obstruiste mis sueños ni metas. 

—Pudieron tener una mejor vida si yo no... –le quemaba el rostro por el calor del sentimiento de dolor, los ojos ardían dejando caer las lágrimas, la opresión en el pecho por todo lo que lleva guardando.

Las manos de Yuuichi se posaron sobre sus hombros —te amo, hermano. Y estaré para ti siempre que lo necesites.

Se abalanzo hacía el mayor, el cual le estrecho con amor, trasmitiendo sus sentimientos en la calidez de sus brazos.


—¿Cómo estás? –cuestiono Haku al chico. Le dieron posada por unos días más en el sitio.

Ayudaba con la limpieza y había pedido días en la escuela, lo cual no fue cuestionado debido a su buen trabajo y a una receta médica en donde en verdad estaba padeciendo por un problema de salud, Kyousuke se quedo con ellos, además de que Víctor fue estricto al decir que era mejor que se quedará ahí y de paso ambos se hacía compañía, hablando del futuro esposo de Víctor.

Lazos paralelosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora