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Con la ausencia de su hermano, Víctor se encontraba un tanto solo y aburrido, Vlad no paraba de contarle cosas fabulosas y extraordinarias que aprendía cada día, o aquellas de las cuales lograba hacer más sencillas las explicaciones lo cual le dejaba impactado y emocionado por saber más.

Pero ahora que el mayor había empezado su oficio no tenía con quien pasar aquellos ratos, los niños del pueblo en su mayoría eran pequeños y los pocos de su edad no paraban de alardear de cosas sobre ellos, de quien era el mejor, algo que solo lo terminaba aburriendo más, y era por ello que montaba camino donde pasaba las horas libre con Vlad, y un poco más allá para divisar el extenso paisaje sobre las firmes y apiladas rocas.

El azul del cielo, la suave brisa y los cálidos rayos del sol mantenían un equilibrio que daba un perfecto tono de colores a todo lo visible en la tierra. Vlad le había comentado que todos los colores provenían de uno solo, o más bien que del color principal es la base principal de los tres primeros colores, y de estos nacen la gama de colores existentes.


Blanco.


El color blanco podría considerarlo como el color madre de todos. Un color limpio, puro y neutral.


Aquel que viste a esa gran criatura que delante de él se mantenía a flote agitando las alas y verle con esos ojos marrón rojizo que reflejaba su silueta y el entorno. El tiempo se detuvo, el bombeo del corazón fue en aumento, sus pupilas de ensancharon y su boca se quedo seca teniendo atorada en la garganta la palabra que describe a ese majestuoso ser que tiene de frente, tan cerca que incluso podría tocarlo si tanto solo extiende la mano.


Solo un poco.



—¡¿Dices que serás el tutor de Kyousuke?! –la mayoría de los alumnos y docentes, si no es que media escuela sabe que Taiyou no es del todo el tipo callado y serio como su contra parte y novio Yukimura, quien le miro con enojo ante aquel grito, y Amemiya siquiera presta atención a ello por la información escuchada —¿En qué momento paso eso? 

Akane quien también le sorprendió aquello dejo los libros sobre la mesa y destapar el yogurt bebible sabor frutos rojos y beber.

—Guarda silencio primero –pidió lo más amable que puede ser con su pareja —y te dije esto por que es probable que no pueda llevarte a casa el día que decida tomarla para la tutoría.

—¿Pero cómo paso esto? –necesitaba saber como es que su sexy novio termino siendo tutor de su buen amigo, el cual aun no llega para la segunda clase —¿Por qué tú?

No sabe como, pero de la noche a la mañana en algún momento Amemiya tenía esa pizca de celos y de inseguridad que no le agradaba pero que era tolerante hasta cierto punto, Taiyou demostraba el desagrado en algunas chicas y chicos que se mostraban muy abiertos o amables con Yuki.

Tiro de aquella corbata que Ame lleva puesta en sus ropas del día y le beso sin importar el lugar, el cual era la cafetería y plena hora en donde el hambre es mayor; paseo la lengua sobre el labio inferior causando efecto en Ame, quien entre abrió los labios y desfruto de los escasos segundos en donde la lengua ajena masajeaba la cavidad bucal suya.

—Si solo van a antojar, mejor váyanse a los baños –recrimino Sakura sorbiendo del café helado que lleva en mano frunciendo el ceño.



Logro llegar dos minutos antes que su maestro de la segunda hora lo cual hacía pensar a algunos de sus compañeros si le gustaba demasiado la adrenalina o si era en verdad un completo idiota.

El tráfico había estado fatal y sin mencionar que tuvo que regresarse a medio camino por olvidarse de la mochila al pie de la entrada donde su abuelo, ya en mejor estado de salud, le aguardo hasta volver por ella.

Retomo aire con necesidad al tomar asiento en lo que el docente llego y sin dar explicación empezó a anotar formulas en la pizarra, siguiéndole de poco los alumnos que espabilaron y empezaron a copiarle.

Algo que no había notado al llegar y que ahora percibía era la mirada intensa de Taiyou sobre este, aquel azul de esos ojos que mayormente brillan en alegría y felicidad se ven opacados por la molestia.

Ya se enteraría más tarde.



Aoi se abrazaba de manera cómoda en el brazo de Haku, quien solo puede escuchar la charla de la chica con las amigas entre suaves risas y largos "oh". Suspiro desviando la mirada, aun no entendía como termino emparejado con ella.

Unos metros más al frente vio a Akane y Yuki con tres personas más hablando entre ellos, el brazo de Yuki rodeando la cintura de aquel que no logra ver el rostro al estar de espaldas pero aquel cabello naranja le recuerda a una de las charlas en donde Yamana menciona el cabello de la pareja de Hyouga. Seguro era él.

Una chica de cabello rosa, recordando vagamente haberla vista antes y tener en mente aquel lejano recuerdo, la gimnasta de la escuela que llego a semi finales entre escuelas; y la tercer figura un chico de cabello azul rey alzado que le hace abrir más los ojos y recordar esos ojos inolvidables.

El chico con el cual choco ¿Iba en la misma escuela que él?

—¿Haby bebé? –Aoi le atrajo a la realidad. Ella le sonrió —pasare por ti a las 5 para tener tiempo de comprar y llegar al cine antes de la cena con mis padres –le resumió la charla, una que había estado hablando con las chicas —debemos ir en la misma sintonía.

No le agradaba mucho escuchar aquello, ya que al final terminaba siempre con un color de ropa demasiado femenino y llamativo que no iban con él, pero a palabras de la madre de la chica "un hombre complace a su mujer en todo sentido, eso ayuda a la base de la felicidad de ambos".


22/06/2023

Lazos paralelosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora