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El cielo tenía el paso de espesas y lentas nubes que cubría por ratos los rayos del sol, algo que no impedía el movimiento de la gente en el día, que para algunos era de lo más rutinario, y para otros siendo un día especial, o el peor que tendrían.


Había olvidado el dinero del almuerzo que su padre le dejaba cada día en la barra de la cocina, el auto no había encendido y tuvo que irse en bus, al cual se le descompuso una llanta y olvidándosele cargar el celular, este se le quedo sin pila, y no había llevado su cargador, tendría que pedírselo a Taiyou o Akane. En general su día había empezado bastante mal cuando al verse al espejo vio un diminuto punto rojo emerger en el puro centro de su frente.

Sakura quiso gritar de enojo y frustración, más por que el polvo se le había acabado y tendría que esperar a que las clases terminen para comprar más, por lo que tendría que cubrirlo, pero al hacerlo notarían el cambio drástico, ya que siempre, siempre usa el cabello recogido y con la frente descubierta.


Corriendo por poder llamar a un taxi, las zapatillas le fallaron y tropezó cayendo al suelo como sus esperanzas de poder tomar aquel taxi, que después de unos minutos en sufrimiento, fue tomado por una anciana y sus nietos.

—¡Esta es tu venganza por haberme dormido en misa ¿Cierto?! ¡Solo tenía cinco años! –a cada desgracia que le sucedía, siempre lo relacionaba con ese hecho —¡Ya te dije que lo siento! ¡Qué más quieres de mí! –pataleo en el suelo, importando nada que la vieran como una loca.

—¿Sakura? –escucho una reconocida voz. Elevando la vista, aquel moreno le veía con la ceja alzada con curiosidad y burla, pero extendiéndole la mano para que está se pudiera en pie, pero en el proceso, ella se quejo y cayó ahora de nalgas al suelo —ay no... 

Se acercó más a ella y reviso con detenimiento a Sakura, llegando a su tobillo, el cual al moverlo causo un quejido en Sakura —Torpe como siempre...

—¡Cállate idiota ¿A quién llamas torpe?! –expreso con enojo, y más notando la hora en su reloj de muñeca —¡Mierda!

Curiosidades de la vida, Sakura y Matatagi cursaron juntos la misma preparatoria, y llegando a Sakura a la universidad, conoció a Tsurugi, este a su vez volvió a ver a Hayato al pedir empleo en el restaurante donde ya estaba trabajando Matatagi.


♪Qué pequeño el mundo es...♪


—¿Qué pasa? –oh, Sakura pudo ver como las nubes se despejaban y dejaban ver a un ser majestuoso, a ese hombre que sueña y anhela cada día, tanto o más que las ofertas en las tiendas de ropa. 

—Es una amiga de... –dejo de escuchar lo que Matatagi le decía a ese ser traído del mismo cielo a ella.

Fuerte. Guapo. Moreno. Con rastas.

¡Era su tipo de chico!



Sakura llegó de milagro a la primera clase, o eso pensó Taiyou al ver solo el cuerpo de ella, pero no a ella en realidad, le pasó varias veces la mano por el rostro, le pico las costillas, he incluso ella había respondido de manera correcta y sin fallas a las preguntas que el maestro había hecho.

¡¿Qué le había pasado a su buena amiga, cómplice?!


—¿En serio vas a estar así? –Yukimura le tenía abrazado por la espalda.

Akane de igual manera zarandeo a Sakura de un lado al otro sin resultado alguno —Lastimosamente la hemos perdido... Ha entrado en la grave enfermedad de... Enamoramiento.

Taiyou chilló ante aquella mención, Yuki rodo los ojos y le dio un zape en la cabeza dejando a la tercia y ahora concentrarse en Hakuryuu, quien de alguna manera había estado dejando de ser presa de Aoi y estar más tiempo con ellos —¿Qué te pasa a ti?

Aquella pregunta le hizo ver por escasos segundos al chico y suspira —ni yo mismo lo se.

Luz verde.

Tomo asiento a lado de este y recargo el peso del cuerpo al costado derecho —¿Tiene que ver con Tsurugi? –notó el respingo del chico, prosiguió —tiene una vida muy movida. No tienen nada parecido.

Hakuryuu frunció el ceño ante aquellos —¿A que te refieres con eso?

—Por donde empiezo... –musito —el trabaja y tu no.

—Puedo trabajar, eso no es problema.

—Ayuda en casa.

—Puedo hacerlo.

—Vive humildemente.

—Tampoco es que viva en un palacio yo...

—Le gustan los chicos.

Ambos se vieron, Hakuryuu alzó la ceja ante ello —¿eso es todo?

—A su abuelo no le agrada cualquier persona, su hermano es un poco más amable en ese asunto.

—No veo aun lo que dices como "nada parecido" –llevando aquel té frío a sus labios.

—Ahí mismo esta. No comprendes las cosas, Hakuryuu. El es alguien diferente de ti.

—Yukimura, en verdad no te entiendo, y bueno, no tengo que parecerme o tener algo similar ¿Acaso no todos somos diferentes? Es lo que hace interesante este mundo y a la gente.


A unos metros de ellos, ambos lograron ver al chico hablando con naturalidad y, podía asegurar Yukimura que escucho una risa por parte de Tsurugi, quien charla con Tenma.

—Tu diferencia ahí esta.



19/07/2023.

Lazos paralelosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora