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Después de lo que había sucedido aquella noche, Tsurugi estaba sin poder conciliar el sueño lo cual le traía problemas en las clases y el trabaja, en donde le obligaron a tomar unos días de descanso, y ni Hayato esta vez pudo ayudarlo, ya que estaba de acuerdo con el resto de que debía de descansa.

Sakura no dejaba de decirle que debía de pensar las cosas, ya que a ella fue a la única que le confió lo sucedido, uno por ser la que le diera mejores respuestas sin estar a favor de nadie, y el segundo por que si ella decía algo, el tenía muchas más cosas que decir de ella.

Tenía que asegurarse de que no dijera nada.


Hakuryuu por otro lado cumplió con lo que dijo, algo que ocasiono un gran problema dado a que Sorano no iba a dejar que él la dejará, teniendo Hakuryuu más problemas de los que creyó, teniendo que enfrentar a los padres de la chica, quienes para nada fueron comprensivos, y al contrario, no paraban de reprocharle que el no era nada sin su hija y cosas semejantes, algo que Afuro no paso por alto, porqué si, Hakuryuu es un adulto, pero su padre siempre estaría ahí para apoyarlo, y más su los padres de Aoi la apoyaban a ella, él debía hacer lo mismo.

Lo cual hizo que los padres de la chica le dijeran que su hijo era poco hombre, y Afuro no se quedo a escuchar nada más, tampoco el hombre, dado al derechazo que Afuro le dio a este dejándole en el suelo y a una mujer histérica maldiciéndole.


Aoi no dejo en paz a Hakuryuu, y con ello era despreciar y acusar a cualquier chica que siquiera veía por el rabillo del ojo al chico, algo que causo la suspensión de ambos por estar causando problemas a otros.


Las amigas de la chica empezaron a divulgar mentiras que parecían verdades de Hakuryuu, pero Yukimura no tardo en pararlo junto a Akane y Amemiya, los cuales no dejarían solo a su amigo, y dado a que Tsurugi estaba un tanto alejado del asunto junto a Sakura, Amemiya pasaba más tiempo con Yamana y su novio.



—Párese ser que tienen todo un caos en la facultad de humanidades, y más por ese chico Haku –comento Ibuki saliendo de las duchas y tomar lugar en la banca, donde Shindou ya se estaba vistiendo y Tenma guardaba sus cosas.

—¿Haku? –recordó Tenma al chico —¿Qué es lo que sucede?

Mune le mostró el móvil en donde se ve un vídeo de Hakuryuu y Aoi, la cual no para de gritarle y decirle insultos, de lanzarle cosas y despreciarlo delante de todos. Aun siendo un chico, tampoco es que uno se deje rebajar o dejar que lo traten así, pero el mundo de ahora era tan perverso que hacer algo, o el hacer nada te pone en blanco de cualquiera.

—Aoi... –aquella misma chica que estaba siendo retenida por docentes le había estado enviando mensajes hace algunas noches, incluso intento hacerle llamadas y vídeo llamadas como enviando imágenes que podían interpretarse de otra manera —si que es una chica problemática.

—Teniendo su estatus, debería de comportarse, además de que ya es un adulto –opinó Takuto, el cual veía aquello solo como una manera de ella en llamar la atención —lo hace solo para no ser la culpable.

—¿No serlo? ¿Lo esta tratando peor que basura? Y eso que la basura se clasifica –dijo Mune dejando el video de lado.

—Es un modo psicológico, aun si ella esta causando problemas, es querer hacer ver a la otra persona como alguien desalmado al ella sacar todas esas emociones.

Tenma se despidió y les dejo, tenía una cita con Tsurugi, una donde en verdad serian ellos dos y no quería llegar tarde, después de todo, estaba decidido a pedirle que fueran parejas, incluso poder vivir juntos dado a que tenía lo suficiente para poder rentar algo para ellos dos.



Estaba recostado en la cama con la vista al techo, después de todas las cosas y de tener aun días libres, incluso su hermano y abuelo le habían dicho que debía de descansar en todo sentido, eso incluyo los deberes de la casa, por lo que después de estudiar, no tenía mucho que hacer.

Tenía puesta la alarma para llegar a tiempo con Tenma, después de todo, es el favorito de la casa después de Yuuichi, eso piensa él. Las cosas estaban peor en todos lados y él tenía que estar en un tipo de cuarentena para bajar los niveles de estrés a causa de la falta de sueño, alimentación y descanso.

Escucho el leve golpeteo de la puerta la cual luego fue abierta dejando ver a Yuuichi con una sonrisa —¿Tienes tiempo?


No todos los días se puede comer algo como ello, siendo raro para Tsurugi que Yuuichi y su abuelo comprasen algo caro como una piña, la cual debía admitir que es deliciosa por lo dulce que es, aun si después de unos pedazos la lengua sintiera picar.

—Recuerdo cuando era niño... Mi madre nos sorprendió con una piña, no fue tan dulce como esta, de hecho fue acida, recuerdo lo enojada que se puso que casi regresaba al mercado a devolverla –decía el anciano con añoranza y ver en sus ojos el recuerdo del ayer.

—¿En tus tiempos ya había mercados? –se burlo recibiendo un golpe en la cabeza.

—Majadero, para que sepas, en mis tiempos ya había muchas cosas, incluso mejores que las de ahora.

Esos momentos en familia eran los que Yuuichi ama, estar con ellos, sonreír, reír, incluso llorar, pero juntos. Observaba la conversación entre el abuelo y Kyousuke sonriendo con alegría que llenaba su corazón, era en verdad agradecido con los cielos por la familia que tiene.

Pero le dolía pensar que aquello tuviera que tener un fin.



—¿Cuánto llevas esperando? –cuestionó al llegar Tsurugi. La gente andaba de un sitió al otro, siendo más común ver parejas y algunos grupos de amigos corretear de un lado al otro.

—No mucho. Estoy feliz de que podemos tener esta cita –Matsukaze ensancho la sonrisa y sonrojo a Tsurugi, algo que le gusto, y buscaría ver más seguido.



29/08/2023

Lazos paralelosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora